Al puro estilo del presidente, Andrés Manuel López Obrador, algunos morenistas del municipio de Huitzilan de Serdán, Puebla, se han dado a la tarea de recorrer las comunidades y cabecera para justificar la terrible crisis económica que afecta al pueblo trabajador, así como la falta de resultados positivos en materia de obras y servicios que impulsen el desarrollo de los pueblos.
Digo al puro estilo del presidente, porque para opacar la realidad se recurre al artificio de la mentira para ocultar su responsabilidad en los problemas sociales y económicos del país: 89 mentiras, en promedio, durante las mañaneras según la consultora política SPIN y ataques con los calificativos más repulsivos a quien señala sus malas políticas. La primera mentira y la más fantasiosa, que surgió por el incremento al precio de los productos de primera necesidad y la incertidumbre que provoca entre la población, que no ve una salida clara frente al panorama, fue la justificación que dieron algunos lidercillos de Morena de que esto sucede porque el dinero que se junta se va en apoyo “a la gente que sufre por la guerra, para allá se están llevando el dinero”, por lo que piden a los huitziltecos que traten de comprender la situación, pues ellos aún tienen la posibilidad de adquirirlos.
La segunda mentira se dio luego de que el presidente municipal de Huitzilan de Serdán Josué Elías Velázquez Bonilla, realizara seis banderazos de inicio de obra en la cabecera y en la comunidad de San Miguel del Progreso, principalmente en la Quinta Sección de la cabecera, donde inmediatamente después los morenistas corrieron la voz de que las obras son inversión del gobierno ¿de cuál?, no dicen, pero que son del gobierno y no del Ayuntamiento.
Sobre la primera mentira. El análisis que realiza el secretario general del Movimiento Antorchista Nacional Aquiles Córdova Morán en su último artículo ¿Hasta dónde alcanzarán los programas sociales?, publicado hace una semana en el periódico de circulación nacional El Universal explica bien la cuestión: “La inflación no es un fenómeno natural, como los ciclones y los terremotos; es obra de los dueños del capital mundial, que no admiten jamás una disminución de su ganancia. La inflación es, en esencia, una rebaja disimulada del salario: los obreros consumen menos porque todo está más caro, aunque su salario nominal siga siendo el mismo; las utilidades del capitalista, en cambio, aumentan proporcionalmente”.
Expuso: “La elevación de las tasas de interés no es el remedio mágico contra esto, sino la forma en que el capital financiero recoge su parte del botín generado por la inflación. Teóricamente, la subida de los intereses busca reducir la demanda y, por esa vía, bajar los precios; pero la escasez de dinero reduce también la inversión; la economía se ralentiza o se detiene y, por tanto, hay más desempleo y pobreza. Bajan la inflación, efectivamente, pero a costa de matar de hambre a los hambrientos. AMLO sabe esto y, sobre ello, recorta las ayudas al salario, con lo que viene a resultar que sus programas sociales y sus obras estrella son solo el complemento de la maniobra de industriales y banqueros”.
Afortunadamente, los antorchistas tenemos como guía y dirigente a nuestro querido Maestro, quien oportunamente nos explica, con verdadero rigor científico y objetivo, a través de sus artículos y sus pronunciamientos semanales los problemas económicos, políticos y sociales del país y a nivel internacional. Caso contrario a lo que ocurre con los morenistas, pues recurrir a la mentira, a las historias de fantasía para mantener la venda de la desinformación sobre los ojos del pueblo trabajador, a quien no se les quiere despierto para que se dé cuenta de la realidad y pueda exigir un cambio, es una constante en quienes dirigen ese partido, principalmente de López Obrador.
Con respecto a la segunda falacia. El Ayuntamiento Antorchista, que encabeza el alcalde Josué Elías Velázquez Bonilla, ha hecho un impresionante esfuerzo para administrar los recursos públicos de la mejor manera y garantizar obras para todas las comunidades del municipio considerado el “Rubí de la Sierra Norte”; ya se iniciaron los trabajos en algunas zonas y no tardando los que faltan; sin embargo, esto no es resultado de la intervención, ni inversión, ni siquiera asesoría del gobierno estatal, ni mucho menos federal; es producto de un proyecto de desarrollo y continuidad con el que desde hace 38 años se viene trabajando; es la síntesis del trabajo organizado, colectivo y de unidad para llevar a Huitzilan a un estado de bienestar, paz y tranquilidad; y es, por supuesto, el trabajo de una administración comprometida con el pueblo que la eligió.
El gobierno de López Obrador no ha realizado ni una sola obra en Huitzilan, lo más que ha hecho es entregar recurso a las escuelas para que mejoren sus instalaciones, pero ha sido tan precario, que solo alcanzó para construir cuatro columnas para los techados de las plazas cívicas, en algunos casos, mismos que terminaron haciendo los ayuntamientos antorchistas -el presente y la administración pasada-, o medio arreglado la fachada de las escuelas.
El Gobierno estatal ni se diga; la única obra que realizó fue la rehabilitación de la red de agua potable de una de las comunidades más pequeñas, y eso porque resultó afectada por el Huracán Grace el año pasado. Los morenistas se quieren colgar medallas que con mucho esfuerzo y sacrificio ha logrado la administración antorchista, pues no solo ha tenido que enfrentar la asfixia por los recortes presupuestales, sino la nula inversión de otros niveles por la desaparición de ramos, como el 23, que permitían elevar la aplicación de recursos para obras de gran impacto o para apoyos al campo, a la vivienda, entre otros.
Quienes difunden estas mentiras no hacen más que reproducir lo que dicen las cabezas de su grupo político, pues a ellos les interesa que el pueblo viva en el cuento que el presidente AMLO narre y necesite para mantenerse en el poder, y si para ello es necesario tratar al pueblo con tanta bajeza, cubriéndole los ojos con la venda de la desinformación, no escatimarán en acciones para mantenerlo en la ignorancia; no obstante, que recuerden que el pueblo de Huitzilan ha aprendido a valorar la realidad, derivado de una vida de mucho sufrimiento, explotación y violencia, que los obligó a llenarse de valor y luchar para cambiar su situación, y por más cuentos con ropaje de veracidad lancen, la duda les asalta, pues como dijo el expresidente municipal de Huitzilan Manuel Hernández Pasión, hasta la mentira más elaborada cae frente a la realidad, y por eso “no hay como ir a la comprobación para tener una verdad científica”.
La realidad, al final de cuentas, le está demostrando a los huitziltecos que eso de que “el pueblo está feliz, feliz, feliz” no tiene ni un ápice de verdad, porque viven día con día las consecuencias de las malas políticas de la 4T.
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