Desde el esclavismo, con la aparición del excedente social, se generó la propiedad privada, por lo que al desarrollarse el capitalismo ya había propiedad privada, y este sistema social sólo se pudo construir cuando el desarrollo de los medios de producción, el desarrollo del trabajo humano y el conocimiento de las materias primas de la naturaleza fue tal, que se pudo integrar la sociedad de esta forma capitalista. La cual hereda esta limitante de propiedad privada.
La inconformidad mundial debe ser el motor para empujar la rueda de la historia
Por lo que a nadie se le puede atribuir la maldad o inteligencia de generar el sistema capitalista, el cual se da como un proceso natural. Tal como el mismo hombre fue evolucionando, también sus medios de producción, volviéndose más diestro en su uso y conociendo más la naturaleza, el hombre supo qué cosas de ésta podía aprovechar y así evolucionan también los medios de producción.
En el capitalismo la fuerza productiva del trabajo depende “del grado medio de destreza del obrero, del nivel de desarrollo de la ciencia y de la posibilidad de su empleo tecnológico, de la combinación social del proceso de producción, del volumen y la eficiencia de los medios de producción de las condiciones naturales, etc.” (Marx). Esto indica que el sistema capitalista es superior al de las sociedades anteriores.
Lo nuevo que trajo el capitalismo fue que la fuerza de trabajo también se convirtió en mercancía y también se vuelve propiedad privada del capitalista durante la jornada de trabajo. Esto es lo que determina que, aunque los obreros son los que trabajan, la riqueza que producen no les pertenece, porque su fuerza de trabajo la vendieron por un salario: ya no les pertenecen los frutos del trabajo humano.
Por lo que cada vez que se socializa más el trabajo, se socializa más la producción de la que viven en la sociedad completa, pero también se profundiza la propiedad privada del producto producido.
La contradicción fundamental del capitalismo es ésta: a medida que avanza la producción social de la riqueza, el producto final se concentra en pocas manos. Es decir, se socializa el proceso del trabajo, el proceso de producción, pero no la propiedad de la riqueza producida, la cual se concentra cada vez en menos manos.
La socialización se manifiesta al interior de la fábrica, con la división técnica del trabajo, el obrero ya hace una parte del proceso de trabajo, no elabora el producto en forma total, como lo hacía antes el artesano. Pero la socialización en la producción rebasa los límites de la fábrica, se da a nivel social, pues no hay ninguna rama industrial, ninguna rama de la producción, de lo que sea, que pueda ser autosuficiente. Esta socialización de la producción lleva a que sea imposible producir algo a nivel individual.
Esto trae como consecuencia que, aunque la sociedad entera participe en el proceso productivo, los dueños del producto son unos cuantos; son los dueños del capital, los que pusieron la fábrica, las máquinas, las materias primas, los medios auxiliares, el transporte, etc., y los que le pagan al obrero.
Pero los resultados del sistema capitalista son injusticias, pobreza y acumulación de la riqueza en pocas manos. A esta organización social tan injusta llegó el hombre en el capitalismo movido por su deseo de progreso y bienestar.
Es decir, no se puede atribuir a los individuos, sino al modo en que está organizada la sociedad capitalista para producir, los males sociales que se presentan; éstos son fruto del desarrollo de la historia humana, es decir, del materialismo histórico.
O sea, la sociedad se desarrolla siguiendo sus propias leyes, que no puso nadie, sino que nacen del hecho mismo de que el hombre vive y produce en sociedad, se desarrolla la sociedad, se mueve hacia adelante la sociedad, y así se movió.
Entonces, el capitalismo no es la voluntad de nadie, es el producto objetivo del desarrollo histórico de la humanidad, por lo que nadie puede esperar un reparto justo de la riqueza, justicia económica y justicia social en este sistema. En esta sociedad el capitalista no puede ser bueno, aunque lo quiera. Aquí no se pueden cambiar las cosas, sin que cambie el sistema completo, es decir, lograr otro.
Pero como el capitalismo fue fruto del mismo desarrollo de la sociedad, ésta debe seguir su curso, y no se puede detener, debe venir otra sociedad superior por fuerza. Además, si el hombre se ha unido con otros hombres para vivir mejor, y el capitalismo hace lo contrario, la inconformidad mundial debe ser el motor para empujar la rueda de la historia, ya otros hombres están buscando y construyendo una sociedad superior, a eso estamos llamados.
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