MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Los invasores hoy se sienten invadidos

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Al no ser sociólogo, economista o intelectual de altos vuelos, estoy seguro de que cometeré algunos errores de todo tipo al escribir estas líneas, pero lo hago en defensa y solidaridad de todos los migrantes del mundo, principalmente por 4 mil 94 connacionales repatriados injustamente en la primera semana de la administración de Trump, siendo violados todos sus derechos humanos. 

Debemos reducir nuestra dependencia económica de una nación imperialista que históricamente sólo ha visto por sus intereses.

Defendamos con nuestra humilde pero humanista y revolucionaria pluma a los que se han quedado desposeídos de todo y despreciados de lo único que es inherente a ellos, su fuerza de trabajo, pero también única arma poderosa que pueden emplear para liberarse de la explotación de los que hoy los deportan y violan sus derechos.

Los invasores capitalistas de hoy se sienten invadidos por los parias que ellos mismos han parido en varias regiones del mundo, por el saqueo, la explotación y las leyes económicas internacionales de embudo que han creado para intentar tener el control económico del planeta.

Hoy, esos migrantes, hombres y mujeres que no tienen oportunidad laboral en su país de origen tercermundista, se ven obligados a emigrar y soportar humillaciones, racismo, desprecio y deportaciones por el gobierno norteamericano; son doblemente víctimas de un sistema económico y político global que no les ha podido brindar las condiciones humanas para su existencia plena.

Hoy el gobierno expansionista, que históricamente siempre ha visto por sus intereses, ante la turbulencia mundial ha agudizado las medidas coercitivas en contra de los pueblos pobres del mundo para seguir sometiéndolos de una u otra forma.

Los invasores estadounidenses, con esa visión de colonialismo desde que llegaron de Inglaterra a implantarse las tres colonias que fueron el embrión de Estados Unidos, entre los años 1607 y 1732, han realizado más de 167 invasiones a lo largo de su historia como nación, sumando la que hicieron en los años 1846-1848, cuando perdimos más de la mitad de nuestro territorio.

Siendo realistas, ellos nunca se fueron de nuestro país, siempre han tenido injerencia en las decisiones económicas y políticas; hemos sido su traspatio, donde pueden vender productos basura, alimentos chatarra, tecnología de desecho y obtener mano de obra barata para sus grandes empresas que tienen en nuestro país.

Somos un país que aporta de manera directa o indirecta a su economía todos los días. Hay más de 13.5 millones de indocumentados que viven en EU, y de esos 4 millones 926 mil 393, el 36.4 %, son mexicanos. Representan el 5 % de la fuerza laboral en el país, principalmente en labores agrícolas, construcción, servicio doméstico, restaurantes y hotelería.

El 66 % de los indocumentados en EU son oriundos de Latinoamérica. 

Nos conviene virar a otras partes del planeta, empezando por los países de la región sudamericana, aunque tengamos que pagar el precio de esa decisión, quizás hasta la posible invasión militar gringa.

Dejemos que ellos hagan todos los trabajos pesados y sucios del sector servicios y en el campo que hacen los migrantes de todas las nacionalidades. Dejemos de comprarles sus mercancías basura que nos están matando. 

Quizás nos estemos poniendo a patadas con Sansón, pero los momentos difíciles nos tienen que definir y reducir nuestra dependencia económica con una nación imperialista que históricamente solo ha visto por sus intereses.

Después de haberse repartido el mundo durante las primera y segunda guerras mundiales, los EU y sus aliados diseñaron un esquema de política económica mundial para controlar todos los aristas económicos, financieros, productivos, políticos, militares y culturales en el planeta entero. Durante más de 70 años les funcionó; fueron los dueños del mundo. 

Por medio de sus organismos internacionales y sus países aliados, controlan, dominan, someten y saquean en nombre de Dios, la libertad y la democracia.

Entre 1945 y 2010, las intervenciones militares de Estados Unidos se expandieron por todo el mundo, sumando al menos 67 intervenciones e invasiones en al menos 13 países, construyendo 855 bases militares en todo el mundo. Los invasores hoy se sienten invadidos por los pobres que fueron generando durante décadas al saquear y explotar a esas naciones con sus reglas económicas impuestas por la fuerza.

Se les olvidó a las naciones subdesarrolladas y a sus gobiernos que el imperialismo mundial tiene intereses y no son samaritanos de la caridad; por cuidar sus intereses están dispuestos a todo: hacer guerras ideológicas, invasiones militares, guerras económicas, derrocar gobiernos y emplear todos los organismos de inteligencia para someter a los que en algún momento se quieran rebelar.

Están por venir peores momentos, sabedores de que la fiera es más peligrosa cuando está herida. El capital está empezando su declive, y eso lo vuelve más temible.

Debemos invertir por lo menos el 10 % del PIB en todos los niveles educativos, para desarrollar las diferentes ramas de las ciencias y crear nuestra propia tecnología que nos permita ser independientes.

Debemos invertir en proyectos productivos para elevar la productividad de valores de uso, especializar nuestra fuerza laboral y pagarle buenos salarios que permitan elevar el poder adquisitivo en la compra de valores de uso, una fuerza trabajadora que produzca y consuma al mismo tiempo, para fortalecer nuestro mercado nacional y posteriormente exportar los excedentes en algunas ramas productivas. Esto volvería invulnerable nuestra soberanía nacional y evitaría estar aceptando condiciones políticas por presiones económicas extranjeras.

Lo peor que les está pasando a los mexicanos y hermanos latinoamericanos es que los gobiernos de los países de origen opten por políticas erróneas, superficiales y poco claras para defender a sus connacionales en el extranjero, además de las nulas condiciones que les brindan al recibirlos cuando son deportados.

Urge hacer alianzas económicas entre todos los países de la región y del mundo que busquen un desarrollo más equitativo y distributivo. Ahí están los Brics. Dejando de lado a los gobiernos esbirros y lacayos de los gringos, comencemos a construir en los hechos una sola América, como lo soñó Tlacaelel, el azteca entre los aztecas.

Demos trabajo a todos los hijos de la patria, elevando la producción y el consumo nacional, fortaleciendo el mercado de cada país y brindando a cada connacional trabajo bien pagado, vivienda, servicios, educación y condiciones que le permitan vivir dignamente. Esto hará que el pueblo trabajador no se vea obligado a migrar.

Estas políticas públicas se tuvieron que haber previsto hace décadas, pero nuestros gobiernos corruptos y pro yanquis nunca hicieron nada más que enriquecerse, y los incompetentes de la 4T tampoco están haciendo nada bien. Las consecuencias las pagaremos en un futuro no muy lejano y muy caras.

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