El primer paso para resolver un problema es reconocer su existencia. La pobreza existe, pero no ha sido eterna. Y uno de los motivos por los que la gente sale de sus lugares de origen es precisamente, impulsado por la pobreza y el hambre. Nuevo León en donde coincidimos millones de personas que vienen de otros estados de la república y del extranjero (29.38 % de la lista nominal en julio del 2015) es de más de un millón tenía como origen otro estado de la República. Sin contar con los de origen extranjero.
Cada día se nota más la presencia de personas que vienen de otros países, principalmente haitianos, hondureños y salvadoreños. Y lo más llamativo de esto, no es que anden por México y por Nuevo León, sino que ahora se han visto con más frecuencia: marchas y bloqueos por parte de los migrantes en principales avenidas exigiendo al gobierno su regularización y/o fuentes de trabajo. También en Monterrey, se dio el caso de dos migrantes de origen haitiano que agredieron al párroco encargado de la casa INDI. (que atiende a más de 800 migrantes haitianos).
A esto se suma las tragedias relacionadas con los migrantes. El más reciente fue la muerte de 55 migrantes, en un accidente ocurrido en Chiapas, cuando volcó el tráiler en el que viajaban. El 18 de noviembre, fueron hallados 195 migrantes hacinados en un hotel de Apodaca, sin agua y sin comida. Y, no olvidemos las escenas de la ciudad de acuña y Piedras Negras, donde la Guardia Fronteriza, expulsaba a los migrantes como en tiempos de la esclavitud.
Nuevo León, como sucede siempre con los migrantes que llegaron primero y se han acomodado, tienen cierto desprecio hacia la gente que, acuciados por el hambre, se ven obligados a dejar a sus padres y sus hijos en busca de mejores oportunidades. Se olvidan o parecen olvidar que en su momento ellos también salieron huyendo de sus pueblos originarios por (los sefardíes) originarios de España y que fueron los pobladores que llegaron a Nuevo León y que, eliminaron a los originarios de esta tierra (Huachichiles, Borrado, Coahuiltecos y Azalapas) indígenas que lucharon y murieron por defender su tierra.
Muchos neoloneses, emigraron a Estados Unidos en calidad de braceros, en tiempos de la segunda guerra mundial, y que en épocas recientes aún luchaban por recibir sus pagos y prestaciones atrasadas. Dando vueltas y vueltas en las oficinas del gobierno del estado.
Todos los gobiernos anteriores, han realizado lo que este gobierno ha realizado de manera exponencial. Cifras oficiales indican que el gobierno mexicano interceptó y deportó a casi 200 000 migrantes indocumentados entre enero y octubre del 2021, casi el triple que en el 2020. Y recibió este año un récord de más de 110 mil solicitudes de asilo y refugio.
(Todo parece indicar que seguiremos viendo y escuchando más y más escenas como éstas (la guardia nacional golpeando a migrantes) en nuestro país, gracias a la política mal diseñada del presidente; que en el discurso invita a todos los migrantes a que vengan a este suelo, en donde serán bien recibidos. Y, después en la firma del acuerdo que tanto criticó al gobierno de Trump, el programa Quédate En México que es una manera en que el gobierno estadounidense se libra de los migrantes cuando no los necesita. El gobierno mexicano está actuando peor que los gobiernos anteriores en este terreno.
Y si, el gobierno sabe que no está haciendo bien las cosas. Presume como un logro que se aprobó el programa “Sembrando oportunidades”, que es una copia de “sembrando vida”, que este año obtuvo una disminución en su presupuesto (reconocimiento explícito de que no sirve, al menos para la gente) y, que según información de fuentes confiables ha servido para desviar recursos y sembrar cacao para beneficio de las empresas de los hijos del presidente.
Es cierto, de la misma forma que no podemos exigirles a los gobiernos extranjeros que atiendan a los mexicanos, tampoco los migrantes pueden pasarse exigiendo en México, lo que no exigieron en su propio país, como sería lo más lógico. Pero también en esto, hay doble trato: A los afganos que vinieron huyendo y que sirvieron a los estadounidenses en Afganistán se les recibió con honores e inmediatamente les facilitaron papeles; el trato es diferente, si son haitianos, hondureños y salvadoreños entre otros.
El caso mexicano no es único, lo mismo sucede en Bielorrusia; en la frontera de los países Europeos. Ellos fueron y destruyeron la economía de los países de donde vienen los migrantes y que miles de ellos se han ahogado en el mar, huyendo de la destrucción que los mismo europeos llevado a su suelo (hay que recordar que México fue invadido por los franceses de 1861 a 1867), por tanto no nos sorprende que sigan en el mismo plan de seguir invadiendo.
¿Por qué la gente huye de sus países? Por hambre, los que emigran de la tres huastecas y que se han quedado a vivir en Nuevo León, allá hay paisajes hermosos, ríos, sierra, etc., pero no hay manera de ganarse la vida. Unos emigran a otros estados de la República y unos más se van a Estados Unidos. Entenderlos es simple, es el hambre lo que los ha impulsado a salir, uno prefiere morirse en el desierto que morirse de hambre en sus casa. Un viaje de 200 días, por mar, por tierra, por el desierto, sólo es entendible cuando el hambre roe las entrañas y ve que uno no puede darle de comer ni a sus hijos.
La conclusión es simple. La tragedia humana continuará, porque si este gobierno no se preocupa de los mexicanos, mucho menos se preocupará de los extranjeros que dejan su país por el hambre y miseria generados por el amo al que sirve el presidente de México. Y se autodenomina “humanista”, uff…
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