El crecimiento económico de un país se basa en el incremento de la renta nacional o el PIB per cápita, lo que permite comparaciones responsables entre países sin que los más poblados parezcan automáticamente los más ricos.
La economía mexicana ha crecido en lo que va de 2024 apenas por encima del 1.5 %, pero se nota una desaceleración frente a 2023, especialmente en la actividad secundaria, que está en recesión en Estados Unidos desde hace más de dieciocho meses.
Las decisiones equivocadas del Gobierno de la 4T pueden provocar grandes descalabros económicos, afectando la inversión extranjera y destruyendo las cadenas de suministro.
A pesar de esto, en su conjunto, la economía estadounidense ha crecido mejor que la de México, aunque también en desaceleración.
Un ciclo económico se define en cuatro fases: contracción, recuperación, expansión y desaceleración. Actualmente, parece que nos encontramos en la última fase, después de haber llegado a la cima en el verano de 2023.
A partir de aquí, nos dirigimos hacia una recesión, aunque puede que esta no sea tan drástica como en otras ocasiones. Sin embargo, también es posible una reaceleración impulsada por recortes en las tasas de interés.
El precio del dólar estadounidense al menudeo ha superado los 20 pesos por unidad, el nivel más alto en casi dos años, lo que ha generado nerviosismo en los mercados financieros locales.
El nerviosismo ha sido exacerbado por las reformas constitucionales que se discuten en el Congreso, especialmente las relacionadas con el Poder Judicial, que han causado preocupaciones en Estados Unidos.
Senadores estadounidenses han advertido que estas reformas podrían debilitar la independencia judicial y, con ello, violar los términos del T-MEC, lo que podría reducir hasta en 30 % las exportaciones mexicanas. Uno de los sectores más afectados sería el automotriz, que lidera las exportaciones nacionales.
En resumen, las decisiones equivocadas del Gobierno de la 4T pueden provocar grandes descalabros económicos, afectando la inversión extranjera, destruyendo cadenas de suministro y provocando la pérdida de empleos.
En toda democracia, fortalecer el Estado de derecho debe ser un proceso evaluado y debatido con cuidado, especialmente cuando están en riesgo tratados comerciales tan importantes como el T-MEC.
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