Morena, desde su nacimiento como partido político, hace 10 años, presumió públicamente que defiende los intereses de los mexicanos más humildes, de los campesinos y de los trabajadores. Andrés Manuel López Obrador, su fundador y actual líder en la práctica, se autonombra el defensor insobornable de los pobres de México. De hecho, en 2018, con frases como que gobernaría primero “para los pobres” o “alto a la corrupción”, logró ganar la presidencia de México.
Pero lo realmente cierto es que, Morena y López Obrador mienten todos los días y a todas horas. AMLO es un mitómano. Y difunde sus mentiras a través de la prensa, la radio, la televisión y las redes sociales compradas con dinero gubernamental. Analicemos un poco el asunto.
En efecto, en México el mayor problema es la pobreza y la miseria en la que se debaten millones de familias mexicanas. A esos millones de mexicanos no les alcanza para comprar la canasta básica (con carne, leche, verduras o fruta), comprar ropa de calidad, calzado, medicinas cuando son necesarias, la educación de sus hijos, una vivienda digna y habitan en colonias que no tienen escuelas, ni calles pavimentadas, ni casas de la cultura, ni unidades deportivas y mucho menos bibliotecas, sino que son lugares olvidados por el gobierno, con calles de tierra, con casas medio construidas en las que vive mucha gente hacinada, con bandas delictivas que distribuyen drogas, alcohol y que roban y cometen otros delitos contra los ciudadanos.
La gente no tiene trabajo o, si lo tiene, su salario es extremadamente miserable. Los mexicanos son de los más trabajadores del mundo, pero son de los peor pagados. Eso pasa en la ciudad.
¿Y en el campo? En el campo sucede lo mismo, con la salvedad de que el gobierno ha dejado que la producción agrícola y pecuaria se hunda al punto de que los campesinos debieron vender sus parcelas y animales y, ahora, como jornaleros, son trabajadores con bajos salarios, que no pueden alimentar bien a sus familias. Si en las ciudades las escuelas son pocas, en el campo no hay escuelas. Si en las ciudades las universidades son pocas, en el campo no hay universidades.
Es decir, en ambos lados los mexicanos sufren, todos los días, en carne propia, los efectos del sistema de producción capitalista, en el que pocos ricos y supermillonarios son dueños de todos los medios de producción, como las fábricas y todas las maquinarias que producen todas las mercancías, y son los que pagan bajos salarios, los que contratan y despiden a la gente, los que dicen cuánto hay que pagarles como salario y, desde luego, son los consentidos del gobierno en turno, ahora por ejemplo del gobierno de Morena.
Hace unos meses, en una conferencia mañanera dijo López Obrador que durante su gobierno ningún millonario había perdido dinero. Y eso es cierto, porque Morena gobierna en alianza con los ricos de este país. En cambio, si vemos la otra cara de la moneda: ¿ningún pobre se ha hecho más pobre en el gobierno de Morena? ¿A todos los pobres les alcanza para alimentarse bien, vestirse bien y tener una casa digna? ¡Claro que no! En México se ha incrementado la pobreza con el gobierno de Morena: en 2023 habrá más pobres que en 2018.
Morena y AMLO dicen que quieren acabar con la pobreza, pero con métodos que los hechos nos han dicho que son incorrectos. Morena cree que repartiendo dinero a un sector de la población acabará con el hambre. Eso lo hizo el PRI, el PAN y el PRD y la práctica nos dice que no acabaron con el hambre; al contrario, ahora más gente tiene hambre, porque el problema no es dar dinero, sino dar trabajo para todos con buenos salarios con los que los mexicanos puedan vivir dignamente.
Morena y López Obrador engañan a la gente. Invitan a los trabajadores, al “pueblo bueno” como ellos le llaman, a dar un paso atrás en la lucha contra la pobreza, los invita a separarse de la verdadera izquierda, a no unirse y a no luchar. Y no solo eso: les ha quitado algunas conquistas que le ayudaban, como la salud gratuita y las obras públicas tan necesarias y urgentes en los pueblos, a cambio de dinero en moneditas, que en realidad son las sobras de las ganancias de los ricos del país.
Y la pobreza avanza. Por eso, es necesario que el pueblo de México abra los ojos, se organice, se politice y cree su propio partido político, para que tome el poder del país, para que gobierne en el país y ponga en acción cuatro cosas: haya empleos para todos, buenos salarios, una reforma fiscal progresiva y obras en todos los municipios en donde sean necesarias. Solo así acabaremos con la pobreza. De manera que la tarea es la misma: organizar y educar al pueblo, para tomar el poder.
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