Para algunos ya no es novedoso el discurso de calumnia y de desprestigio del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, con el cual engaña y confunde al pueblo de una manera descarada y rapaz.
Con ese discurso, también de odio, deja de lado los verdaderos problemas que en verdad afectan y viven los mexicanos. Durante su administración, ya casi de 4 años, la pobreza aumentó de 52 a 58 millones de pobres y la pobreza extrema no se queda atrás, también va en aumento.
La inflación va al alza y como consecuencia de ello, los precios también escalan. Y para hacerle frente a esto, López Obrador anuncio el Paquete Contra la Inflación y la Carestía (PACIC), con el cual, supuestamente, estabilizaría los precios de los productos de la canasta básica, pero a tres meses de implementarlo, resulta todo lo contrario.
Actualmente, son 22 productos de la canasta básica que registran incremento en su precio derivado de que la inflación es ya del 8.16 por ciento, y se prevé que vaya en aumento. La inflación se aceleró al grado de que en países como México y Estados Unidos (EE. UU.) alcanzó niveles no vistos en 20 y 40 años, respectivamente.
El especialista en Economía y Finanzas de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC), Ramón Martínez, alertó que las proyecciones del Banxico anticipan que el índice inflacionario no sólo se encamina a 9 por ciento, sino que puede llegar a nuevos picos máximos cercanos a 10 puntos porcentuales.
Explicó que la inflación ya representa el golpe más fuerte para la economía de las familias mexicanas; los sectores más afectados serán los segmentos socioeconómicos de nivel de vida bajo y menos ingresos. A su vez, el Banco de México (Banxico) reportó que hay algunos diagnósticos donde se advierte que el pico más alto del índice de precios se espera entre agosto y septiembre próximos.
Las pruebas fehacientes están a la vista de todo consumidor; los que ganan un salario mísero, y los que se han empobrecido ya no les alcanza para adquirir lo básico. En nuestro país se registran los precios siguientes; la papa aumentó un 53.12 por ciento; la cebolla, 53.64; el huevo, 37.15; el aceite y las grasas vegetales, 32.65; el limón, 19.20; el pan de caja, 18.26; el jabón de tocador, 17.90; la tortilla de maíz, 12.84.
Datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), revelan que la inflación en alimentos llega al 14.35 por ciento, muy lejos de las cifras que maneja el gobierno de López Obrador.
De acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el aumento de los precios de los alimentos impacta principalmente a los hogares con menos recursos, que destinan el 50 por ciento de su gasto a este rubro, mientras que el más rico le destina solamente el 28 por ciento. En el primer trimestre de 2022, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), el 38.8 por ciento de la población con ingreso laboral gana menos de lo que cuesta la canasta alimentaria.
En el gobierno de López Obrador y de la Cuarta Transformación, México sufre una carestía alimentaria dos veces más severa que en el anterior, lo que traerá consigo enfermedades y más población que no podrá comer tres veces al día. La canasta de más de 100 tipos de alimentos se encareció en un 32 por ciento durante los primeros 43 meses y medio de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador; es decir, del primero de diciembre de 2018 al 15 de julio de 2022” (El Universal, 23 de julio).
Nuestro país tiene una población de 58.1 millones de personas que trabajan e integran la Población Económicamente Activa (PEA), dato que arroja más de 80 millones mexicanos damnificados por la inflación. No obstante, 2 millones de trabajadores no cuentan con un trabajo; de los ocupados casi 3 de cada 5 tienen uno informal sin prestaciones, sin seguridad social ni la capacidad de sindicalizarse; 5 millones (9 por ciento) están subocupados; es decir, tienen necesidad de trabajar más tiempo; 2.2 millones no están en nómina y su salario no es fijo, depende de los ingresos que tenga la unidad económica. Impacta a 60.8 por ciento de hogares con inseguridad alimentaria. (Fuente: Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, primer trimestre, INEGI).
Los aumentos de precios generalizados y la inflación no son consecuencia de un aumento en la demanda, menos ahora que el mundo se ha empobrecido como consecuencia de la crisis económica y sanitaria, es sin duda, consecuencia de los aumentos de precios que deciden las empresas, principalmente los monopolios que ven caer sus utilidades; es un fenómeno ligado al proceso productivo.
Pero los salarios no aumentan y luchar por ellos es la única opción. El caso de los trabajadores de Telmex es un claro ejemplo. Impulsados por las violaciones al contrato colectivo entre otras demandas, se fueron a huelga 25 mil trabajadores de una empresa estratégica, los apoyaron 30 mil jubilados, un sindicato que hacía 37 años no se ponía en huelga, no es casual que a las 24 horas de iniciada la batalla, sus dirigentes desde hace más de 37 años, deciden levantar la huelga porque con esa huelga de 25 mil trabajadores en activo y 30 mil jubilados ya se conquistó, una mesa de negociaciones para dos días después.
López Obrador, en su conferencia mañanera, declaró, en son de burla, a la clase trabajadora, al limitarse a dar buenos resultados, pero no atacó a los neoliberales que se están beneficiando con la unificación de la lucha sindical y la obtención de mejoras laborales porque uno de los enemigos más odiados del neoliberalismo es el sindicalismo combativo que, con todo el poder del Estado, ha sido nulificado.
Ahora, a la vista de todo México, se ha vuelto a mostrar; y el supuesto defensor del pueblo nada dice, porque a quien le hicieron huelga es nada menos al magnate Carlos Slim.
Las medidas monetaristas y la indiferencia del gobierno que encabeza Andrés Manuel López Obrador para atender la emergencia, como lo prueba sus ineficaces medidas de fondo para hacer frente al problema, han fracasado antes y ahora, pues hay severos problemas económicos que amenazan con que derivaren graves problemas sociales. Sigue inventando salidas como el PACIC, que sólo sirven para marear al pueblo, y la convocatoria a los agricultores del país para que se centren en la producción de alimentos básicos, maíz y frijol principalmente, prácticamente para el autoconsumo, un total disparate visto con la óptica de cualquier teoría económica seria.
Los precios del petróleo y el gas están más altos que nunca, lo que se viene a sumar a la carestía de los productos de consumo masivo que ya existía previamente; se pronostica mayor escasez de combustibles, de granos y de otros alimentos de origen agrícola o pecuario que, de convertirse en realidad, dispararía los precios de todo, es decir, elevaría todavía más la inflación que ya hoy es un problema grave. En México, por ejemplo, ronda el 9 por ciento, lo que vuelve más difícil el acceso a la canasta básica alimentaria, acercándonos al borde de la hambruna.
No hay manera de concluir algo diferente, el plan y el paquete habrán servido como buena propaganda electoral, pero no como freno a la inflación ni como un alivio para los estratos de más bajos ingresos, para la clase trabajadora del país. El mundo del capital no ofrece ya nada más que pobreza, pobreza y más pobreza y sus defensores y operadores se emplean a fondo para que los pobres no hagan conciencia de ello.
Ante esta situación, Antorcha propone un proyecto distinto para sacar a México del atraso y llevarlo a un futuro mejor para todos. "El objetivo es un México sin desigualdades abismales, con un nivel de vida decoroso para las mayorías, con un pueblo sano, fuerte, educado, bien alimentado y capaz de producir toda la riqueza necesaria para el bienestar de todos." (Fragmento del pronunciamiento del jueves 22 de julio de 2021 de Aquiles Córdova Morán).
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