En Ixtapaluca, hay una grave crisis social que apenas inicia. Los síntomas son claros y están manifestados en el incremento de la inseguridad que se observa en el aumento de asesinatos y masacres como no se habían registrado antes en este municipio del Estado de México.
Pero esta crisis también tiene que ver con el aumento del uso de las corporaciones policiales para avasallar a la ciudadanía, la cual empieza a mostrar rasgos de inconformidad, al punto que puede estallar en manifestaciones debido al abusivo uso de la fuerza pública por parte del gobierno de Morena.
Es evidente que el alcalde morenista, por sus malos resultados en la administración pública, quiere dar golpes de autoridad porque también es notorio el descontrol existente en el municipio, en el que ni siquiera ha podido mantener la infraestructura que dejaron las tres últimas administraciones y porque, aunque no lo quiera ver, tras casi 10 meses en el gobierno, ya todo se ha deteriorado.
Y como no ha sabido gobernar, incluso sin tener obstáculos sociales, como grupos que artificialmente se manifiesten, pretende hacer valer sus designios por la vía de la fuerza, aunque no hay ninguna necesidad de que sea así.
De esta manera ocurrió desde el inicio de la administración, con el despido injustificado de cientos de trabajadores de diversas áreas como bomberos, profesores del DIF, del OPDAPAS, de obras públicas. Y, aunque los afectados se manifestaron, sus protestas no tuvieron ningún resultado.
Otro conflicto se suscitó cuando se registraron planillas para los cargos de autoridades auxiliares (delegados, subdelegados y copacis). Cientos de personas denunciaron irregularidades en el proceso, incluso un día después del cierre de la convocatoria, en las oficinas del palacio municipal, los funcionarios seguían ingresando documentos ilegalmente. Un numeroso grupo de policías desalojó la manifestación sin derecho de réplica.
Otro suceso se dio el 4 de agosto en el poblado de Ayotla con motivo de la conexión del OPDAPAS a las redes de los pozos autónomos. Ese día, el conflicto escaló al grado de represión, pues en las redes sociales circularon videos donde la policía golpeaba a vecinos de esa zona sin importar género ni edad. No hubo diálogo, pese a que hubo cierre de calles, lo que afectó a terceros.
El más reciente caso, se dio con el desalojo de una Casa de Cultura en la unidad habitacional Los Héroes, la cual, según el argumento de quienes detentan la propiedad, nunca ha pertenecido al Gobierno municipal, por lo que el haber llegado con más de 30 patrullas y más de 70 elementos fue un abuso de la fuerza pública.
Otro acontecimiento, fue la clara provocación del Gobierno municipal antes del evento del 15 de septiembre, ocurrido en la colonia Cerro del Tejolote, cuna del antorchismo: un grupo de funcionarios llegó a dejar un oficio de desalojo de la explanada de esa comunidad. El oficio es una aberración legal, pues aparte de que menciona que es un jardín, no se dice a quién se le ordena desalojar ni cómo se podría desalojar un espacio abierto que la colonia y sus visitantes han disfrutado libremente durante años: sus fuentes, su kiosco, los eventos culturales gratuitos y sin ningún tipo de condicionante, tal y como ha sido con este y los demás espacios de la colonia que ahora se quiere apropiar el gobierno municipal.
Todos esos hechos, como se puede ver, son un cúmulo que describe con toda claridad la crisis social y política que ya iniciada en le municipio de Ixtapaluca, atizada por el Gobierno municipal.
Las inconformidades por los abusos y provocaciones del Gobierno municipal, tarde o temprano, se van acumulando poco a poco hasta que, como un globo que se infla demasiado, termina por explotar.
El Gobierno municipal no solo no ha hecho algo que en verdad beneficie a la población, sino que parece empeñarse en afectarla, en provocar su descontento.
A la muy grave situación de inseguridad, de abandono, de falta obras y servicios, se le suma la prepotencia, la irracionalidad y el exceso del uso de la fuerza pública para beneficio del gobierno de Morena.
Pero no hay mal que dure 100 años (en este caso, poco más de un año), ni cuerpo que lo resista. La crisis social que ya inició está por pasar a otra etapa, y es completa responsabilidad del gobierno de Morena. Que a nadie se le olvide.
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