No es inútil remarcar que la falta de alimentos suficientes y de calidad es una de los síntomas de la pobreza, por la mala distribución de la riqueza. Según estudios, con una población mundial de 7 mil 753 millones de personas, 810 millones padecen hambre. Del total, 83 millones de personas son de América Latina y el Caribe, viven en pobreza extrema y la mitad de ellas en Brasil y México, según precisa el Banco Mundial (BM).
Entre las capas de la sociedad, el 60% de las personas que padecen hambre son mujeres y los niños son los más afectados. Tal es así que, ocurren 8 millones de muertes prematuras al año, como consecuencia directa de la mala nutrición y cada 10 segundos muere un niño por causas relacionadas con la nutrición. Las personas que dependen de la agricultura también son los que padecen un alto grado de falta de alimentos.
México tiene una economía muy importante, forma parte del G20 al ser la 15va economía del mundo, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), alrededor de 100 millones de mexicanos padecen algún grado de pobreza y por ende padecen de una buena alimentación. A pesar de que los mexicanos, según la OCDE y la OMC evalúan como los que trabajan más duro en términos de horas trabajadas al año, en comparación con el resto del mundo y el tercer país con mayor desigualdad económica. En cuanto a la geografía de la pobreza la mayor parte se concentra en el sur, sureste y parte del centro: 74.7% en Chiapas, 75.5% en Guerrero, 66.4% en Puebla, 61.7% en Oaxaca.
En estos últimos años y durante la pandemia el índice de pobreza aumentó aceleradamente. La población con carencias pasó de 41.9% en 2018 al 43.9% en 2020, un aumento de 3.8 millones de personas para un total de 55.7 millones y los que viven en pobreza extrema subió 7% al 8.5%, 2.1 millones más, para un total de 10.8 millones, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Ante esta realidad el gobierno federal cuya respuesta a la pobreza provocada también por la pandemia ha dicho que los programas sociales son suficientes. Además de descalificar a organismos que señalan las medidas de cómo combatir la pobreza y los que critican que los programas sociales no combaten la pobreza, tan solo son paliativos; además, al sistema económico vigente en nuestro país, el neoliberalismo descarado. Durante sus tres años de gobierno solo festeja triunfos imaginativos, no acepta la realidad.
Hoy por hoy, los mexicanos se enfrentan a un nuevo problema, con el alza de los productos de primera necesidad, la canasta básica que se ubicó en 7.05% en la primera quincena de noviembre, la cifra más alta en las últimas dos décadas, según Inegi. Esto no solo afecta a los bolsillos de los obreros, quienes viven al día, sino también a los pequeños comerciantes o a los sectores de la economía que dan un servicio como los restauranteros, porque al momento de preparar un platillo sale caro, ante el alza de los precios de la materia prima que utilizan.
Aproximadamente 57.7 millones de mexicanos enfrentan esta realidad, que son los que día con día trabajan para llevar alimento a sus hogares. Por tanto, esto causaría otros tantos problemas como el agravamiento de enfermedades que se podrían evitar con una buena alimentación, por ejemplo, mueren miles de decenas de niños y adolescentes al año a causa de la anemia por falta de una alimentación sana.
Ante esta realidad, al pueblo de México sólo le queda analizar y tomar partido para resolver este problema social, cada vez más preocupante en nuestro país.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario