Es un hecho que la variante Ómicron del Covid 19 está provocando nuevas olas de contagio en el mundo entero. En el caso de México en la última semana los contagios acumulados superaron los 337 mil casos, comparables con cuatro meses de cantidades mínimas. Es más, en un solo día los contagios superaron la barrera de los 60 mil, esto sin considerar que el número de pruebas públicas está limitado y no alcanzan para analizar a todos los interesados; asismismo, quedan fuera los asintomáticos, lo que arrojaría un subregistro de los casos completos por día o por semana, como se le quiera ver. Es cierto que que el número de muertes no ha aumentado en la misma proporción pero no deja de preocupar el incremento de hospitalizaciones y de fallecidos, sobre todo de aquellos que aún no contaban con alguna dosis de la vacuna.
Por otro lado, de acuerdo con el estado del semáforo epidemiológico solo un estado, Aguascalientes, se mantiene en rojo, mientras que el resto se encuentran así: 9 en color naraja, 10 en amarillo y 12 en verde. En Morelos nos encontramos en el color amarillo por dos semanas con prácticamente ninguna restricción, más que la propaganda oficial de recordar a la gente ponerse su cubrebocas. Desde que inicio la pandemia, se ha rebasado los más de 5 mil fallecidos, dentro de los cuales están más de 70 trabajadores de la salud, mientras el número de contagios activos oficiales ronda los 2, 500, y no está preciso y actualizado el numero de hospitalizados.
En el sistema educativo siguen las clases presenciales sin las debidas restricciones por el aumento de contagios por Covid, y la autoridad educativa no da a conocer la situación del sector para que la opinión pública se entere. Pareciera que se busca esconder la información para no generar preocupación en los padres de familia y maestros, lo cierto es que la comunidad escolar no puede estar ajena al aumento de contagios, pues gran parte de ellos utiliza el transporte público y eso genera un riesgo evidente.
Así las cosas, la sociedad civil y las organizaciones sociales deberíamos pedir una mayor transparencia de la información en la materia, toda vez que los riesgos van en aumento y eso se nota porque el mismo gobiernmo dispuso de modulos para que la gente se haga pruebas en caso de tener síntomas del virus. Además, aunque la programación del refuerzo de la vacuna está en curso no deja de preocupar que no se haya abierto la vacunación para menores de 15 años, cuando la COFEPRIS ya autorizó la vacuna de Pfizer y en el estado de Nuevo León anuncia la vacunación masiva de los menores con más de 500 mil dosis disponibles y donadas por el estado de Texas, vecino de la unión americana, cuando debería ser una obligación del gobierno mexicano atender a este grupo de la población que es trasmisor natural del virus poniendo en riesgo a sus familiares más vulnerables, como abuelos o parientes mayores con los que tienen contacto.
Los mexicanos no debemos bajar la guardia en materia de cuidado contra el covid, pero al mismo tiempo debemos elevar nuestra voz para que se acelere la vacunación de refuerzo para los mayores de 18 años, que se rompa la barrera oficial e inicie la vacunación de niños y jóvenes menores de 15 años. Es lo menos que debe hacer el gobierno federal y estatal si realmente les preocupa la vida de los mexicanos y los morelenses, con la vida humana ningún gobierno debería jugar.
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