Don Gregorio Revueltas y doña Romana Sánchez, tenían una próspera tienda de abarrotes en Santiago Papasquiaro, y se esmeraron por transmitir a sus hijos el amor por los libros. Querían que fueran artistas.
Por eso, en 1907 se mudan a Colima con sus hijos Fermín, Consuelo, Emilia y Silvestre, donde este último inicia sus estudios de violín, en 1910 se trasladan a Guadalajara y un año después llegan a la ciudad de Durango, donde nacen Cuca, Lucha, José, María y Agustín, Rosaura, en Ciudad Lerdo. En 1920 se establecen definitivamente en la ciudad de México.
Los Revueltas participaron en los grandes cambios sociales que se produjeron después de la Revolución Mexicana, a través de las corrientes progresistas de las bellas artes y del pensamiento de vanguardia, pero muchos se han esmerado en olvidar su compromiso social; un ejemplo claro, son los festivales que llevan su apellido, vacíos completamente del legado artístico y social que caracterizó a los Revueltas, por lo que intentaré hacer un modesto homenaje a estos distinguidos duranguenses, que amaron a su patria y que contribuyeron a construir el México moderno.
Silvestre Revueltas nació en Santiago Papasquiaro, Durango, en 1899, muere en el Distrito Federal, hoy Ciudad de México, en 1940. Estudió violín y composición en el Chicago Musical College; realiza giras en México y se estrena como violinista y director en varias orquestas de Estados Unidos (EE. UU.). Dirigió la Orquesta Sinfónica Nacional. En 1936 se produce el golpe de estado contra el gobierno legítimo de España, el presidente Lázaro Cárdenas condenó a los golpistas y el apoyo que recibían del gobierno nazi de Alemania y de los fascistas italianos.
México envió armas y otros apoyos a los republicanos. Acudieron también destacados intelectuales y artistas como José Mancisidor, Octavio Paz, David Alfaro Siqueiros y Silvestre Revueltas. Sus obras son interpretadas por las orquestas más importantes a nivel mundial. De sus trabajos más destacados se pueden mencionar, Ventanas (1931), Redes (1935), Homenaje a Federico García Lorca (1936), Janitzio (1936), Sensemayá (1938), basado en una poesía del cubano Nicolás Guillen, La noche de los mayas (1939), La coronela (1940). El poeta chileno Pablo Neruda le dedicó una poesía que la tituló, A Silvestre Revueltas de México en su muerte.
Fermín Revueltas, nace en Santiago Papasquiaro y muere en la Ciudad de México (1903-1935). Estudió en el Instituto de Artes de Chicago, regresa a México en 1922 y participa en el naciente movimiento muralistas al lado de Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. Militó en el Partido Comunista Mexicano.
Expuso en Estados Unidos, invitado por la Federación Americana de las Artes. Hay pinturas suyas en el Museo de Arte Moderno, en la Cámara Agrícola de Cuernavaca y en la Biblioteca de la escuela Eréndira de Pátzcuaro. Decoró los interiores del monumento a Obregón y del Instituto Técnico Industrial (1927). Ejecutó los murales Alegoría de la Virgen de Guadalupe (1922), Símbolos de trabajo (1932, en el edificio del periódico El Nacional) y Alegoría de la producción para el Banco Nacional Hipotecario (1933). Perteneció a la Liga de Escritores y Artistas Revolucionarios (1934-1935).
Rosaura Revueltas nace en la Ciudad de Lerdo, Durango en 1920 y fallece en Cuernavaca, Morelos, en 1996. Estudió con varios de sus hermanos en el colegio Humboldt donde aprendió alemán e inglés. Incursionó en la danza y luego en la actuación. Debutó en la obra Carmen, en Bellas Artes (1945), en La doma de la fiera, dirigida por Seki Sano (1945). En 1949 participa en la película Pancho Villa vuelve, en Islas Marías, con Pedro Infante (1950). En teatro en La desconocida de Arrástralo (1946), El cuadrante de la Soledad (1950), Un alfiler en los ojos (1952).
En 1954 aceptó participar en la película estadounidense La sal de la tierra, fue detenida ella y gran parte del elenco por considerarlos comunistas, pero finalmente se logró terminar la grabación y la película dio la vuelta al mundo. En una presentación de la película en la República Democrática Alemana en 1957, fue invitada a la compañía Berliner Ensemble, del famoso dramaturgo y poeta Bertolt Brecht. En 1960 fue invitada a Cuba a dar clases de actuación. Cuando ocurre la invasión estadounidense de Playa Girón, Rosaura participó activamente al lado del pueblo cubano.
José Revueltas, nace en Durango, y muere en la Ciudad de México (1914-1976). Cuando la familia Revueltas llega a la Ciudad de México, caen en problemas económicos con la muerte del padre en 1923. José, antes de concluir el primer año de secundaria, abandonó los estudios y se educó de manera autodidacta frecuentando la Biblioteca Nacional. En 1928 inició su militancia comunista, en el Socorro Rojo Internacional. Ingresa en 1932 al Partido Comunista Mexicano, donde trabaja para reorganizar la Federación de Jóvenes Comunistas. Fue expulsado en 1943 y vuelve en 1956 al PCM. En 1960 funda la Liga Leninista Espartaco. Esta agrupación editó, en 1962, su Ensayo sobre un proletariado sin cabeza, que le valió la expulsión del PCM.
Fue encarcelado varias veces: la primera a los 14 años y la última en Lecumberri, por su participación en el movimiento estudiantil de 1968. Quedó en libertad en 1971. En dos ocasiones fue recluido en las islas Marías.
Estuvo en Cuba en 1961 para iniciar los trabajos del Instituto Cubano de Artes e Industria Cinematográfica. Fue reportero en varios diarios, realizó trabajos literarios y políticos, que se publicaron en diversos medios. Fue argumentista y adaptador de varias películas, entre ellas Las tres perfectas casadas (1952), La escondida (1955), El apando (1975 de Felipe Cazals), La ilusión viaja en tranvía (1953 de Luis Buñuel). Autor de Los muros de agua (1941), El luto humano (1943), Dios en la tierra (1944), Israel (1947), Los días terrenales (1949), El cuadrante de la soledad (1950), Pito Pérez en la hoguera (1950), En algún valle de lágrimas (1956), Nos esperan en abril (1956), Los motivos de Caín (1957), México: una democracia bárbara (1958), Tierra y libertad (1960), Dormir en tierra (1960), Ensayo sobre un proletariado sin cabeza (1962).
José Revueltas se calificó así mismo: "mi vida literaria nunca se separó de mi vida ideológica. Mis vivencias son precisamente de tipo ideológico, político y de lucha social".
Pablo Neruda dijo de él: "es una síntesis del alma mexicana. Tiene como su patria, una órbita propia, libre y violenta. Tiene la rebeldía de México".
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