Una vez más los trabajadores que laboran en la construcción de la refinería Dos Bocas, ubicada en el municipio de Paraíso, Tabasco, se fueron a paro de actividades para protestar en contra de la empresa ICA Fluor por la violación de sus derechos laborales.
Los obreros exigen: 1) pago de tiempo extra, 2) respeto a la jornada de ocho horas, 3) pago, conforme a derecho, de días festivos y de descanso, 4) alto al hostigamiento laboral para despedirlos, 5) seguridad y salud en el establecimiento de trabajo, 6) mejor equipo para laborar, y 7) que los gastos de alimentos y el equipo de hidratación corran a cargo de la empresa. La primera manifestación fue el 15 de febrero de este año donde más de mil obreros de esta misma obra realizaron un “paro loco” para exigir, además de las demandas enumeradas, incremento salarial, una hora para consumir sus alimentos y terminar con los pseudolíderes que les cobraban hasta 500 pesos de su sueldo para conseguirles un contrato laboral.
Como se sabe, esta construcción, es uno de los tres megaproyectos (incluyendo Tren Maya y Aeropuerto Santa Lucía) que tiene el presidente de la República y considerado como el séptimo complejo refinador de combustibles de Petróleos Mexicanos. Su construcción comenzó el 9 de mayo de 2019 y está pensado inaugurarse el 22 de julio de 2022, mes del triunfo de la 4T. La obra tiene un costo total de 8 mil 918 millones de dólares, es decir, algo así como 185 mil millones de pesos, 918 millones más de lo estimado originalmente en 2019 por el presidente López Obrador (Forbes México del 1 septiembre 2021). La pregunta es, ¿si cada año aumenta y se aprueba el presupuesto para esta megaobra, por qué no se refleja en las prestaciones laborales de los obreros petroleros?, ¿dónde han ido a parar los 4 mil 886 millones de dólares devengados hasta este momento por parte del gobierno de la 4T, a la empresa ICA Fluor?
Por ello, la lucha de los trabajadores de la refinería es justa y necesaria. Primero, porque sus exigencias están contempladas en el artículo 123, apartado A, de nuestra Carta Magna y en la ley laboral, y, segundo, porque sus condiciones laborales forman parte del contrato de adjudicación directa que recibió ICA Fluor con recursos del erario nacional. En efecto, la ley laboral señala en su artículo 66 que la jornada de trabajo podrá “prolongarse […] por circunstancias extraordinarias, sin exceder nunca de tres horas diarias ni de tres veces en una semana”, es decir, nueve horas a la semana. El artículo 67 señala que “Las horas de trabajo extraordinario se pagarán con un ciento por ciento más del salario que corresponda a las horas de la jornada” y en caso de exceder las nueve horas se tendrá que pagar doscientos por ciento más por cada hora laborada de más (artículo 68). Pero la norma es precisa en señalar que nadie puede ser obligado a trabajar más de lo estipulado por la ley, es decir, ocho horas. Y podríamos seguir enumerando los derechos violados, pero con esto basta para señalar la justeza de las demandas de los obreros de Dos Bocas.
Pero, ¿por qué razón se les obliga a trabajar jornadas extenuantes e inhumanas? La respuesta está en el desmedido interés del gobierno de la 4T por concluirla ya que la empresa ICA Fluor está condicionada por López Obrador para terminar en julio de 2022 como pomposamente ha declarado a medios de comunicación. Pero resulta que hasta el 30 de junio de este año llevaba un 33 por ciento de avance en la construcción (el Sol de México del 1 de septiembre 2021). La presión del presidente se refleja en su secretaria de Energía, Rocío Nahle García. Dice el representante de ICA Fluor “La ingeniera (Nahle) nos ha metido mucha presión’, soltó (refiriéndose al representante de ICA Fluor) tras afirmar que esa empresa ha construido mil 151 pilas para la Planta Combinada y otras 835 para la de Coque” (reforma.com.mx del 6 de junio 2020). Es decir, que a toda costa se pretende terminar la obra para cumplirle los caprichos del presidente y que pueda obtener ganancia política con miras a las elecciones locales del 2022 y la presidencial en 2024.
En cuanto la empresa, está claro que al no otorgarle las debidas prestaciones que reclaman los trabajadores comete una violación a los derechos laborales. Pero esta violación obedece a un interés económico, es decir, entre menos se paga al obrero más ganancia obtiene el patrón y este es un hecho que se repite todos los días en las empresas de México y el mundo. En efecto, al no pagar tiempo extra, al no aumentar el salario, al no comprar más equipo de trabajo, al no crear condiciones para seguridad de los trabajadores, al no pagar alimentos y la hidratación, etc., esto implica mayores ingresos para ICA Fluor. ¿Dónde está la supervisión de Nahle y de los funcionarios de la 4T para hacer que se cumpla la ley y se detenga la sobreexplotación de ICA Fluor? Ahí sí guardan silencio reflejando su carácter oportunista y patronal.
Debemos valorar el espíritu de clase que empuja a los obreros de Dos Bocas salir a protestar a través de un “paro loco” para exigir sus derechos laborales. Sin embargo, el mecanismo legal existente en nuestra legislación es el sindicato como arma de educación y defensa de sus intereses. Los obreros tienen dos opciones: exigirle al sindicato titular del Contrato Colectivo de Trabajo (CCT) para que se ponga al frente de ellos o buscar afiliarse a un sindicato que verdaderamente los represente y emplace a huelga a la empresa por violaciones a su CCT.
Finalmente, los obreros deben comprender que el incumplimiento de la legislación laboral en las empresas y la sobreexplotación, como ocurre en el caso ICA Fluor, no es una situación fortuita, sino una práctica permanente que tiene que ver con la violación de los derechos laborales en todas las empresas de México en pleno gobierno Morenista. En efecto, en todas partes se vulneran los derechos laborales y sociales. ¿Qué hace la autoridad laboral, qué hace el gobierno? Están a favor de los patrones y en contra de los trabajadores. ¿Qué hizo el gobierno de la 4T después de enterarse de la manifestación de febrero y ahora en la manifestación del 12 de octubre en ICA Fluor? No hizo absolutamente nada, abandonó a los trabajadores a su suerte, mandó al ejercito y a los policías a resguardar las instalaciones de la refinería y permitió los abusos que existen en sus condiciones laborales.
La lucha de los obreros de ICA Fluor en defensa de sus derechos laborales es una lucha legítima y justa que todos los trabajadores del país debemos respaldar. Asimismo, es una lucha que exhibe al gobierno de la 4T como una administración que no representa los intereses de los trabajadores; que su política laboral está diseñada para proteger los intereses del capital. Por tanto, el grito de protesta de los obreros de Dos Bocas es un grito contra la explotación en un tiempo donde, según AMLO, “todo marcha bien”, donde “todo mundo es feliz, feliz, feliz”. Una vez más la realidad nos revela cómo funciona el capital y su nuevo gobierno de la 4T. Los obreros de Dos Bocas y del país tienen la última palabra.
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