Cuando lo anormal se empieza a volver costumbre, automáticamente deberíamos exigir volver a lo normal, a lo cotidiano, deberíamos levantarnos en contra de quienes nos arrebatan la normalidad y nos llevan a la podredumbre, al precipicio.
México está viviendo una crisis de violencia sin precedentes y que arrasa hoy con todo y todos los que estén en el lugar menos indicado en cualquier momento, un día sí y al otro también podemos sentarnos un minuto frente al televisor y no falta el anuncio o la noticia de que mataron a tal o cual persona en una calle sí y en otra también, en una ciudad, pueblo o ranchería.
Los datos no dejan mentir y debemos sacarlos a luz siempre que podamos para lograr entender de que algo no está bien, estamos viviendo algo anormal gravemente.
Nos prometieron disminuir los homicidios, nos prometieron terminar con la violencia y hoy México está bañado en sangre. México vive el peor de sus tiempos en materia de violencia, hoy, en tiempos de la autollamada 4T, en tiempos de un gobierno que se dice humanista, en tiempos de primero los pobres, en tiempo de abrazos, no balazos, tenemos una estadística de 152,623 mil homicidios (incluidos los feminicidios).
Los antorchistas hemos alzado la voz ante estos datos, hoy ya no solo luchamos por agua, drenaje, luz, pavimentaciones, escuelas, etc. Hoy también luchamos por la vida, luchamos para que las autoridades de los tres niveles de gobierno actúen y ejecuten políticas de seguridad que realmente salvaguarden la integridad del pueblo.
Alzamos la voz por nuestros queridos compañeros Conrado Hernández, Mercedes Martínez y su hijo, asesinados en el estado de Guerrero, pero también por todas las familias a quienes les han arrebatado algún integrante, por todas las mujeres desaparecidas, luchamos para que no nos maten y sea algo cotidiano.
Desde este espacio, me dirijo al pueblo siempre humano, al pueblo creador de toda la riqueza del país para invitarlos a que nos levantemos, a que desde nuestras trincheras luchemos juntos para mejorar nuestras condiciones de vida, pero también y, hoy más que urgente, para que vivamos y no sobrevivamos, tenemos derecho a vivir, tenemos derecho a disfrutar de las calles sin temor a caer abatidos, luchemos por la vida.
La esperanza de México se transformó en la desesperación de México, a los morenistas se les dio la oportunidad de gobernar nuestro país y ya nos dimos cuenta que con la 4T vamos muy mal, por eso urge organizarse, politizarse y luchar para construir una mejor sociedad para todos.
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