MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Nuevamente los pobres son los que sufren los daños

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Los fenómenos naturales son inevitables para el ser humano, México tiene amplia experiencia al respecto, dado que los mexicanos hemos sufrido diversas catástrofes. Aunque la tecnología ha avanzado a grado tal de alertarnos, a veces con una precisión increíble sobre el día, hora y lugar del fenómeno. Ahora podemos saber sobre eclipses, huracanes, temblores, tormentas, etcétera, con precisión meridiana, pero, una cosa es no poderla evitar y otra muy distinta es no prevenirla.

Es del conocimiento público que en Baja California Sur existe mucha pobreza, conviviendo claro, con un oasis de riqueza. Estos opuestos existen, están a la vista de todos, pero, nadie atina a decir que es absurda, esta terrible contradicción, sólo el Movimiento Antorchista.

Es el Movimiento Antorchista, en voz de su secretario general, Aquiles Córdova Morán, quien ha explicado pacientemente esta situación tan grave que provoca tragedias por doquier. Ha expuesto cómo el sistema capitalista en el que vivimos enriquece a unos cuantos, mientras empobrece a la inmensa mayoría, hasta la humillación, siendo estos últimos quienes, precisamente, generan la riqueza. Y no es culpa de persona alguna, es todo el sistema el que está mal, podrido desde dentro y debe ser sustituido por otro más justo.

Aquí lo vemos claramente. Concurren a esta tierra familias indígenas de Oaxaca, Sinaloa, Guerrero; traen entre sus maletas solo un trozo de pan y queso, con un sinfín de esperanzas y sueños. Cargan consigo la disposición a cualquier trabajo, lo mismo de albañiles, como de garroteros, meseros, camaristas o vendiendo cualquier cosa en la calle para sobrevivir. Es un porcentaje de estas personas el que vive en invasión en algunas colonias de Los Cabos, las cuales están en zona de riesgo y dado que estamos en temporada de lluvias o huracanes, la pasan mal.

Pero todo ello, no es casual, no es solo obra de la intensidad de la naturaleza, ni mucho menos obra de mala fe de Dios, es debido a la profunda pobreza en que se debaten miles de habitantes de esta península. Por ejemplo, reconocido por la titular del Instituto de Vivienda del Estado, Fernanda Villarreal González, existe un déficit de viviendas en la entidad de 17 mil familias. Sí, 17 mil familias que no tienen vivienda, ¿dónde viven? Con sus papás, con los suegros, rentando o en casa prestada.

Apenas hace días, el subsecretario de Protección Civil, Benjamín García Meza, reveló que solo en ese municipio existen 45 mil personas que viven en zonas de riesgo y alto riesgo, es decir, viven a la buena de Dios.

¿Pueden evitarse el huracán? No, claro que no. ¿Pueden evitarse tan graves consecuencias? Claro que sí. Mucha gente lo pierde todo cada vez que aparecen estos fenómenos naturales. Sus ráfagas de viento sostenido de hasta 130 km/h devastan caminos, arrastran tras de sí techos, casas, postes, palmeras, bardas, inundan casas, calles, con una furia pocas veces vista. ¿Quién sufre los estragos? Los pobres, los que se cubren con techos de hule, de cartón o de plástico, los que viven en casas de desechos, los que se ponen a construir su hogar en arroyos, o en cerros con pendientes muy pronunciadas, donde arriesgan la vida por no tener acceso a una vivienda digna como lo marca la constitución mexicana.

Es en el municipio de Los Cabos, donde se localiza el mayor número de personas en condiciones de riesgo, pero no el único lugar donde hay pobreza; los invito a que hagamos algo, no nos callemos viendo cómo vivimos, tenemos derecho a una vivienda digna, con los servicios correspondientes. Compañero y amigo, únete a la organización que sí defiende tus derechos, la voz del pueblo humilde, la organización de los pobres. Antorcha.

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