* La educación debería dotar a nuestros jóvenes con un pensamiento crítico, destacó en conferencia Vania Sánchez, directora del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales
Huauchinango, Pue. “A pesar de las circunstancias políticas y económicas del país, en una sociedad montada en una división de clases donde un sector posee todos los medios de producción y otro no posee nada más que su cuerpo mismo, los derechos que se estipulan en una Constitución deben defenderse, porque constantemente están siendo atacados”, dijo la doctora en economía Vania Sánchez Trujillo en una conferencia con los maestros.
Ante más de 100 maestros adheridos a Antorcha Magisterial en la Sierra Norte de Puebla, Vania Sánchez Trujillo, directora del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales (CEMEES), impartió la conferencia “El maestro mexicano en la coyuntura política actual”.
“Para ejercer esos derechos se necesitan recursos y, por desgracia, quien los puede concentrar es el que posee el poder económico, que así puede cooptar también al poder político”, afirmó la catedrática:
“Lo que caracteriza realmente a un país son sus condiciones económicas; es decir, cómo produce la riqueza que necesita su población y cómo la distribuye. México, junto con Turquía, somos campeones en desigualdad económica: en México hay unos cuantos ricos y nuestra economía tiene dos problemas: su desarrollo y la mala distribución de la riqueza. Hay que atacar los dos problemas, pero al Estado no le conviene atacarlos, porque el Estado sirve a los dueños del capital”.
Vania Sánchez aseveró: “¿Qué debería hacer la educación en este contexto o qué promete hacer? La educación formal debería dotar a nuestros jóvenes con un pensamiento crítico. Deben salir de nuestras escuelas sabiendo pensar, identificando de su realidad los problemas, sus causas y sus soluciones. Si nosotros queremos hacer una educación distinta, una educación humanista, que ponga a todas las capacidades del ser humano para ser desarrolladas al máximo, necesitamos modificar el modo en que nuestra sociedad produce y distribuye las riquezas, y eso implica un cambio político, un cambio en cómo la sociedad se imagina a sí misma. Debe ser un cambio que ponga sobre la mesa la necesidad de que todo el mundo tenga los mismos derechos y que el Estado verdaderamente los garantice. En una sociedad dividida en clases, los derechos no solamente se conquistan, también se tienen que pelear. La educación tiene la posibilidad de sacar a la sociedad postrada en su abolición”.
Asimismo, la académica reiteró la importancia de integrarse a las tareas de Antorcha Magisterial, a las tareas del Movimiento Antorchista:
“En sus escuelas, sean faros entre la gente con la que tratan; para eso necesitan estar informados y estar en permanente exposición al análisis que se hace desde la ideología más revolucionaria. Para eso necesitan leer y trabajar mucho en la práctica”, dijo.
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