La noticia cae como un baldazo de agua fría, “Fortuna de Carlos Slim alcanza nivel récord en el primer trimestre de 2022”, (El Financiero. 17 de julio). Así es, el multimillonario alcanzó una fortuna de 1.8 billones de pesos, cantidad que no alcanzo a dimensionar ni de manera física o cuantitativa, pues un billón es un millón de millones, o sea, un uno con 12 ceros (1,000,000,000,000), y el señor Slim tiene 1.8 billones, lo que equivale al 10 por ciento del PIB de nuestro país; un mar de dinero en pocas palabras.
Pero la noticia no solo es impresionante por la cantidad de dinero que el empresario posee, sino porque el país está sumido en la pobreza, la inflación de casi el 9 por ciento está afectando a todos los mexicanos, los productos de la canasta básica se han encarecido a tal grado de que es ya imposible adquirir lo indispensable para nutrirse medianamente.
El huevo, aceite, carne, tortilla, pan, calabacita, pollo, jitomate, el gas LP y muchos otros productos más, han elevado sus precios hasta casi el 50 por ciento de su costo anterior, lo cual está afectando a los más pobres, pues el salario raquítico que siempre han ganado, ese no aumenta, al contrario, disminuye su capacidad adquisitiva, o sea, la gente compra menos de lo que podía comprar antes, pues ya no alcanza el mismo salario para cubrir los productos que antes se compraban por la misma cantidad de dinero.
Ante un panorama tan peligroso en nuestro país, se presenta esta noticia: el hombre más rico de México no sólo no siguió ganando, sino que aumentó su fortuna en un 56 por ciento más, o sea, 247 millones de pesos diarios, cada día. La noticia se dio a conocer por José Luis Caballero, el día 17 de julio en el portal www.eleconomista.com.mx.
Digo que, ante un panorama tan peligroso, pues millones de mexicanos se debaten entre la vida y la muerte por hambre; un solo hombre (y su familia supongo), posee la riqueza suficiente no sólo para combatir el hambre de los mexicanos, sino de muchos otros países más. Tremenda desigualdad es una verdadera mentada de madre para los seres humanos que luchan por sobrevivir día con día.
¿Qué podemos hacer ante esta situación? Slim gana 247 millones diarios, y los trabajadores del campo y la ciudad apenas alcanzan a ganar entre 100 o 200 pesos, cuando mejor les va.
Qué solución se le puede encontrar a un sistema que enriquece a una pequeña minoría, mientras millones; más de 100, viven en la pobreza extrema. Y qué se puede hacer con un gobierno que prometió apoyar a los más pobres, y a más de tres años de administración los deja morir de hambre, enfermedad, y con la mayor carencia de obras y servicios en colonias, comunidades, pueblos.
La única salida es organizarse. Sí, organizarse y luchar, todos los que estamos siendo afectados por la gran brecha de desigualdad, todos los que no encontramos solución a nuestras peticiones de salud, agua potable, drenaje, pavimento, apoyos sociales, educación, deporte, etc.
Debe surgir, dentro del ceno del pueblo mismo un grupo dirigente que aglutine a su alrededor a una gran mayoría de inconformes, y que educados políticamente le expliquen a toda la sociedad la necesidad de cambiar al actual estatus quo, donde los ricos se hacen más ricos y los pobres se mueren de hambre. Ese grupo dirigente está llamado a revolucionar el país, a educar a las masas empobrecidas y explicarles que es posible parar la brecha de desigualdad, ese grupo ya existe, y se llama Movimiento Antorchista Nacional.
Antorcha, como también se le conoce, propone llegar al poder por la vía democrática, con candidatos del pueblo, educados para hacer frente a los problemas económicos y sociales de nuestro país, y que, habiendo ganado el poder, se implementen los cuatro ejes propuestos para sacar, sistemáticamente, del atraso y marginación a nuestro país y a todos los mexicanos.
Luchemos por más empleo, por mejores salarios que cubran lo más indispensable; luchemos porque los que ganan más paguen más impuestos; luchemos porque esos impuestos se le regresen al pueblo en obras y servicios donde más se necesitan, y porque la salud, educación, deporte y cultura nunca falten en nuestro país, todo esto es posible si nos decidimos a luchar, educar y organizar al pueblo de México, la tarea no es fácil, pero las actuales circunstancias así nos lo exigen, de lo contrario, el pueblo se puede desbordar por la desesperación, con resultados que nadie deseamos.
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