El primero de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó su Cuarto Informe de Gobierno, un documento lleno de medias verdades y mentiras francas, como todas las veces.
La autodenominada Cuarta Transformación ya es un régimen fracasado, aunque se presentó como gobierno progresista que velaría, principalmente, por el bienestar de la población más pobre, pero esto resultó falso.
López Obrador es un farsante, su proyecto de gobierno ha ahondado las desigualdades sociales y profundizado los efectos negativos del modelo económico neoliberal, mientras que, a través de algunos programas sociales y discursos demagógicos, pervierte la conciencia y la voluntad de las clases trabajadoras y las engaña con que se construye un futuro mejor para ellos y sus hijos, aunque no es así.
Oficialmente, el número de pobres en el país se incrementó en 3 por ciento de la población, pues según el Coneval, entre 2018 y 2020, se pasó de 51.9 millones de mexicanos en pobreza a 55.7 millones.
Durante su informe, el presidente afirmó que, en lo que va de su sexenio, la desigualdad económica se ha reducido: esto es cierto, pero no porque los pobres perciben mejores salarios, sino porque en general el ingreso de las clases bajas y medias ha disminuido, según datos del Consejo de Evaluación del Desarrollo Social (Coneval).
En 2018, el 10 por ciento de los hogares más pobres en México tenían en promedio ingresos mensuales totales de 3 mil 400 pesos. Con el gobierno actual, en 2020 los ingresos de ese porcentaje de la población se redujeron a 3 mil 230 en promedio; es decir, 5 por ciento menos. Parece una cifra menor, pero dado que es un promedio, implica para millones de personas la imposibilidad de alimentarse correctamente.
Nadie olvida que durante la pandemia de covid-19, el gobierno obradorista dejó a los menos favorecidos a su suerte, en el terreno sanitario y económico.
Es falso que los programas de transferencia monetaria directa estén destinados a la población más pobre. Aunque la Pensión de Adultos Mayores y Jóvenes Escribiendo el Futuro recibieron este año más del monto que originalmente les fue asignado en el PEF 2022, con 38.6 y 1.87 millones de pesos (mdp) más de lo aprobado, respectivamente, lo cierto es que son profundamente regresivos. En el primero, el 20 por ciento más pobre recibe solo el 10.6 por ciento y el 20 por ciento más rico, el 22.5 por ciento; en el segundo, el 20 por ciento más pobre recibe el 7.7 por ciento y el 20 por ciento más rico, el 20.9 por ciento; es decir, que los programas estandarte de la 4T benefician en mayor medida a la población que menos lo necesita y están a disposición del presidente para utilizarlos electoralmente cuando así conviene a sus intereses, incrementando el monto o adelantando el pago cuando se avecinan elecciones como ocurrió en febrero de 2021.
Además, desde que López Obrador asumió la presidencia de México puso en marcha recortes presupuestales al gasto público, bajo el pretexto de aplicar la austeridad republicana, con lo que se eliminaron, sin reparo, programas importantes como el Seguro Popular y eso dejó en indefensión médica a 32 millones de mexicanos.
López Obrador también desapareció el ramo 23, utilizado para construir infraestructura en los municipios más pobres, eliminó los comedores comunitarios, las guarderías y las escuelas de tiempo completo, estas últimas atendían a 3.6 niños pobres en 27 mil escuelas de todo el país. Hubo recortes a rubros importantes como la educación pública, en plena pandemia de covid-19, lo que provocó la deserción escolar de más de 5 millones de niños y jóvenes, y un rezago escolar equivalente a 3 años de escolaridad.
Pero, por si los recortes formales al presupuesto no fueran suficientes, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), ha redistribuido los presupuestos aprobados por la Cámara de Diputados para hacerlos más favorables a los intereses de la 4T.
“En el primer trimestre de 2022, los rubros que destacan por no haber recibido ningún recurso ya aprobado, a pesar de ser de vital importancia, son: la Atención a la Salud (-1,846 millones de pesos, mdp), Servicios Estatales de Salud (-1,352 mdp), Atención Médica (-444 mdp), Educación Física de Excelencia (-60 mdp), Subsidios por cáncer (-42 mdp) y Modernización de catastros (-16 mdp). Además, de acuerdo con datos de México Evalúa, los recursos destinados a inversión directa disminuyeron si se compara con el promedio gastado en los últimos años (-54 mil mdp)”, señala Ollin Vázquez, investigadora del Centro Mexicano de Estudios Económicos y Sociales (CEMEES). Agua Potable, Alcantarillado y Saneamiento, así como la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (en particular el gasto en mantenimiento de infraestructura de caminos rurales y carreteras alimentadoras). El programa de Vivienda Social también ha sido de los más castigados, con un recorte de 82 por ciento de lo programado, mientras que el gasto en el Tren Maya ha rebasado lo calendarizado en 40 por ciento, y en aportaciones a Pemex en 96.5 por ciento más, similar a 2021, donde se le destinaron 271 mil mdp más que lo aprobado”. (https://cemees.org/2022/08/
López Obrador ha logrado lo que otros gobernantes neoliberales, antes que él, no pudieron: recortar el gasto social destinado a atender los problemas de la población más pobre. Además, se ha propuesto desorganizar y desmovilizar al pueblo trabajador, al lanzarse en contra de los derechos constitucionales de petición, organización y protesta pública, acusando, sin pruebas, a las organizaciones sociales de corruptas, y al apostar con sus programas sociales a que los mexicanos más pobres dejen de luchar por mejorar sus condiciones de vida o en contra de que se atropellen sus derechos fundamentales.
El régimen cuatrotero no es un gobierno realmente popular ni al servicio de las clases humildes porque en lugar de asentarse sobre un fuerte movimiento social cohesionado ideológicamente y con principios, apuesta a fortalecer los mecanismos represivos del gobierno, a reforzar al Ejército Mexicano y a realizar pactos con el crimen organizado (la llamada pax narca) para mantener intacto su poder.
Apenas el 2 de septiembre, la mayoría morenista en la Cámara de Diputados aprobó la plena incorporación de la Guardia Nacional a la SEDENA, bajo un mando militar.
El lopezobradorismo ha profundizado el proceso de chantaje y corrupción de las Fuerzas Armadas, poniéndolos al frente de la construcción de sus megaproyectos: el AIFA, Dos Bocas, el Tren Maya y el Corredor Interoceánico y prometiéndoles administrarlas a través de una empresa. Además, ha realizado modificaciones a la Ley de Ascensos y Recompensas del Ejército y la Fuerza Aérea Mexicana para comprar a los mandos castrenses con prebendas y ascensos.
Por otro lado, con su política de abrazos no balazos, López Obrador permitió, quizá intencionalmente, que el crimen organizado se fortaleciera y que su presencia se incrementara en el país, y aunque presume que la cifra de homicidios en el país bajó en 3 por ciento entre 2018 y 2021, lo cierto es que, debido a la delincuencia, tan solo en 2021, más de 44 mil 905 personas huyeron de sus hogares, según datos de la CNDH.
Está plenamente documentada la operación del crimen organizado en las elecciones de 2021 para favorecer principalmente a los candidatos de Morena, como puede leerse en la siguiente exhaustiva investigación: https://www.nexos.com.mx/?p=
Así, el régimen de la 4T no es un gobierno progresista, pues solo en el discurso favorece a los más pobres, mientras que con sus acciones los priva de salud digna, educación, vivienda, derechos laborales, seguridad y obras públicas de calidad.
La población no debe cerrar los ojos ante la realidad ni dejarse engañar o manipular con algunos cuantos pesos de las tarjetitas del Bienestar, que al final de cuentas se pagan con sus propios impuestos. Los mexicanos más humildes deben darse cuenta de que López Obrador es un farsante, que solamente pervierte su conciencia para no defender sus verdaderos intereses y para que renuncien a sus derechos, mientras que la riqueza continúa concentrándose en unas cuantas manos.
La tarea de construir el verdadero partido de la clase trabajadora para competir democráticamente por el poder del país continúa pendiente. Y es urgente que los verdaderos luchadores sociales lo entendamos y pongamos manos a la obra.
Llevar al poder a un gobierno genuinamente popular requiere, como condición previa, organizar sólidamente y concientizar a las clases trabajadores para lograr la unidad ideológica, esa es la tarea del momento. Que así sea.
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