Ante los bajos niveles de las presas, aumenta la probabilidad de que este año se registre una sequía más grave que la de 2022. Actualmente la mitad del país está en esta condición, así lo dio a conocer, la Comisión Nacional del Agua (Conagua), la cual reportó, el pasado 15 de marzo, que las presas del Sistema Cutzamala están al 48.5 por ciento de su capacidad de almacenamiento. Se trata del peor nivel del que se tiene registro, pues se ubica 23.2 por ciento por debajo del promedio histórico.
Y es que, en los primeros meses del año, en teoría, las presas deberían tener un nivel superior a 70 por ciento para garantizar un abastecimiento seguro de agua en la época seca, que son los ocho meses sin temporada de lluvias.
El 31 de marzo, el Monitor de Sequía en México registró un total de 39 municipios en sequía extrema, de los cuales 15 se encuentran en el estado de Michoacán y nueve más en Tlaxcala; sin embargo, la situación empeora cuando se trata de la sequía severa, pues la cantidad de municipios que escalaron hasta este punto son 462, distribuidos en 22 entidades del país.
En el estado de Tlaxcala los depósitos de captación de agua de lluvia se encuentra secos por la escasez de precipitaciones, evidenció el titular de la Secretaría Impulso Agropecuario (SIA), Rafael De la Peña Bernal, al asegurar que esto afecta a más de 35 mil campesinos, los más azotados son los de Tequexquitla, Tlaxco y Huamantla.
En el ciclo agrícola primavera-verano 2022, se detectó una cifra de 40 mil campesinos perjudicados por la falta de lluvias, lo que significa alrededor de 670 hectáreas con pérdidas y 750 hectáreas con producción mínima de una y media o una tonelada.
Para quienes trabajan el temporal, el cambio climático ha afectado directamente al campo y ha dejado “un cielo poco amigable”, con granizadas, heladas, lluvias escasas o concentradas en periodos cortos, el suelo cada año se empobrece y el 93 por ciento de la superficie de la entidad tiene rasgos de erosión. Esto trae como consecuencia la pérdida de cultivos, que puede tener pérdidas irreversibles.
Por otro lado actualmente, de 496 pozos de riego en el estado, a los que también se les denomina unidades, 115 se encuentran fuera de operación (es decir, alrededor de 23.1 por ciento); los 381 restantes (que representan casi 77 por ciento) están en funciones, según datos de la Secretaría de Fomento Agropecuario (Sefoa).
A principios del ciclo agrícola primavera-verano del año 2022 los poquitos que pudieron sembrar son aquellos productores que en sus parcelas cuentan con unidades de riego. Sin embargo las unidades que no tienen subsidio para pagar la luz eléctrica de los pozos de riego les es muy caro a los campesinos hacer del uso del agua para regar sus siembras para regar una hora nos cobran $100 para pago de luz eléctrica, cada hectárea necesita mínimo 30 horas de riego para sacar el período de crecimiento, desarrollo y producción del maíz. Gastamos en puro riego más de $3000 por hectárea… nos es contraproducente” manifiesta un campesino del municipio de Cuapiaxtla.
El gobierno debe voltear a ver la situación por la que está pasando el campo Tlaxcalteca, pues al no haber producción del principal grano que consumen los mexicanos, los pequeños productores se ven en una pobreza de hambre que los obliga a exigir al gobierno, como lo dejó de manifiesto los hechos del año pasado, al exigir la destitución del Rafael de la Peña Bernal porque el apoyo de que les otorgaron a contados campesinos por el fenómeno de sequía parecía más que una burla.
Es muy probable que Lorena Cuellar Cisneros y su secretario de fomento agropecuario no esté pensando en los campesinos pobres, ni en las consecuencias de una próxima falta de lluvia por lo que no nos queda de otra más que organizarnos y educarnos haciendo un gran movimiento que una a todos los campesinos sufrientes de la entidad y exijamos se aseguren por contingencia a todas las tierras que trabajamos y se apoye en verdad al campo, de lo contrario, la historia de hace un año se repetirá con creces.
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