“Nosotros consideramos que es una problemática que tiene que atenderse de inmediato, que se tienen que renivelar y reforzar las columnas y las trabes; sin embargo, en la Secretaría de Obras del Gobierno de la Ciudad de México nos dicen que únicamente hay que monitorear”, lamentó en entrevista con el periodista Ciro Gómez Leyva, Fernando Espino Arévalo, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores del Sistema de Transporte Colectivo (SNTSTC), quien llama a exigir de inmediato el cierre de la Línea 9 (L-9), al calificar como foco rojo los hundimientos que existen en esta línea, por lo que de manera urgente piden al Gobierno de la Ciudad de México que atienda los daños estructurales, y se cierre esta ruta durante las labores de intervención.
Espino Arévalo, nuevamente aseguró que este tramo que corre de Tacubaya a Pantitlán tiene problemas que deben arreglarse inmediatamente.
Si es interrumpido este tramo del Metro se afectará a por lo menos 280 mil usuarios; sin embargo, es de todos conocido por los innumerables videos y fotografías que los propios capitalinos han circulado a través de las redes sociales, de la peligrosidad que representa esta línea. No obstante, las autoridades presididas actualmente por el morenista Martí Batres hacen caso omiso. ¿Qué esperan, otro colapso, como el ocurrido el pasado 3 de mayo de 2021 en la Línea 12, donde fallecieron 27 personas y más de cien quedaron gravemente heridas?
Hasta dónde llega la deshumanización de las autoridades morenistas que hacen oídos sordos al reclamo popular por el riesgo al que los están exponiendo, con el peligro latente de que ocurra otro grave accidente.
Por lo visto las autoridades morenistas no tienen urgencia de resolver este problema y mucho menos de invertir en el mantenimiento del Metro, que bien sabemos que los últimos accidentes en este medio de transporte se han dado por falta de mantenimiento, precisamente.
Cabe señalar que el pasado 30 de abril, mediante un comunicado, el Sindicato del Metro de la Ciudad de México solicitó que fuera suspendido el servicio de la L-9, en el tramo contiguo a la terminal Pantitlán, por el peligro que representa debido al daño estructural que tiene.
Ante este problema la Secretaría de Obras y Servicios de la capital del país, como cuando pones un curita en la herida, solo se dio a la tarea de colocar 22 puntales de acero, descartando la necesidad de cimentar las columnas, mismo que el sindicato denunció en su momento, que se ha hecho un apuntalamiento erróneo del tramo elevado, y que éste pone en riesgo la vida de quienes utilizan este servicio por un posible descarrilamiento y solicitan que sea suspendido el servicio, además de denunciar que aparatos de vía están deterioradas y la falta de refacciones para repararlos.
También, en un oficio enviado el 12 de abril de 2022, el Instituto para la Seguridad de las Construcciones de la Ciudad de México reveló que la estructura elevada de la L-9, cerca de la terminal Pantitlán, presentaba deformaciones y urgió a las autoridades intervenir en la corrección del problema; por eso tal apuntalamiento, que por cierto se atendió hasta febrero de este año, o sea después de 10 meses, que a decir del Sindicato no sirve para nada y el riesgo continúa.
Por lo visto las autoridades morenistas no tienen urgencia de resolver este problema y mucho menos de invertir en el mantenimiento del Metro, que bien sabemos que los últimos accidentes en este medio de transporte se han dado por falta de mantenimiento, precisamente.
Sinceramente no sé qué están esperando las autoridades, es increíble observar que no les importa la integridad y la vida de los capitalinos, por eso, no nos queda más que defenderlas, defender nuestra vida y para eso tenemos que alzar la voz y exigir que se componga la L-9 si no queremos sufrir un acontecimiento fatal. Sólo este grito de protesta podrá destapar los oídos del gobierno capitalino, salvemos la vida de los capitalinos, alcemos la voz.
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