La preocupación social de los mexicanos, y que se comenta en todo momento en los medios de comunicación y en redes sociales, es el anuncio de regreso a clases presenciales hecho por el presidente de la República para este próximo 30 de agosto. Llama ahora la atención el aplomo con que lo anuncia Andrés Manuel López Obrador, se diría que con mucho reto a disidentes como es ya su costumbre, al confirmar su medida con un “llueva, truene o relampaguee”, “se tiene que hacer”. Lo secundan la titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Delfina Gómez y el secretario del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), Alfonso Cepeda. La verdad, de inicio el presidente está mal al conducirse de manera prepotente, sordo, impositivo en un problema tan delicado. Sus corifeos, por lo grave del asunto, con titubeos se hacen reos del mismo delito y declaran ciega sumisión.
Hay datos precisos del surgimiento de variantes de contagio por covid-19 en el mundo, que ya han llegado a nuestro país, la variable Delta, que empuja la tercera ola, dicen expertos que es más agresiva en el contagio, la misma Secretaría de Salud (SS) lo reconoce y ahora ataca también a los jóvenes y a los niños, situación que en meses pasados no existía o cuando menos era en menor grado. En el último mes hubo más de 60 mil contagios en jóvenes y niños y 613 defunciones a nivel nacional. En el estado la Secretaría de Salud reconoce que en la última semana se incrementaron contagios y defunciones, además de que el viernes pasado fue el día más alto con 813 contagios y 10 defunciones en ese día, lo que augura el agravamiento de la pandemia. La ocupación hospitalaria por infectados en el estado ya rebaza el 70%, igual que algunos estados del centro del país.
Estamos en San Luis Potosí en Semáforo naranja y ya pinta para rojo, por lo que lógicamente se deben tomar medidas restrictivas al libre tránsito y atenuar la propagación de contagios, sin embargo, lejos de promocionar planes de apoyo económico federal y estatal al Sector Salud y a la población, para resistir la pandemia, irresponsablemente se propone un tajante regreso a clases presenciales y firmar una carta compromiso los padres de familia. En otras palabras, nos están diciendo a los padres de familia: “manda a tus hijos a la escuela, aunque haya pandemia y si se contagian es tu problema, ya firmaste,” ¡que indignante propuesta!
No se desconoce la crisis económica que atraviesa el país y las familias trabajadoras, por eso mismo la gente sale a buscar el pan de cada día, arriesgando la salud; pero ahora que se trata de mandar a los hijos a un inminente peligro, porque no hay condiciones mínimas de protección: no hay vacunación suficiente para jóvenes y nada para niños, la mayoría de escuelas se encuentran destruidas, los padres de familia y maestros no cuentan con material sanitario ni conocimientos suficientes del tema para atender exitosamente a los alumnos. Así las cosas, ni en San Luis Potosí ni en el país hay condiciones para el regreso a clases presenciales, y el verdadero responsable sigue siendo el gobierno, López Obrador no debe aventurar la vida de la población irresponsablemente. Que conste.
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