MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

¿Perdón o verdadera independencia económica?

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Mucha difusión ha recibido de los medios la noticia relacionada con el rey de España, que se dice se ha negado a ofrecer disculpas a los mexicanos por las atrocidades cometidas durante la conquista.

El Gobierno mexicano, tanto el saliente como el actual, se ha encargado de echarle más leña al fuego de la discusión, al negarle la invitación al rey don Felipe VI de Borbón al evento de ascensión a la silla presidencial de Claudia Sheinbaum y al abordar el tema nuevamente el pasado 12 de octubre, fecha en que varios países latinoamericanos, incluido el nuestro, conmemoran el “descubrimiento de América”.

Una vez que tengamos soberanía económica, tendremos independencia política e incluso soberanía militar.

Es posible que muchos connacionales, teniendo en mente la matanza de indígenas que se dio en aquélla época en Cholula y en el asedio a Tenochtitlan, que según la historia duró del 30 de mayo al 13 de agosto de 1521, tiempo durante el cual “cada día y cada noche teníamos guerras y combates”, como recordaría más tarde Bernal Díaz del Castillo, donde finalmente la ciudad de los antiguos mexicas cayó vencida por hambre, arrasándola los españoles y sus aliados hasta sus cimientos y acabando con la vida de miles de personas; teniendo en consideración estos acontecimientos, se inclinen a aceptar y aún exigir la famosa disculpa de parte del actual representante de la corona española.

Sin embargo, esa acción que pudiera considerarse racional y necesaria, habría que analizarla con más detenimiento para conocer qué utilidad tendría para el México de hoy; porque si bien es cierto que hubo mucho daño en esos actos de barbarie y el terrible sometimiento que vino después, que tuvo como finalidad despojar a los llamados “pueblos originarios” de su identidad, de sus creencias religiosas, de sus recursos naturales, y de toda dignidad que les permitiera recuperarse cuando menos moralmente, también es cierto que las raíces culturales estaban tan arraigadas que han sobrevivido a pesar del tiempo transcurrido, no obstante que hubo una campaña perfectamente diseñada para suplantarlas.

Esa identidad, encabezada por los intereses políticos y económicos de los criollos, así como las condiciones internacionales por las que atravesaba el mundo en aquellos años, permitió que diéramos la lucha por la independencia, hasta alcanzarla en 1821. Por lo tanto, habría que preguntarse: ¿qué beneficios o qué cambios de gran trascendencia obtendríamos los mexicanos con ese gesto del Gobierno español?

Es posible que no todos estemos de acuerdo, pero en este momento existen problemas muy serios en el país que exigen desde hace ya bastante tiempo la atención inmediata y urgente del ejecutivo federal.

Se trata de nuestra situación económica, que como ya lo dibujaba el ingeniero Aquiles Córdova Morán, líder nacional del Movimiento Antorchista, en reciente entrevista con la revista Buzos, se encuentra en una terrible dependencia económica con los Estados Unidos, país al que exportamos más del 80 % de nuestro Producto Interno Bruto (PIB).

¿Qué pasará si el día de mañana deja de comprar nuestros productos o nos aplica un arancel del 25 %, como ya alguna vez amenazó Donald Trump con hacerlo?

Alguien preguntará: ¿y qué tiene que ver una cosa con otra? Lo que pasa es que nuestro país no podrá ser respetado ni tomado en serio mientras no tengamos una verdadera soberanía.

Y toda soberanía empieza por la soberanía económica; y para tenerla, debemos ser capaces de desarrollarla, cuando menos como han hecho países como China, que hace cuarenta años era tal vez igual o más pobre que nosotros, y gracias a su política económica actualmente se ha constituido como una de las economías más poderosas del mundo. ¿Cómo le hizo? Poniendo a trabajar a su enorme población; generando empleos y llevando esos empleos a zonas marginadas.

Gracias a eso, ahora millones de chinos tienen un ingreso seguro; y con esa grandiosa fuerza laboral y otras medidas llevadas a cabo por su gobierno, como el desarrollo de la ciencia, de la tecnología y de su infraestructura, han logrado un crecimiento económico superior a las tasas de crecimiento de los países desarrollados.

Se dice que de mil novecientos cuarenta y nueve para acá, ochocientos millones de chinos han salido de la pobreza, pero no porque reciban un apoyo monetario bimestral, sino porque tienen empleo y un buen ingreso, además de contar con servicios básicos de salud, educación y vivienda.

Una vez que tengamos soberanía económica, tendremos independencia política e incluso, siguiendo la entrevista que mencionamos más arriba, podremos tener soberanía militar.

Viendo así las cosas, podemos llegar a la conclusión de que de nada sirve perder el tiempo esperando que un gobierno extranjero nos mire con respeto; y peor aún, que se arrepienta del proceso de aniquilación al que nos sometió en el pasado.

Hoy mismo estamos viendo pasar delante de los ojos de todo el mundo el genocidio en Gaza, sin que nadie se atreva a levantar la voz en contra de Israel y del imperio norteamericano que lo respalda. Si dentro de 500 años se arrepienten y piden perdón a los descendientes que sobrevivan, ¿ayudará en algo a los niños y mujeres que hoy están siendo asesinados?

Es hora de que el pueblo mexicano, en tanto no seamos capaces de tomar el poder para dirigir los destinos de la patria, exijamos que nuestras autoridades, si realmente les preocupa el país, inicien de una vez por todas la construcción del sustento material que permita elevar la dignidad y el orgullo nacional, basado, como ya quedó dicho, en la construcción de una verdadera soberanía económica.

Si lo logramos, no sólo nos tendrán respeto, nos tendrán miedo, tal y como ahora lo están demostrando ante el pueblo chino.

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