Para la gran mayoría de mexicanos ha quedado más que claro que la Cuarta Transformación no fue el cambio que prometieron y que resultó ser peor de lo que conocíamos. En esta ocasión quiero hacer mención a un artículo que escribí el día 26 de mayo de 2020 y que fue publicado en la página de internet de nuestra organización www.movimientoantorchista.org.mx que se tituló: "AMLO y su aversión a las energías limpias” en el cual señalaba las malas decisiones que tomaba en aquel entonces el Gobierno federal en voz de la secretaria de energía Rocío Nahle al echar abajo los contratos con empresas privadas para la generación de energías limpias como la eólica para darle preferencia a la generación de las "energías sucias” y con esto, según el fortalecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE). Ya también aventuraba a decir de los posibles problemas que esto traería a nuestro país: que el recibo de luz llegara más caro, que se den apagones frecuentes en grandes zonas del territorio nacional y que se genere una contaminación al medio ambiente mucho mayor.
Hoy, a más de ocho meses se ha concretado estas ideas con la iniciativa de reforma a la industria eléctrica que el presidente de la Republica mandó a los diputados para su aprobación, que como es costumbre ya la aprobaron sin modificación alguna. ¿Y qué es lo que esta modificación plantea? Se modifica el orden de prioridad para el despacho de las centrales eléctricas y le da prioridad a la CFE sobre las empresas privadas. Se privilegian a las plantas hidroeléctricas; luego la planta nuclear y a las centrales geotérmicas de ciclo combinado y termoeléctricas de la CFE; plantas eólicas y solares de particulares, y centrales eléctricas del ciclo combinado de propiedad privada. También obliga a la Comisión Reguladora de Energía (CRE) a revisar e invalidad los permisos de autoabastecimiento de energía eléctrica obtenidos, en su caso, mediante "actos constitutivos de fraude a la ley”.
Pero, ¿qué ocasionará esta reforma? Empezaré diciendo que actualmente, en las refinerías del país se transforma el petróleo en gasolina, de este proceso queda un desperdicio, el famoso combustóleo, este, era utilizado por las termoeléctricas para generar electricidad y otra parte, en décadas pasadas era vendido a otros países para la generación de energía eléctrica, pero su venta ya no representa buen negocio porque, precisamente, genera una enorme cantidad de contaminantes al medio ambiente, por lo que los países poco a poco han ido dejando de utilizarlo, este hecho representa un problema para nuestro país porque ya no saben qué hacer con él, cada vez se acumula mas y mas y no se puede ya almacenar, no tienen espacios. El hecho de que ya no se pueda sacar del país por medio de la venta ha generado una crisis de almacenamiento y la única opción es quemarlo y ¿como? Antes de esta reforma, por ley no se podía quemar todo esté combustóleo ya que la CFE estaba obligada a darle preferencia a las otras fuentes de producción de energía para garantizar el abasto, entonces, si está quemaba todo este desprecio se iba a generar una cantidad mayor de energía de la que se requería y la solución a esto era venderlo. Ahora con la modificación la CFE tiene la facultad de poner en primer lugar sus termoeléctricas para el abastecimiento de energía a todo el territorio nacional y ¿qué pasa con esto? Simple y sencillamente tendrá la puerta libre para quemar todo el combustóleo que quiera sin que nadie le pare un alto. Así termina esta crisis. Esto pudiera pensarse como una buena solución al problema, pero se deja de lado las cuestiones secundarias y de los que ya hablaba líneas arriba: costo de energía más alto, apagones en grandes zonas del país por el desbalance en la generación y el consumo y lo más grave, los problemas ambientales y de salud que traerá consigo su quema, como, por ejemplo, en la termoeléctrica de Tula o Salamanca, aquí en nuestro estado.
Así, en condiciones "normales&rdquo, sin que aun entre en vigor las modificaciones se dejan ver los efectos nocivos a la salud que las termoeléctricas causan a la población donde están instaladas, por ejemplo, el 19 de febrero se declaró contingencia ambiental en partes de salamanca, por el incremento de emisiones de dióxido de azufre (SO2) y partículas debido al uso de combustóleo en la planta termoeléctrica de la CFE. La Secretaría de Medio Ambiente y Ordenamiento Territorial (SMAOT) estatal informó que se incrementaron siete veces más que el promedio, las emisiones dióxido de azufre principalmente en las colonias San Juan Chihuahua, Bellavista, San Gonzalo, Franco y Centro. De acuerdo con la dependencia, el aumento se registró a partir de las 4 de la mañana del viernes 19 de febrero.
Es de notar que Petróleos Mexicanos (Pemex) aumentó el abasto de combustóleo a la termoeléctrica para seguir trabajándola, después de la crisis de gas natural por la que atravesó el país, sin embargo, es lamentable que el gobierno federal haya preferido utilizar este recurso por encima de la salud de los guanajuatenses. Si estos efectos se dejan ver con este aumento temporal en el uso de las termoeléctricas. ¿Qué nos espera cuando la realidad de las ideas viejas y obsoletas de la cuarta transformación en la generación de energía nos alcancen? En el discurso dicen ver por las necesidades de los mas pobres de nuestro país, pero en los hechos es totalmente lo contrario y ejemplos sobran.
Esta es una muestra del poder que tiene la 4t, materializa sus ideas tan equivocadas y que atentan contra el bienestar de la población, gracias a la mayoría que tienen en la cámara de diputados. Cada día se vuelve más importante concientizar a la población sobre el peligro que corremos todos, que corre el país entero si Morena sigue en el poder después de estas elecciones. Sus políticas han ido en perjuicio de todos nosotros y es momento de cobrar la factura. Nuevamente, amigos lectores y compañeros antorchistas, analicemos las opciones que tenemos este julio, tenemos que ser cautelosos con nuestro voto. Seamos parte del cambio, del verdadero cambio, en el cual no está Morena ni sus aliados en los puestos de elección. Generemos el cambio ya, pero un cambio verdadero.
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