MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Obras son amores y no buenas razones

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Todos hemos escuchado que se dicen refranes y en algunas ocasiones incluso los hemos dicho. Se ha señalado que los refranes son dichos populares cuya finalidad es transmitir una enseñanza o una reflexión, que han pasado de generación en generación, y que se consideran parte de la cultura de una nación o de un pueblo. 

Históricamente se señala que los primeros refranes escritos se remontan a la edad media y existen muchos libros de esa época que dan cuenta de ello. Aunque el más representativo, desde mi opinión es la obra de Miguel de Cervantes Saavedra, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, escrita a comienzos de 1605, donde el autor pone en boca de Sancho Panza, un sinfín de ellos. La llegada de estos refranes a nuestro país se remonta al encuentro de la cultura europea y la indígena durante la conquista y la época colonial. 

Hay un refrán que dice, “el prometer no empobrece, el dar es lo que aniquila”. ¿Cuantas veces  hemos escuchado a políticos, de todos los partidos políticos, que usan como estrategia el prometer para luego no cumplir?, y es esto,  precisamente lo que ha provocado que el pueblo mexicano este harto de escuchar promesas en campañas políticas, discursos oficiales o simplemente cuando acude a una oficina de gobierno en busca de que se atiendan las demandas más apremiantes de su comunidad. En la inmensa mayoría de las veces, el que promete se olvida por conveniencia y comodidad de sus compromisos, confiando en que la corta memoria de la gente o  que la decidía, el cansancio y el no contar con los medios, impedirán que le exijan que cumpla la palabra empeñada. 

En su último informe de gobierno, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, gobernador de Guanajuato, señalo “Es hora de unirnos y trabajar en beneficio de la población. Debemos aumentar nuestros esfuerzos y comprometernos plenamente para satisfacer las necesidades de nuestros ciudadanos”. Palabras que se contradicen con el actuar de su secretario General de Gobierno, Jesús Oviedo Herrera, quien, por enésima ocasión, a nombre del gobierno estatal, se comprometió a atender las demandas más urgentes de miles de guanajuatenses pobres que, desde hace más de dos años las vienen solicitando y que a pesar de múltiples compromisos, por un sinfín de funcionarios estatales, no se han realizado. Lo único que buscan los colonos y campesinos es dar una vida más digna a sus hijos. 

Para quienes no están familiarizados con dichas peticiones, señalare algunos ejemplos: Cientos de familias, de diferentes comunidades, del municipio de Dolores Hidalgo están solicitando se les dote de agua potable, situación que se ha agravado por la terrible sequia en el estado, lo que significa que literalmente se están muriendo de sed; vecinos de la colonia Manuel Serrano Vallejo solicitan, desde hace ocho años,  la construcción del drenaje sanitario, para las más de 500 familias de la comunidad y a pesar de que ya existe el proyecto ejecutivo de la obra, la CEAG se niega a construir; La pavimentación y revestimiento, de algunos caminos rurales en los municipios de Pénjamo, Valle de Santiago y Guanajuato, que permitan a sus habitantes contar con mejores vialidades; la rehabilitación y acondicionamiento de instalaciones educativas en los municipios de San Miguel de Allende, Celaya e Irapuato. Como pueden darse cuenta, mis contados lectores, la realización de estas obras implica un mínimo de recursos económicos y sobre todo un poco de sensibilidad y voluntad política. 

El próximo 7 de diciembre, una comisión representativa del antorchismo guanajuatense, acudiremos a las oficinas del señor gobernador, para solicitar su decidida y urgente intervención para que se cumpla la palabra empeñada por sus funcionarios. Confiamos en que, al entrevistarnos directamente con él, encontraremos la empatía y la solidaridad para que se atiendan nuestras demandas. En siete meses habrá elecciones en el estado y sí lo que se busca es que haya continuidad en el gobierno, es necesario dar muestras palpables de que existe una autentica vocación de servir y trabajar en favor de los más menesterosos. No olvidemos el refrán que dice, “Obras son amores, y no buenas razones”, que significa que ante las promesas se deben observar con veracidad y oportunidad  las obras, es decir es una llamado a la coherencia entre las palabras y los actos. Esperamos que así sea.

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