El gobierno de la Cuarta Transformación debe gastar nuestros impuestos en un programa nacional de distribución de alimentos y salud para todos los mexicanos. Eso es lo que afirma el Movimiento Antorchista Nacional y en ello se refleja nuestra actual demanda y lucha de todos los antorchistas del país.
Ahora más que nunca urge que el gobierno que encabeza López Obrador, tenga una plan sanitario y económico para ayudar a salvar vidas humanas y ayudar a millones de mexicanos que se quedaron sin trabajo, sin dinero, sin comida.
El gobierno federal dijo que echaría mano de fondos de estabilidad de ingreso presupuestarios que se establecieron precisamente para este tipo de contingencias y que sumaba cerca de 400 mil millones al inicio del sexenio. Pero según dicen algunos entendidos, solo quedan 150 mil millones, que, de todos modos, bien pueden ser utilizados para:
1.- Dotar de materiales y protección a los trabajadores de la salud, que hoy están arriesgando su vida en esta contingencia
2.- Dar condiciones necesarias a todos los hospitales del país para atender a los pacientes infectados y quienes llegan con otro tipo de enfermedad.
3.- Realizar las pruebas necesarias.
4.- Contratar médicos especialistas en la materia.
5.- Un pago justo a los prestadores de salud de nivel que sea.
Pero, al contrario, al presidente de la República le interesa más gastar 40 mil millones en una refinería, 35 mil millones en el Tren Maya, 95 mil 200 millones en el aeropuerto de Santa Lucía, ¿De qué nos sirven estas grandes obras cuando 85 millones de mexicanos hoy padecemos más hambre? Sin cuestionar la viabilidad de esas obras ni adivinar si van a ser inversiones fructíferas o no, creo que en este momento es más urgente dotar de alimentos, material de limpieza, cubre bocas, gel antibacterial, etc. a todos los mexicanos del país, que no cuentan con los recursos para enfrentar las medidas de seguridad que propone el gobierno federal.
Parece que el Poder Ejecutivo no quiere pensar en la salud de los mexicanos. ¿Y los Diputados y Senadores? deberían demostrar que representan al pueblo que los eligió y deberían aprobar la reorientación de estos recursos para salvar la vida de sus representados. Pero tampoco, ya demostraron que solamente son mayoría para dar mayoritazo a las decisiones del presidente.
Es necesario hacerle un llamado al presidente del República para que apoye con créditos gubernamentales a los negocios grandes y pequeños, y así obligarlos a darle las condiciones económicas a sus trabajadores, ya que muchos de ellos, lejos de apoyar a la clase trabajadora en esta situación extraordinaria, se han dedicado a despedirlos sin ofrecerles las prestaciones correspondientes.
El gobierno debería usar su poder para suspender temporalmente el pago de impuestos y servicios como es el agua potable, la energía eléctrica, créditos bancarios, hipotecas, ordenar a las empresas a suspender temporalmente los abonos a las deudas a crédito en tienda departamentales, como Elecktra, Coopel y otras, hasta que termine la contingencia.
La Secretaría de Educación emitió un boletín informando del inicio de clase de manera virtual, pero para cumplir esta tarea se requiere que todos los educandos tuvieran tres cosas: energía eléctrica, internet y televisión, ¿está bien pensada esta medida o les vale la educación de miles de hijos de obreros y campesinos pobres que no cuentan con alguno o todos estos requerimientos? El gobierno debe dar una solución clara y no jugar con la educación de los niños, que mucho hacen al permanecer encerrados con necesidades, sin alimentos y sin condiciones para educarse, a diferencia de las comodidades con las que cuentan los hijos de gobernantes y poderosos, quienes sí tienen despensa en su casa y las condiciones para entrar a las clases virtuales.
Por corregir esto y más, necesitamos que todos los mexicanos que sufren esta situación no se queden callados, que busquemos la manera de organizamos y denunciar ante los medios de comunicación y redes sociales, la situación que está viviendo la gente humilde: amas de casas, obreros, campesinos, persona de la tercera edad, discapacitados profesionistas, todos los afectados desde el más grande hasta el más pequeño. Urge, pues, que López Obrador se ponga a trabajar en serio para salvar la vida de los mexicanos y garantizar alimentación de los más humildes.
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