Entonces convocó a su congreso de dos días en los que dijo: "Morena debe seguir siendo un referente moral (...), una organización que siempre tenga como objetivo superior (...) el cambio del régimen autoritario y corrupto", además de que Morena debía impedir, a su decir, los vicios de la política tradicional.
Después de ese período, Morena se convirtió en partido político, y en 2018, con todos los problemas del país y los discursos trabajados por López Obrador con los que criticaba a esa política tradicional de los gobiernos anteriores, como el alza de precios en combustibles, la corrupción en todos sus niveles (gobierno y empresas), la inseguridad, la falta de empleo, logró dar en el clavo, y ganó.
Hoy no es necesario decir cómo se encuentra nuestra nación, puesto que la mayoría podemos darnos cuenta de que las cosas siguen igual o peor; impera la inseguridad en todo el país, el alza de los combustibles continúa, la corrupción sigue hasta entre la gente honesta a la que llama, el presidente, como servidores de la nación, no hay medicinas.
Bien dicen que el poder cambia a las personas y eso le pasó a AMLO, ¿Dónde quedó esa idea de transformar a México?, la omnipotencia creada en torno a él lo mantiene obsesionado con el poder y no desea soltarlo en 2024.
Hace unos días, Ricardo Monreal, senador y coordinador de la bancada morenista, en una entrevista concedida a El Diario de Querétaro, en su visita al estado para impartir una conferencia a empresarios locales, a propósito de la carrera presidencial al interior de Morena, dijo que en dicho partido no existen igualdad de condiciones para participar en la contienda. Ahí mismo se refirió al presidente como una persona que dejó de ser un luchador de tierra a estar cegado por sus ideas y el poder.
En las preferencias electorales, Ricardo Monreal se encuentra por debajo de Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard e incluso de Adán Augusto, a quienes el mismo presidente los ha llamado las corcholatas; seguramente porque ve en ellos al mejor perfil para sucederlo en el poder y seguir con la misma política. Y como Monreal hace tiempo lo han distanciado del presidente, tiene un reto mayor.
Sin embargo, en voz del propio Monreal, él ya logró ganar una gubernatura cuando se alió a AMLO y al PRD en Zacatecas, por lo que no deja de ser pieza importante en Morena.
En esta carrera presidencial se definirán, al interior de dicho partido, las permanencias o salidas de diversos actores políticos y del funcionamiento de éste; por ahora ese partido de hombres y mujeres excepcionales no existe en Morena, no cuando todo lo decide un señor cegado y obsesionado con el poder que deja de lado los problemas reales de los más necesitados en este país. Morena no debe gobernar en 2024.
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