MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Participación activa de una juventud educada

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Desde mi perspectiva, no se puede gobernar ni tener una política pública adecuada sin una participación plena de la sociedad, porque los candidatos, todos, de todos los partidos e independientes, prometen el cielo y las estrellas. Se jactan diciendo que ahora sí llegaron los verdaderos salvadores del pueblo trabajador, de la clase proletaria que, por enésima vez, diremos que es la productora de toda riqueza existente en el planeta Tierra.

No son la excepción en Nuevo León. Existe una vasta clase laboral altamente disciplinada, productora de una gran riqueza que tiene a los neoleoneses con un promedio de riqueza producida por individuo por encima de la mayoría de los estados de la república, y sin embargo, con un sinfín de necesidades: agua potable, vivienda, electrificación, urbanización de calidad de las colonias proletarias que, en su mayoría, se encuentran en la periferia de la metrópoli regia.

Es fundamental promover una participación ciudadana activa y consciente, y esto lo hará una sociedad educada pero no sólo por el sistema dominante. La democracia requiere de ciudadanos humanistas.

Los gobernantes lo único bueno que saben hacer es escudarse con el nivel superior de gobierno. La falta de abasto y atención a las necesidades se justifica diciendo que el recurso que debe llegar al último eslabón de la estructura gubernamental en México no llega; el municipio dice que el gobierno estatal y federal no nos adjudicó los recursos; el estado, por consiguiente, y el gobierno federal, que la corrupción en estados y municipios son el problema para que no haya recursos suficientes para el desarrollo de la sociedad proletaria.

Pero la realidad es como la sombra de un cuerpo imposible de ocultar. Una vez que hay luz e interfiere un cuerpo opaco, esta se refleja. Una sombra es una región de oscuridad donde la luz es tapada; ocupa todo el espacio detrás de un objeto opaco al que le da la luz en la parte delantera. Si el objeto está cerca de la fuente de luz, la sombra es grande.

Así las necesidades de la población: por más que se traten de ocultar, es imposible. Ya otras veces lo hemos dicho; invitamos a las autoridades municipales, estatales y federales a inspeccionar y cerciorarse de lo que aquí decimos, por si existe alguna duda o nos consideran unos embusteros y alarmistas sin oficio ni beneficio.

Colonias sin pavimentación, sin drenaje, sin electrificación, sin alumbrado público, sin espacios recreativos, sin agua potable, sin fuentes de empleo, además de los existentes mal pagados que no alcanzan para gran cosa.

Hay que pagar la canasta básica para el diario vivir, el poder curarse; otra odisea. La educación desde el preescolar, y no se diga de la vida universitaria, cara, muy cara para poder estudiar una carrera profesional en las “universidades públicas”, porque las privadas son sólo para la clase media alta y alta. Pero toda esta educación recibida del sistema dominante busca, en la idea y en la acción, seguir manteniendo su estado superior de mando. Una sociedad dividida en clases, oprimidos y opresores, explotados y explotadores.

Todo lo antes dicho ¿de dónde nace? Por la desigualdad, por la inexistencia de condiciones materiales para la clase trabajadora. Cuando vemos que todos los días trabaja y trabaja y sólo recibe a cambio migajas para poder subsistir.

Todo es consustancial al modelo económico capitalista, depredador del ser humano. La juventud lo debe saber; debe profundizar en el estudio del socialismo científico cuyo principal promotor y precursor es el filósofo y economista Karl Marx.

El marxismo afirma que nada hay en la tierra y sus alrededores superior al hombre mismo. El único creador que el marxismo reconoce es el hombre, que con su trabajo crea un mundo nuevo y modifica a la naturaleza y se modifica a sí mismo.

Desde sus orígenes, el hombre ha estado ligado a realidades que se vinculan indisolublemente entre sí, como el trabajo, las necesidades, la reproducción de necesidades nuevas y su entorno familiar. El trabajo es la suma de todos los esfuerzos, ante todo prácticos, y después también teóricos, que el hombre tiene que realizar para poder sostener su vida en general. 

La producción de necesidades nuevas es producto del trabajo realizado para satisfacer las necesidades primarias, porque para satisfacer una necesidad el hombre crea un instrumento, y esto a su vez origina una nueva necesidad, y así hasta el infinito.

Pero los hombres no sólo trabajan para satisfacer sus necesidades elementales, no sólo se crean nuevas necesidades, sino que también hacen otros hombres, es decir, se reproducen. Se entra así en la relación entre hombre y mujer, padres e hijos, es decir, la familia.

En la realidad, trabajo, necesidades y el nacimiento de necesidades nuevas y, por tanto, la producción de hombres o familia, están dados todos los elementos que originan el comportamiento del hombre a lo largo de la historia hasta nuestros días.

Por el trabajo nacen objetos, que poseen una especie de existencia independiente respecto de su creador, que es el hombre. En las sociedades primitivas, donde el productor consume sus propios productos, esta independencia del objeto se agota rápidamente en el momento en que su creador lo consume.

Pero cuando comienza la producción de mercancías, sobre todo en la sociedad capitalista, los objetos, convertidos en mercancías, escapan al control del productor, que ya no los consume él mismo y adquieren independencia, dominando al hombre a través de la ley del valor, del dinero, del precio y demás categorías y leyes económicas.

El desarrollo de la sociedad en su conjunto lo debe estudiar y conocer la juventud para que no sea presa fácil de falsos redentores o mesías trasnochados.

El Padrón Electoral del Instituto Nacional Electoral (INE) revela que más de 26 millones de jóvenes tendrán el poder de moldear el destino político de México en las urnas en 2024. Ante este escenario, la participación activa de la juventud emerge como un factor determinante para la construcción de un futuro más inclusivo y representativo. 

Estamos a nada de que el proceso electoral del año en curso se lleve a cabo en México, momento importante y crucial que puede definir el rumbo del país para los próximos años.

Ante la complejidad de los retos que enfrenta la nación, los ciudadanos nos encontramos en una encrucijada, obligados a reflexionar sobre el futuro y a tomar decisiones debidamente informadas en las urnas. Se ocupa de una participación activa de la juventud para contribuir a un buen desarrollo de México.

Es fundamental promover una participación ciudadana activa y consciente, y esto lo hará una sociedad educada pero no sólo por el sistema dominante. La democracia requiere de ciudadanos humanistas, informados y comprometidos, dispuestos a analizar propuestas, contrastar ideas y cuestionar a los candidatos.

El acceso a información veraz y objetiva es esencial; es responsabilidad de cada ciudadano informarse de fuentes confiables y no caer en la trampa de la desinformación que puede nublar nuestra razón y evitar ver el verdadero panorama político actual.

Además, un aspecto de importancia relevante y crucial es evaluar el desempeño pasado de los candidatos y partidos. Es imperativo recordar que las promesas de campaña deben estar respaldadas por acciones concretas y resultados tangibles. 

Analizar el historial y la trayectoria de los contendientes permitirá a los votantes, sobre todo a los jóvenes, discernir quiénes pueden y deben ser nuestros representantes, líderes capaces de enfrentar los desafíos actuales y futuros por un México próspero.

La naturaleza humana es la forma más perfecta, y volver a lo verdaderamente humano es la única salida. “Sólo el amor, diría Silvio Rodríguez, engendra la maravilla. Sólo el amor consigue encender lo muerto.”

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