Son peor. Se dirá, de los funcionarios y gobernantes de lo que se autodenomina el Gobierno de la 4T, ya que en la mayoría de sus manidos argumentos para no cumplir con sus compromisos y para torcer la Ley, dicen que no son iguales, que ellos son “puros y santos”, que se acabó la corrupción y la robadera; pero resulta que han resultado peor en medio de la pobreza en que viven más de 56 millones de mexicanos (según datos del INEGI) y que esperan de este gobierno atienda sus necesidades, ya sin tanta verborrea y demagogia igual o peor que los funcionarios de antes. Veamos.
El pasado 22 de noviembre el presidente Andrés Manuel López Obrador publicó un decreto en el Diario Oficial de la Federación en el que se impone a las dependencias federales aprueben cualquier obra pública del gobierno federal, esto, por ser de interés y prioridad nacional, ocultando contratos con los proveedores y los proyectos de ejecución de las obras. Una total opacidad, de la cual señalan los críticos se viola la ley flagrantemente para favorecer a los empresarios que son favorecidos por este gobierno que se dice transparente y honesto.
Los familiares incómodos.
Felipa Guadalupe Obrador Olán, prima del mandatario federal, se le critica por que obtuvo contratos por más de 365 millones de pesos –más de 18 millones de dólares– con la empresa paraestatal de Petróleos Mexicanos (Pemex) durante los primeros años de su gestión. El objetivo de los contratos era realizar el análisis de aguas, evaluación de ruido y caracterización de hidrocarburos y químicos en algunas instalaciones de una filial de Pemex conocida como Exploración y Producción.
Otro de los casos bochornosos para AMLO, fueron la presentación de videos en los que aparece el hermano del presidente, Pío López Obrador, recibiendo dinero en efectivo para la campaña presidencial de AMLO en 2018. Luego de que se dieron a conocer tales videos, el primer mandatario dijo que se trataban de “aportaciones voluntarias para fortalecer el movimiento” de Regeneración Nacional (Morena). Ja ja.
También existen los cuates incómodos.
Se encuentra León Manuel Bartlett Álvarez, hijo del actual director general de la Comisión Federal de Electricidad en México, Manuel Bartlett Díaz. A meses de que se propagara el covid-19 en el país, Bartlett Álvarez recibió un contrato por adjudicación directa –sin licitación– de 94.9 millones de pesos –más de 4.7 millones de dólares– del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) para la compra de 75 unidades de “ultrasonido torácico (portátiles de mesa) para tórax y pulmón” que resultaron inservibles de manera criminal.
Existen otros, entre ellos los “gallitos de pelea” ahora enfrentados. Santiago Nieto Castillo, ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) y Alejandro Hertz Manero, fiscal general de la república, del primero se dice que el fiscal general, filtró la irregular compra de tres inmuebles que exceden los ingresos del ex titular de la UIF, y que éste, le respondió con otra filtración, por la adquisición de 122 vehículos en lo que va la administración de López Obrador. ¿Quién pompó?
Estos funcionarios y políticos de la 4T, han resultado peor que los llamados “prianistas”. Suma y sigue.
Corrupción criminal
Hace unos días, un tráiler conducido a alta velocidad por un traficante de inmigrantes, se volcó contra un muro en una de las carreteras de Chiapas, y derivado de este accidente, fallecieron 53 personas de origen guatemalteco y salvadoreño, entre ellos, dos menores de edad. ¿Cómo explicar los motivos de esta tragedia? De la inhumana forma en que se trasladaban más de 120 centroamericanos en esa caja de tracto camión. Se informa que ese tráiler debió ser detenido y revisado por las autoridades de inmigración y de la Guardia Nacional, por los tres retenes que pasó sin ninguna revisión el chofer del vehículo mortal. ¿Qué pasó? Aquí hubo corrupción para dejar que pasara el tráiler sin ningún problema los tres filtros.
Que no son iguales dicen los de la 4T, la verdad son peor. En esta cruzada contra la corrupción que ha impulsado AMLO en sus tres años de gobierno ha resultado inútil, la corrupción aparece y se multiplica por todos lados en su gobierno, como la Hidra de Lerma, un monstruo mitológico, una serpiente horripilante de miles de cabezas, que cada vez que alguien le cortaba una cabeza, regeneraba dos más. Así está en nuestro país.
La corrupción no se acabará por decreto, ni con cartillas morales, ni estampitas del Sagrado Corazón de Jesús y otras yerbas, la corrupción se acabará con la causa que le dio origen, el sistema de abuso y explotación de la clase laborante. Es decir, se necesita un cambio de modelo económico y de clase gobernante en el poder. Punto.
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