A más de un año de que los mexicanos estemos sufriendo los terribles estragos de los efectos de la pandemia de covid-19, hay cerca de tres millones de contagiados y alrededor de 300 mil fallecidos, esto debido a las malas políticas del Gobierno de la 4T para evitar los contagios y atender a los enfermos que provoca esta cruel enfermedad, convirtiéndonos en el cuarto país del mundo en número de muertos y contagiados de coronavirus.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, siguiendo las instrucciones del capitalismo mundial rapaz, jamás detuvo la producción en la industria, además llamaba a los mexicanos a salir a la calle a riesgo de contagiarse, "que se muera el que se tenga que morir", esa fue su política en materia de contención de los efectos de la pandemia; de ahí las escandalosas cifras de contagios y muertos, pues estaba aplicando lo que se llama la "inmunidad de rebaño" y las ideas fascistas y de exterminio del capitalismo sanguinario, tal como lo planteaba, a fines del Siglo XVIII, el ideólogo burgués Tomas Malthus en su libro "Ensayo sobre el principio de la población". En su escrito Malthus dice que la forma de acabar con el hambre y la pobreza es disminuir la población, sobre todo los enfermos y viejos, los que no producen, y que vivan sólo los productivos; por ello, llamaba a que hubiera guerras de exterminio e, incluso, señalaba que si había epidemias en las cuales moría mucha gente, esto sería lo mejor. En efecto, en nuestro país, los cientos de miles de mexicanos muertos por la pandemia han sido en su mayoría personas de la tercera edad y nuestros familiares que padecían alguna enfermedad.
Para el “Peje”, otro sector social que no va a las fábricas o al campo a trabajar son los niños, son los improductivos pequeños que, a criterio del mandatario y sus funcionarios, se la pasan en casa entreteniendose con los videojuegos, por eso hay que mandarlos también al cruel matadero, como en los tiempos bíblicos cuando el emperador Herodes I, para evitar el florecimiento del cristianismo en el mundo, mandó matar a todos los niños menores de dos años en el pueblo de Belén, lugar donde había nacido el Niño Dios, Jesús, el fundador de la fe cristiana.
Esta tercera ola está siendo provocada por el desencadenamiento de una nueva variante de la mutación del coronavirus, la variante Delta, que está haciendo estragos en todo el mundo y en nuestro país, sobre todo con los que no se han vacunado, como son los jóvenes y niños; en los últimos días, en México, se han contagiado más de 20 mil infantes y han muerto alrededor de mil. En estas condiciones, el cruel neomalthus mexicano exige, el muy estúpido, que nuestros hijos vayan a la escuela.
¡Pero no, estimados lectores!, no permitamos que el Gobierno de la 4T mate a la inocencia de nuestro país, al futuro de nuestra sociedad; levantémonos y exijamos condiciones seguras para un eventual regreso a clases y que, en primer lugar, nuestros hijos estén vacunados. Nada más, pero nada menos.
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