En nuestro país gana por mucho la popularidad por encima de la calidad hablando de la vida política del país y por ello me refiero al triunfo “histórico” de Andrés Manuel López Obrador en 2018 que le dio acceso al control de la República completa y que hoy, después de cinco años vemos que realmente no hizo más que hacer lo mismo que los gobiernos pasados: beneficiar únicamente a las clases ricas y poderosas del país y al pueblo únicamente le dio dádivas a través de sus programas sociales.
Sin embargo, es claro y preciso que la 4T ya no es la favorita de muchos de los mexicanos que votaron por ella, es más, hoy se vive un nuevo fenómeno parecido al del 2018, la búsqueda de una nueva alternativa para el país.
Y es que los mexicanos lo comprobaron en 2018 con el cambio de gobiernos del PRI o el PAN para darle entrada a Morena y que ahora la fórmula rumbo al 2024 queda en términos inciertos, pues realmente ya no hay alternancia; dentro de Morena se encuentran todos los priistas y panistas que van en busca de beneficios propios dejando los colectivos de lado. Por ello la calidad siempre pierde ante la popularidad.
En la última brecha del Frente Amplio, durante los debates entre los aspirantes a la presidencia, era muy notorio diferenciar entre calidad de las ideas y es que desde la sorpresiva aparición de Xóchitl (Gálvez) se podía ver un mensaje muy poco profundo al de sus compañeros aspirantes como Beatriz (Paredes) o Enrique de la Madrid
Morena fue popular y sigue teniendo popularidad, pero no por una verdadera calidad en las ideas o plan de nación que proponen al país, sino todo lo contrario por el desastre que han hecho con México. Y es aquí en este momento donde surge un nuevo personaje sumamente carismático y que ha ganado con fuerza mucha popularidad, me refirió, pues a la candidata oficial ya por el Frente Amplio Por México, Xóchilt Gálvez, quien días antes de su proceso interno quedó como la oficial tras la declinación de su compañera Beatriz Paredes.
En la última brecha del Frente Amplio, durante los debates entre los aspirantes a la presidencia, era muy notorio diferenciar entre calidad de las ideas y es que desde la sorpresiva aparición de Xóchitl se podía ver un mensaje muy poco profundo al de sus compañeros aspirantes como Beatriz o Enrique de la Madrid.
Ahora sabiendo esto, de lado contrario en Morena ocurre lo mismo entre sus seis aspirantes a la candidatura presidencial, que muy subjetivamente a lo que escribo es Claudia Sheinbaum la que va por ese puesto. Y entre que ocurre lo oficial, desde aquí los jóvenes debemos cuestionarnos, ¿realmente hay calidad en los candidatos o son meros productos de la popularidad y estrategia política? Es ahí la pregunta y cuya respuesta veremos en unos meses.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario