A partir de los años 90, la política económica mexicana, giró en torno a la adaptación para el mercado mundial, dicho proceso de integración tuvo que aceptar tratados comerciales injustos, esencialmente con su vecino del norte, Estados Unidos. Estos tratados injustos han provocado, en cierta medida, que haya evolucionado la pobreza, en México había 62.25 millones de mexicanos en esta situación, aunque esta cifra ha aumentado, aproximadamente se han sumado 10 millones. El Consejo Nacional de Evaluación de Política de Desarrollo Social (CONEVAL) informó a través de un trabajo titulado: "Política Social en el Contexto de la Pandemia por el virus SARS-COV-2 (covid-19)", que hasta el 2018 el Coneval tenía estimado que 52.4 millones de mexicanos eran pobres. A través de indicadores como el ingreso, por ejemplo, en la zona rural era de 1,169 pesos mensuales, mientras que en la zona urbana era de 1,637. Dichos ingresos no alcanzan ni siquiera para la canasta básica, agregando que no cuentan con servicios como: educación, seguro social, salud, vivienda digna, alimentación, electricidad, agua, gas, etc.
De acuerdo con el Coneval la pobreza se incrementará entre el 7.2% y el 7.9% lo que representa a 10 millones de mexicanos. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) en 2019 registró que 125 millones de personas estaban en condición de pobreza. Es decir, que la pobreza ha ido evolucionando a pasos agigantados. Esto ha provocado una nítida desigualdad social; el origen de la pobreza, más allá del romanticismo o de la pura motivación personal, se debe a que este sistema económico (capitalismo) tiene leyes que son inflexibles y por medio de la propiedad privada, unas personas son dueñas de los medios de producción (capitalistas), y, otras, lo único que tienen es su fuerza de trabajo (proletarios). En México hay una concentración de la riqueza descarada, por ejemplo, la revista Forbes, dio a conocer la lista de los principales millonarios mexicanos, quien encabeza esta lista es Carlos Slim con 52,100 millones de dólares y su principal actividad son las telecomunicaciones, en segundo lugar, se encuentra Ricardo Salinas Pliego con 11,700 millones de dólares, dicho empresario, además de ser dueño del Grupo Salinas, es el amigo actual del presidente ya que ha hecho varios contratos con el gobierno de Morena. Y en tercer lugar se encuentra Germán Larrea con 11,000 millones de dólares y se dedica esencialmente a la minería y al transporte.
Con la riqueza acumulada de estos tres empresarios bastaría para alimentar a millones de mexicanos que viven en condiciones de precariedad, pero este sistema tiene leyes que son inflexibles, aunque muchos de estos empresarios se dedicaran a la filantropía social, surgirían otros empresarios para seguir acumulando la riqueza, lo que se necesita es transitar a otro sistema económico que permita la planificación social de la economía. Hay que decir que los principales empresarios que han acumulado su riqueza ha sido por medio de las diversas plataformas de entretenimiento, esto quiere decir, que son medios sumamente eficaces para transmitir la ideología de la clase dominante, las redes sociales se han convertido en cables transmisores de ideología, formas de vestir, bailar, pensar, reflexionar, modas, tendencias, y no podía faltar el consumo excesivo en marcas que reflejan el lujo en su máximo grado de expresión. Muchos mexicanos se endeudan con tal de estar a la moda y son presas del fetichismo más feroz de la mercancía, pero no pueden salir de su pobreza. Mucha de esta superficialidad es transmitida por estos medios de comunicación. En estos tiempos turbulentos se necesita de manera urgente la implementación de una política fiscal progresiva, es decir, que paguen más impuestos los empresarios que han acumulado una excesiva riqueza y que en lugar de hacer contratos para seguir manteniendo sus privilegios paguen sus impuestos de acuerdo a las ganancias que han acumulado. Se necesita cambiar la actual forma de gobierno, es el momento de darle la oportunidad a otros actores políticos que emanen de una formación sólida para ejercer una política más justa. Hace falta equilibrar la balanza de la desigualdad, y una política fiscal progresiva es esencial para resolver este problema. Pero en este gobierno se ha privilegiado a los grandes empresarios y se ha optado por el abandono total de los pobres de México.
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