Son muy pocos los sectores de la población que reciben programas de la Secretaría del Bienestar, a la que todos los días promueve, desde sus conferencias mañaneras, el presidente Andrés Manuel López Obrador.
Resultados proporcionados por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), en la encuesta: “Impulsores de la Confianza en las Instituciones Públicas”, arrojan que, en México, los jóvenes y las mujeres son los que mayor confianza tienen en el gobierno. LA OCDE tiene como objetivo, mediante encuestas, el diseño de políticas para el bienestar económico y social de las personas y los países para que los gobiernos tomen medidas urgentes.
Esta credibilidad y tendencia obedece a que pertenecen a sectores de la población más vulnerables y son muy sensibles, por el lugar que ocupan en la sociedad, ya que normalmente las mujeres asumen la responsabilidad de atender el hogar y a los hijos pequeños, y los jóvenes requieren condiciones económicas para desarrollarse en todos los ámbitos que las circunstancias les permitan. De allí su aprobación.
La calificación del organismo en los 38 países de América del Norte y Sur, Europa y Asia Pacífico, que lo integran, no dejan lugar a dudas al hacer un comparativo entre países pobres y ricos, en aspectos que permiten evaluar la opinión de los habitantes que tienen un ingreso económico aceptable y los que ponen en riesgo su modo de vida, por falta de empleo, educación, alimentos y la constante inseguridad en la que viven.
Los mexicanos que dieron su veredicto con relación a la satisfacción general de su vida en una escala de 0 a 10, otorgaron un promedio de 6, cifra inferior al promedio de los países miembros que es de 6.7.
En el rubro de empleo, el 59 por ciento de mexicanos dijo tener un empleo remunerado, mientras el promedio en la OCDE es de 66 por ciento. En el rubro del horario de trabajo, el 27 por ciento de los mexicanos dijo que es muy largo, comparado con el promedio de la OCDE, del 10 por ciento. En el aspecto educativo, el estudiante mexicano promedio obtuvo 416 puntos en lectura, matemáticas y ciencias, mientras la media en los países integrantes es de 488 puntos en las mismas materias. Finalmente, los mexicanos tienen una expectativa de vida desde que nace, de 75 años, mientras en el resto de los países es de 81 años.
Vistos en conjunto, los porcentajes de la OCDE muestran el continuo deterioro de la vida de la población, pues crece la pobreza en el gobierno, como también lo acaba de confirmar el secretario ejecutivo del Coneval, José Nabor Cruz, en una reunión con diputados integrantes de la Comisión de Bienestar, que las cifras de pobreza mostraron un incremento de dos puntos porcentuales durante 2020, siendo los estados de Quintana Roo, Baja California Sur, Tlaxcala, Estado de México, Yucatán, Querétaro y Nuevo León como las entidades que registraron un mayor incremento en sus índices de pobreza entre 2018 y 2020, pese a que, una y otra vez, López Obrador insiste en que los sectores de la población indefensos, reciben apoyos directos.
Convencido el presidente de que sus programas son lo mejor que le ha sucedido a México, no entiende que es un servidor público al que sólo se le prestó la administración federal durante seis años, y que sí fuera más responsable, debería tomar los datos de la OCDE para instrumentar un plan durante lo que resta de su sexenio para comprobar si realmente son primero los pobres, pues mientras él vive en un palacio, con servidumbre y servicios de super lujo, para hacer más atractiva su política, plantea llevar a México a la austeridad franciscana que de ninguna manera significa ayudar a los trabajadores mexicanos, pues es solo un slogan manipulador de campaña electoral.
A pesar de tan malos resultados ¿aún hay quienes confían en el gobierno? Ojalá que quienes votaron en 2018 por la Cuarta Transformación no se equivoquen al momento de estar frente a la papeleta en las próximas elecciones. Hay muchas palabras, pero en los hechos cero resultados.
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