MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Sobre la pobreza extrema en América Latina y el Caribe

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La pobreza en América Latina tiene muchas dimensiones, pero sus causas principales son el desempleo, la exclusión social y la alta vulnerabilidad de determinadas poblaciones a los desastres, las enfermedades y otros fenómenos que les impiden ser productivas.

La palabra pobreza, nos dice el poeta mexicano Javier Sicilia “es amplia. Significa ‘carencia’, ‘pequeñez’, ‘desamparo’.

La pobreza en América Latina y el Caribe es una problemática profunda que requiere un compromiso serio y una acción colectiva.

Un pobre en este sentido es cualquiera que cae en un estado de indefensión: un huérfano, un enfermo, un migrante, alguien incapaz de proveerse de la mínima subsistencia, una madre y un padre a quienes le desaparecieron o le asesinaron a un hijo o una hija. La gama es inmensa. Un padre carece de la capacidad de producir y consumir, y lo dice Marx con más contundencia: son los explotados por el capitalismo”.

El pasado 22 de agosto, el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) aprobó el “Manifiesto contra la Pobreza en las Américas”, en el cual se pronunció a favor de una acción permanente para eliminar la pobreza de la región, identificándola como una problemática estructural que afecta a millones de personas en el hemisferio. 

Según Francisco Guerrero Aguirre, Secretario para el Fortalecimiento de la Democracia:

“… el aumento de la pobreza durante los últimos años obedece a una combinación de elementos negativos como la presencia de la pandemia de covid-19 y su impacto intersectorial, la reducción de las tasas de crecimiento económico, el aumento del desempleo y la inflación, que se suman al aumento punzante de la delincuencia, el crimen transnacional, el narcotráfico y la violencia. Todos estos factores han impulsado de forma paralela una ola migratoria sin precedentes en la región”.

Es urgente que los gobiernos de América Latina ofrezcan a sus ciudadanos una solución real en todo lo que se refiere a servicios que contemplen las múltiples dimensiones de la pobreza, observando y garantizando el derecho a la vivienda, educación, salud y sistema de cuidados.

La ciudadanía debe participar en este proceso de cambio. América Latina y el Caribe es la región más desigual del mundo, pues como lo marca el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), el 50 % más pobre de la población se lleva el 10 % de los ingresos.

Mientras el 10 % más rico recibe el 55 % de los ingresos, y en términos de distribución de la riqueza, la concentración es mayor todavía, porque el 10 % más rico acumula casi el 80 % de la riqueza, y el 50 % más pobre tan solo el 1 % de la riqueza.

Esta gran brecha entre ricos y pobres es evidente, lo que provoca descontento entre la población. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina (Cepal), en la actualidad, 255 millones de personas en América Latina sufren de situaciones de privación en diversos ámbitos del bienestar considerados esenciales por las sociedades. 

Referente a México, uno de los lemas de campaña de López Obrador fue: “Por el bien de México, primero los pobres”. Con este lema ganó la Presidencia de la república, pero la realidad nos dice que no acabó con la pobreza.

En nombre de la pobreza, López Obrador aplicó programas sociales que no acabaron con este flagelo, pues todo se vio como caridad pervertida y dádiva. México sigue siendo país de pobres y la población se encuentra indefensa ante la violencia y la impunidad: un país de pobres que sufren día a día sin encontrar ninguna salida.

Aunado a lo anterior, el Banco Mundial recortó su expectativa de crecimiento de México para este año y el próximo, al incorporar el impacto que han tenido en las inversiones productivas y las tasas altas. 

El equipo de economistas del organismo estima que el Producto Interno Bruto (PIB) de México en este año registrará un crecimiento de 1.7 %, estimación inferior al 2.3 % que proyectaron en junio, lo que pone en evidencia un segundo ajuste consecutivo desde el 2.6 % previsto por ellos mismos. 

“Las economías de América Latina y el Caribe registraron un crecimiento conjunto de 1.9 % este año que subirá a 2.6 % para el 2025”, afirmó un economista el 10 de octubre de 2024.

Para acabar con la pobreza en América Latina y en nuestro país se requiere de cambiar el modelo económico y social por uno más justo para todos. Y tomar en cuenta los cuatro ejes que propone el Movimiento Antorchista Nacional: crear trabajo para todos, elevar salarios, implementar una política fiscal equitativa progresiva y reorientar el gasto público hacia la construcción de escuelas, hospitales, salud, agua potable, energía eléctrica y más.

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