No cabe duda, que la crisis económica ha afectado la economía no solo de quienes ganan el salario mínimo de 207 pesos diarios, sino la de todos los sectores de la población porque la inflación del año pasado se ubicó en 7.82 por ciento y el primer mes de 2023 registró un incremento de 0.38 por ciento.
Esta crisis económica ha hecho más pobres a los pobres, a grado tal, que vemos cómo crece el trabajo informal, el que denomina el Inegi como trabajo sin establecimiento, más conocido como ambulantaje. No sólo esto, día a día, vemos cómo incrementa el número de gente joven que realiza malabares en las calles para persuadir a la población sobre que les den unas monedas para comer unos días.
Esta situación evidencia que el Gobierno federal y estatal no están dando alternativas para generar empleos suficientes y menos con salarios bien remunerados para todas las personas en edad de trabajar. La pobreza es un asunto grave y muy delicado.
A pesar de una situación como la que se describe, el entonces gobernador Miguel Barbosa impulsó la verificación vehicular con el argumento de que era necesario cuidar el ambiente y se debía vigilar que los automóviles no emitieran gases contaminantes. En ese gobierno, el programa significaba cobrar 759 millones 470 mil pesos después de cobrar a 1 millón 209 automóviles la cuota de 628 pesos por vehículo.
Pudiera parecer que no es tanto lo que se cobra, pero el pueblo llano tiene que pagar además del aumento de la carne, la leche, las verduras, las tortillas, el pan, el predial, el agua, la luz, tiene que pagar tenencia por tener vehículo, pagar por estacionarse, recuerden el reciente Parkimovil sin seguro por si te roban el vehículo y todavía la verificación.
En estas circunstancias, un impuesto más es una agresión al pueblo trabajador, como se dice comúnmente, un impuesto más es quitar el mendrugo de pan que la gente se lleva a la boca.
Por estas razones y no por cuestiones de carácter político es que distintos grupos y organizaciones como Antorcha Campesina se movilizaron en protesta contra el impuesto de la verificación.
¿Qué las manifestaciones no se habían hecho antes? Claro, porque el gobierno actual acaba de activar el programa y de determinar la cuota y el periodo de aplicación. Y el porqué no se hacían manifestaciones, fue no porque se estuviera en las catacumbas de los muertos sino porque estuvimos en pandemia y lo primero y esencial era cuidar la vida de la población y de los agremiados de las distintas organizaciones.
¿Qué este programa lo instrumentó Moreno Valle y porque no protestaron? Falso; este impuesto lo aprobó por primera vez, el 17 de marzo de 1995, el entonces gobernador Manuel Barlett Díaz. ¿Por qué no se protestó de manera específica? Porque la situación económica, aunque, como siempre difícil, no tenía los niveles tan críticos que ahora y además por la campaña internacional que convocaba el cuidado del ambiente.
Y que la crisis ha afectado a toda la población, lo demuestra el hecho de que hasta periodistas como Fernando Maldonado, que escribe en parabólica.mx, pasa por alto los argumentos anteriores y defiende al gobierno del estado, diciendo que “no le ha temblado la mano para diseñar el programa de verificación vehicular, impopular…”, claro, es entendible que tiene que defender a quien le paga. No es muy diferente este trabajo de hacer malabares lógicos para persuadir al gobierno de que merece que le den unas monedas para irla pasando. ¡Esto es el individualismo más puro y ruin! Que no le importa que pase con los demás, lo importante es su bienestar.
Lo peor de este tipo de profesionistas de la pluma es que promueven la instauración de un gobierno dictatorial, en el que la población debe aceptar los decretos sin chistar, aunque se este muriendo de hambre y sin derecho a la protesta y a defender sus derechos.
Lo bueno, es que los poblanos están despertando y la simpatía de la población ante la lucha de poner un dique a la imposición de impuestos abusivos está creciendo.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario