La inseguridad no es un fenómeno nuevo que sorprenda a todos los ciudadanos en el día a día; lo que ha sucedido en todo el país, en las últimas dos décadas, es que se ha agudizado.
En el gobierno panista de Felipe Calderón más de 120 mil muertos en su sexenio; en el gobierno priista de Enrique Peña Nieto, 156 mil 437; la situación se ha salido de control en estos cuatro años de gobierno de la 4T con Andrés Manuel López Obrador y su plan fallido de abrazos no balazos.
En los cuatro años de gobierno lopezobradorista van 128 mil 152 muertos, un promedio de 32 mil 038 homicidios por año, esto anticipa que al final del sexenio estaríamos llegando a los 192 mil 228 o, según otras estimaciones, a más de 211 mil homicidios, superando a todos los sexenios anteriores. ¿Será la razón que motiva al Gobierno federal a modificar la constitución para mantener el ejército en las calles hasta el año 2028?
Hasta ahora esta es una estrategia fallida y lo seguirá siendo mientras no se ataquen de raíz las causas que provocan la inseguridad, mismas que son inherentes al sistema económico imperante en nuestro país, el mal congénito y sus causas son profundas y diversas, son el resultado de una descomposición social en todas las capas sociales, es la manifestación de la putrefacción de la sociedad desigual en que vivimos; solo cambiar el modelo económico imperante hará que desaparezcan esas causas y con ello sus fatales consecuencias.
Por ahora mencionaremos algunas que siguen sin resolverse y mientras esto no suceda, seguirán siendo el combustible idóneo para motivar y fomentar la inseguridad; la pobreza y la gran desigualdad social, el desempleo, malos salarios y errónea forma de distribuir la riqueza social, la nula masificación del deporte en todas sus modalidades y disciplinas, la escasa difusión de la cultura y el arte en todos los extractos sociales, la poca inversión en educación, salud, infraestructura social, ciencia y tecnología, porque la inseguridad no se resuelve colocando un soldado a cada mexicano, eso es absurdo e imposible; por el contrario, no podemos ni debemos acostumbrarnos a vivir en una ambiente hostil, ser indiferentes, hay que seguir opinando, denunciando y contribuyendo desde nuestros modestos esfuerzos para que un día se resuelvan de una vez por todas los graves problemas de inseguridad que nos aquejan actualmente.
Toda la polémica que se ha generado sobre la propuesta de mantener al ejército en las calles hasta 2028, para apaciguar y mantener la tranquilidad en nuestros país o con otros fines políticos partidistas a mediano y largo plazo, es una propuesta poco efectiva, podemos anticipar su fracaso sin temor a equivocarnos, los malos resultados los podemos deducir con lo que ha pasado en los últimos 12 años con los gobiernos neoliberales y en los cuatro años del gobierno de la 4T, en los que ha permanecido el ejército en las calles. Es solo circo, maroma y teatro barato, simple demagogia.
La iniciativa presentada en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, en el Pleno del Congreso donde se aprobó con dos terceras partes —representando 334 diputadas y diputados, tomando en cuenta que el total es de 500 legisladores—, posteriormente se envió para su revisión y aprobación de la Cámara de Senadores por las tres terceras partes por ser propuesta de reforma constitucional, el día cinco de octubre.
“Las autoridades del senado confirmaron la aprobación para el plazo constitucional que permite la permanencia de las fuerzas armadas en actividades hasta 2028 (87 votos a favor, 40 en contra)” Meridiano.mx “con los argumentos de que las fuerzas armadas van a generar confianza entre la ciudadanía para ofrecer protección y seguridad”, mismo que se turnara a la Cámara de Diputados para su proceso legislativo y aprobación, donde se incluyen, nuevos acuerdos; la presentación de informes semestrales sobre las tareas de las fuerzas armadas, la creación de una comisión bicameral que los analice, dictamine y cite a los titulares del gabinete de seguridad, así como el fortalecimiento de las instituciones de seguridad pública con partidas presupuestales especiales.
Mientras que la oposición “votó en contra de seguir prolongando una estrategia fallida de seguridad que nos va a condenar, a nosotros y a las próximas generaciones, a seguir en un clima de inseguridad, de violencia y de confrontación”. Ante los fracasos y pocos resultados favorables que se han tenido en materia de seguridad al mantener en las calles el ejército en casi dos décadas, solo por necedad gubernamental u otros fines ocultos es por el que se aferran a seguir con esta estrategia fallida, la militarización del país no es la solución a los problemas de inseguridad.
Los graves problemas de inseguridad en México solo se resolverán cuando un modelo de sociedad, centrado en el pueblo por el bien común, donde el pueblo sea el verdadero dueño del país, se mejore el nivel de vida y el bienestar de las mayorías, como el eje principal de desarrollo y enseñarle al pueblo métodos científicos de análisis del desarrollo social como pensamiento irremplazable para comprender el mundo.
Necesitamos un nuevo modelo económico que arranque de la pobreza a más de 100 millones de personas y les mejore la calidad de vida y superar definitivamente sus precarias condiciones de vida en las que han estado sumergidas por siglos. Para ello necesitamos que; “Con aquel río de desheredados había para acabar con los dominadores; pero los pueblos son ríos mansos, muy mansos, demasiado mansos. Otra cosa sería si tuvieran la certeza de su fuerza y la certeza de sus derechos” RFM. Ahí está la gran tarea pendiente de las masas.
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