En el estado de Sonora, específicamente en el municipio de Hermosillo, a escasas dos semanas de terminar el mes de abril, nos hemos dado cuenta que algunos funcionarios han dejado de estar en la comodidad de su oficina, con el aire acondicionado.
Y dejan esa comodidad para literalmente tragar polvo, darse baños de pueblo, abrazar a los abuelitos, besar a un niño o acariciarle la pancita a una embarazada, andan en los barrios haciendo de todo para agradarle a la gente y convencerlos de que ellos son la mejor opción en las próximas elecciones.
Muchos de ellos como se mencionó antes, fueron funcionarios públicos, algunos en el DIF otros en Bienestar Social y de varias dependencias estatales y municipales, algunos otros son hermanos, hijos o primas también de funcionarios, mismos que tuvieron la oportunidad de ganarse el cariño y respeto de la gente respondiendo a las necesidades de la misma pero la sorpresa es que dieron pocos resultados en donde estaban cuando la gente del pueblo de verdad los necesitaba, y ahora vienen a prometer cosas que pudieron resolver.
Bueno.... ¿Acaso no conocen la vergüenza?
Amigo lector te invito a que veas a cada uno de los candidatos y hagas memoria si alguno de ellos te visitó ahora que la pandemia estaba en su máximo apogeo, si alguno de ellos te tendió la mano, ése es el correcto, pero, si no reconoces a ninguno de ellos, quiere decir que no se merecen tu confianza ni tu voto.
¿Por qué los tiempos electorales que estamos viviendo son especiales?, Estamos en medio de una pandemia que aún no se ha controlado, en donde no hay vacunas suficientes para que la gente sepa con certeza que está protegida, tampoco hay clases presenciales por las mismas cuestiones y aquí la pregunta obligada ¿Qué les hace pensar que este periodo de elecciones la gente ya no corre riesgo?
Tal parece que les importa más seguir en el poder, aun a costa de la salud pública.
Porque aún, cuando estamos en Semáforo verde, se siente y se ve rojo, al final la realidad pesa más que las intenciones de tranquilidad que quieren dar.
Esta crítica tan visceral del actuar de muchos candidatos de cualquier color, no tiene un contrapuesto, pues no hay mejores opciones.
Y como dice Don Manuelito del Campito: ¡Más triste nuestra realidad!
Y es que de donde deben de salir candidatos diferentes, ¡es del pueblo! gente que hayan sentido en carne propia las desventuras de una vida humilde.
Es ese mismo pueblo que debe organizarse para generar hombres y mujeres pensantes que tengan la intención de gobernar por el bien de todos.
Y también se requiere que los puestos de gobierno no se coticen con salarios tan onerosos que implique que la gente quiera gobernar por agarrar más dinero.
¡Todo debe tener un balance!
Todos los que pertenecemos a la clase humilde tenemos la obligación de prepararnos, de sacar la casta, de educarnos, de organizar a todos nuestros vecinos para que entre todos fijemos el rumbo de cada una de nuestras colonias y por qué no, del estado o el país.
De las colonias deben salir los candidatos preparados, buenos, comprometidos y sobre todo que quieran servir al pueblo y que no tengan la intención de agarrar un puesto político por el salario tan jugoso o simplemente para servirse del poder.
Tarea difícil que requiere gente que esté dispuesta a servir a sus semejantes y por eso es necesario que nuestros jóvenes se eduquen, tengan espacios educativos, culturales y deportivos a su alcance, que contribuyan a su formación y sobre todo se involucren en la vida política y gestora de sus comunidades.
Nuestra organización, el Movimiento Antorchista ve en los jóvenes ese semillero de líderes, por eso defendemos con uñas y dientes la casa de Estudiante Sonorense.
Ahí se deben formar los políticos de altura intelectual pero que no se alejen de la base. Confiamos en ellos, por lo tanto, nos toca ayudar a formar a nuestros propios líderes.
Por lo pronto, lo único que nos queda es votar por el menos peor, por algún candidato de este arcoíris de partidos. ¡Pónganse truchas campañeros!
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