MOVIMIENTO ANTORCHISTA NACIONAL

Popularidad a costa de engaños

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El presidente Andrés Manuel López Obrador aún sigue teniendo el 62% de popularidad en nuestro país, a pesar de que el año pasado la economía se desplomó entre 8.5% y 9%; México ocupa el tercer lugar a nivel mundial de muertes (159 mil 100) por covid-19 y en las últimas horas; donde se perdieron más de 12 millones empleos formales e informales; el despido masivo de enfermeros y personal de la salud; el recorte de presupuesto a los municipios e instituciones; la eliminación de los fideicomisos, por ejemplo el Fondo Nacional de Desastres Naturales (Fonden), que ya no pudo apoyar con recursos en el caso reciente de las inundaciones en el sureste del país, donde sufrieron y siguen sufriendo los damnificados, etc. Con un panorama así, se podría pensar que el presidente debiera tener el porcentaje de popularidad por los suelos.

La alta aprobación de López Obrador se puede entender por sus programas clientelares que van dirigidos a los jóvenes, adultos mayores y población marginada (ésta la gran mayoría), y, precisamente son los pobres a los que la 4T manipula con dádivas. Cuanto más que el presidente usa la "mañanera” en la que dice a la gente "vamos bien, México ya domó a la pandemia” para captar la atención del público y mantenerlo sometido bajos sus propios intereses.

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López Obrador se presenta como un presidente populista, quien dice tener el respaldo de las mayorías en nuestro país, pero deberíamos cerrar deliberadamente los ojos para ver con fuerza la nueva tendencia del populismo, esto no es sino una variante del oportunismo. El triunfo de AMLO se debió al descontento social y lanzar su consigna "acabar con la corrupción en México”. Ahora que está en el poder la realidad nos dice que está haciendo todo lo contrario: acusa de conservador a quien lo critica, comete el delito de lesa humanidad al cancelar con casi todos los programas de los gobiernos anteriores, porque ahí había corrupción; en cambio, las víctimas de la 4T recibieron simplemente esperanzas y no resolvieron sus problemas, por un lado; por el otro, intenta hacer un asalto a la democracia mexicana eliminando en sentido figurado, el contrapeso del poder político que además del Legislativo y judicial son los organismos constitucionales autónomos.

El primer ejemplo es la Fiscalía General de la República, donde pasan los carpetazos apresurados que benefician o perjudican a la 4T, el más reciente es el caso Cienfuegos. Segundo, el Banco de México posiblemente con el cambio de ley se verá afectada su autonomía. Tercero, indiscutiblemente dado a la podredumbre en la historia electoral de nuestro país, tener control del Instituto Electoral Nacional (INE). Cuarto, el menos visible el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). El quinto, la que regula al espectro radioeléctrico, el Instituto Federal de Telecomunicaciones. Y el último, el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI).

Indudablemente, para que la 4T siga manteniéndose, y poder conservar el poder del Estado en esta contienda electoral que está próxima bajo la manipulación abstracta de los mexicanos. Ante  la situación actual, compañeros y público en general, dejemos de ser polvo humano dividido y disperso para convertirnos en roca, conscientes de la causa de los de siempre olvidados; unámonos en un frente común todas las víctimas de la 4T, llamemos a la unidad bajo la guía del Movimiento Antorchista Nacional, hijos legítimos del pueblo trabajador, para derrotar a Morena en la urnas y en la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, así mismo para construir un México que procure el crecimiento y desarrollo económico sostenido con equidad y justicia social para todos.

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