?Estamos viviendo una época, si no única, sí entre las más difíciles que ha vivido el hombre. ¿Por qué? Porque entre todos los modos de producción que ha venido desarrollando a lo largo de la historia, el más característico, el más avanzado, el más trabajado intelectualmente, el que ha creado un verdadero ejercito de teóricos de matemáticos y filósofos, para alimentarlo, para sostenerlo y en última instancia para hacerlo eterno es ¡el capitalismo!
?Este sistema no se parece al esclavismo, no se parece al modo de producción asiático, no se parece al comunismo primitivo y, si se parece, se parece en relaciones secundarias, porque ha creado su propio perfil, ha llegado a un grado de perfección, mismo que nos ofrece muchos beneficios, pero no todos podernos adquirirlos, lo mismo que otros sistemas hicieron pero no lograron llegar a esos niveles.
?Pero la realidad nos dice que esta explotación ya no es una explotación como la que se hacía por ejemplo, en la mina de Alejandro Magno en Francia, donde a los mineros se les llevaba con látigo en mano y se les mantenía casi desnudos dentro de la mina trabajando, y al final al que se moría lo sacaban y lo tiraban a la basura. Ya no es el sistema feudal donde al campesino se le mantenía de sol a sol, trabajando las tierras del señor a cambio de un pedazo mísero de tierra.
?En la actualidad ya no es igual, ya no es una explotación tan bruta, tan evidente la que realiza el capitalismo, y sin embrago, es mucho más eficaz que la de cualquier otro sistema. Pero ¿cómo ha logrado este avance tan grande?
Esto lo logra a través de ese ejército de pensadores, intelectuales, ingenieros, etcétera, que se han dedicado a pensar cómo dosificar la explotación, como si suministraran una píldora contra el dolor, para que el obrero, el trabajador, siga ejerciendo su trabajo sin sublevarse.
?El mismo sistema han creado grupos de gente capacitada, muy inteligente para trabajar con las clases bajas, para someter a las clases bajas por las buenas, para educarla, de tal manera que acepten altísimos niveles de explotación y al mismo tiempo no se revelen contra el sistema; que no se sientan oprimidos o explotados, sino que se sientan cómodos y a lo mejor hasta felices dentro de este sistema.
Esta manera traicionera de manejar a la gente, a primera vista es la base fundamental para lograr que el capitalismo se convierta en el monstruo que poco a poco se empodera, y que la riqueza generada por los trabajadores no sea disfrutada por ellos mismos, sino por los grandes capitalistas que se apropian de su trabajo.
Abramos los ojos ante la manipulación y engaño del sistema capitalista: luchemos como un solo hombre, y bajo un mismo ideal, porque sólo así podremos salir del yugo de la explotación y del sistema que ya no ofrece beneficios para el pueblo trabajador.
El ejército de pensadores del capitalismo se ha dedicado dosificar la explotación, como si suministraran una píldora contra el dolor, para que el obrero siga trabajando sin sublevarse.
Por todo lo dicho, el Movimiento Antorchista Nacional se ha dado a la tarea de encabezar una lucha por lograr una vida más satisfactoria para el pueblo, proponiendo cuatro ejes básicos para un desarrollo progresivo:
Sólo así podremos combatir verdaderamente a la pobreza. Hay que unirnos y conocer el proyecto que proponen los antorchistas, pues sólo la unidad y la consolidación del pueblo humilde; el misml pueblo trabajador podrá salvarnos de la difícil situación por la que atraviesa nuestro país.
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