Netzery López Soria
En campañas, los candidatos prometen resolver los problemas que tanto lastiman a la población y es por ello, que con la esperanza de recibir soluciones a sus demandas los electores recurren a las urnas no sólo a depositar su voto, sino con la esperanza de solución a la vida tan miserable que padecen. Por eso, al recordar las palabras del actual gobernador de Hidalgo cuando estaba en campaña con el lema “por ti y por tu familia” para que “a todos nos vaya mejor”, decía: “vamos a sacar adelante a nuestra entidad”, “mi apuesta es por los jóvenes y por las mujeres” “todas las escuelas tendrán internet gratuito”, “llevaré los apoyos productivos a quienes sí lo necesitan, y que no se desbalaguen por otro lado”, “crearé la teleuniversidad”, “por un Hidalgo seguro”, entre otras frases más. Hoy, a un año de terminar su mandato, podemos decir que en la entidad no hay un sentir de que las cosas hayan mejorado, que sus demandas hayan sido escuchadas, al contrario, la gente se siente olvidada, desatendida y con sus problemas y necesidades multiplicados. Enseguida enlisto algunos ejemplos que respaldan mis afirmaciones:
1) La inseguridad se ha incrementado. El año pasado, según el Inegi, el 68.1% de la población mayor de 18 años decía que vivir en su ciudad era inseguro. A esto le sumamos que en el 2018 Hidalgo alcanzó una tasa de 11 homicidios por cada 100 mil habitantes, y en ese mismo sentido, en feminicidios fue el más alto en todo el país, así que no debe extrañarnos las recientes protestas de grupos feministas exigiendo atención al problema, y es que todos los días nos encontramos con las noticias de personas desaparecidas, asesinadas o secuestradas.
2) Al inicio de la actual administración se suspendió el programa alimentario que llegaba a miles de hidalguenses porque según las autoridades sería sustituido por proyectos productivos pero es el día que los campesinos, colonos, amas de casa, siguen esperando a que lleguen esos apoyos a sus hogares. Y es que la comida, hoy con la pandemia de covid-19 se ha vuelto un problema serio, vemos las caras de las madres y los padres de familia angustiados porque no tienen qué llevar a sus mesas.
3) Otro ejemplo: dicen las autoridades, “lávate las manos constantemente”, “cuida tu sana distancia”, “quédate en casa”, pero cómo van a lavarse las manos constantemente si en las colonias marginadas de las principales ciudades como Pachuca, Tulancingo, Tizayuca –y no se diga de las comunidades rurales– no cuentan con el servicio de agua potable, drenaje y luz; viven hacinados la mayoría de los hidalguenses; según el Anuario Estadístico y Geográfico de Hidalgo, una de cada cinco viviendas presentan este problema.
Y por último, antorchistas hemos acudido al palacio de gobierno, para exigir que se atiendan nuestras solicitud, y se dé solución a los problemas que viven los hidalguenses y que en infinidad de veces se le han planteado al gobierno estatal, la respuesta ha sido la misma, la negativa, la indiferencia total a la petición de un programa alimentario, apoyos para el campo, servicios básicos, escuelas de calidad, pago de salarios, internet para las escuelas, seguridad para las familias, entre otras más.
Ahora la pregunta es ¿dónde quedó aquello que se dijo en campaña? ¿el “entusiasmo” de sacar adelante la entidad y que apostaría a los jóvenes y las mujeres?, no se está velando por el bienestar de las familias de Hidalgo. Desde este espacio hacemos un llamado al gobierno de Hidalgo y al señor gobernador para que recuerden que tienen una deuda con los hidalguenses y en especial, con aquellos que confiados en su discurso acudieron a depositar su voto a favor de ellos.
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