A mis amables lectores, me permito compartirles parte de lo vivido este fin de semana en San Luis Potosí y Nayarit.
Comienzo con una frase bíblica que solemos usar en México: “no sólo de pan vive el hombre”. Esta expresión refleja que las necesidades humanas van más allá del alimento.
En nuestro país, los obreros laboran un promedio de 2 mil 227 horas al año, el equivalente a 276 jornadas de ocho horas, situando a México como líder mundial en horas trabajadas, según la OCDE.
La cultura es un derecho humano que nutre el espíritu y transforma comunidades, llevándolas más allá de la mera supervivencia.
Sin embargo, esta ardua labor no siempre se traduce en una vida digna. En Nayarit, el Coneval reportó en 2020 que el 3 % de los habitantes enfrenta vulnerabilidad por carencias sociales. Esto se refleja en la dificultad para acceder a vivienda, servicios básicos, educación o una alimentación adecuada.
Los habitantes de comunidades como la sierra Del Nayar y La Yesca enfrentan situaciones extremas: caminos intransitables, deslaves y baches que hacen difícil y peligroso llegar a sus hogares.
Este panorama contrasta con la vida de quienes presumen lujos mientras el pueblo sufre largas jornadas laborales sin acceso a servicios básicos.
Antorcha lleva más de 50 años trabajando en las comunidades más marginadas. Conocemos de cerca las necesidades reales de la población y sabemos que los informes oficiales, plagados de optimismo, no reflejan la verdadera situación del pueblo trabajador.
En medio de estas carencias, acceder al arte y la cultura es casi un lujo. Sin embargo, la alimentación del espíritu es tan importante como la del cuerpo. Los eventos culturales pueden transformar vidas, pero los gobiernos no invierten en ello.
Por ello, los antorchistas promovemos la difusión y masificación de las bellas artes entre el pueblo. Organizamos talleres gratuitos en las comunidades y colonias, enseñando disciplinas artísticas y presentando espectáculos accesibles para todos.
Un claro ejemplo fue la Jornada Nacional de Teatro en San Luis Potosí, realizada en el teatro La Paz. Durante tres días, campesinos, amas de casa, estudiantes y obreros disfrutaron de obras representadas por artistas populares. En total, participaron 500 actores, muchos de los cuales pisaban un escenario por primera vez.
En Nayarit, en un modesto escenario ubicado en la casa del estudiante nayarita Amado Nervo, celebramos el Concurso Estatal de Voces, con cantantes del pueblo que llenaron el espacio de talento y emoción.
Estos eventos, organizados por Antorcha, alimentan el espíritu y son gratuitos, brindando al pueblo trabajador acceso a la cultura. Nuestro trabajo se basa en hechos concretos que el pueblo vive y disfruta, porque no sólo de pan vive el hombre.
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