La tendencia del sistema capitalista es la de dividir la sociedad en dos clases: unos pocos millonarios de un lado, y del otro, una gran masa de simples trabajadores asalariados. Esta tendencia, cuando se entrecruzan y encauza continuamente con otras fuerzas, da como resultado el surgimiento de una clase de trabajadores cada día más consciente de que su actual condena al trabajo asalariado perpetuo se hace sentir más agudamente. Diferentes épocas dan muestra de ello, desde la consolidación del capitalismo explotador. ¿Por qué digo esto último? Veamos algunos extractos que se describen en una obra muy importante del gran pensador y revolucionario Federico Engels en su libro: La situación de la clase obrera en Inglaterra de 1845.
…"En cuanto a las grandes masas obreras, el estado de miseria e inseguridad en que viven ahora es tan malo como siempre o incluso peor. El East End de Londres es un pantano cada vez más extenso de miseria y desesperación irremediables, de hambre en las épocas de paro y de degradación física y moral en las épocas de trabajo. Y si exceptuamos a la minoría de obreros privilegiados, la situación es la misma en las demás grandes ciudades, así como en las pequeñas y en los distritos rurales. La ley que reduce el valor de la fuerza de trabajo al precio de los medios de subsistencia necesarios, y la otra ley que, por regla general, reduce su precio medio a la cantidad mínima de esos medios de subsistencia, actúan con el rigor inexorable de una máquina automática cuyos engranajes van aplastando a los obreros…"Tal era, pues, la situación creada por la política de libre cambio establecida y por los veinte años de dominación de los capitalistas industriales…
…Pero la clase media inglesa y, en particular, la clase industrial que se enriquece directamente de la miseria de los trabajadores no quiere saber nada de esta miseria. Ella que se siente fuerte, representativa de la nación, se avergüenza demostrar a los ojos del mundo esta llaga en el flanco de Inglaterra; ella no quiere admitir que los obreros se hallan en la miseria, porque es ella, la clase industrial poseedora, quien tendría que asumir la responsabilidad moral de esta miseria…
He aquí en la actualidad lo mismo, aquí en México después de varios siglos. la actitud burlona que adoptan las clases altas, “cultas” -y los gobernantes que las representan- cuando se ponen a hablar de la situación de los obreros; de ahí la ignorancia total, de toda la clase que gobierna, respecto a todo lo que afecta a los obreros; de ahí las torpezas ridículas que se están cometiendo desde palacio de gobierno, desde las cámara de legisladores y fuera del mismo cuando se discuten las condiciones de vida del proletariado; de ahí la indiferencia risueña de quien gobierna actualmente este país. Pero es esto asimismo lo que explica el porque se va profundizando el coraje de los que ven que no hay ningún cambio, tan pomposamente prometido desde hace ya casi 6 años. Veamos algunos datos concretos de nuestro estado.
En Baja California Sur, como en otras entidades, hay graves contrariedades sociales que lastiman a la población y en particular a los sectores trabajadores. Al retomar algunos datos oficiales,12,600 personas padecen pobreza extrema, 151,700 viven en pobreza, 139,200 en pobreza moderada, 363,500 padece carencias sociales, 39,300 son vulnerables por ingresos, sus bajos salarios no les alcanzan para adquirir la canasta básica; 91,100 con al menos una carencia social, 90,200 sin acceso a los servicios de salud, 344,600 no cuentan con seguridad social, 119,000 no tienen vivienda o está en malas condiciones, (Coneval, 2020). Esta es la pobreza, el gran rezago y desigualdad social históricos que carcomen, lastiman, padecen, sufren cientos de miles de sudcalifornianos todos los días en el campo y la ciudad, realidad que nadie puede negar, ocultar o maquillar, y la pregunta de a kilo es: ¿Qué hacer ante este mayúsculo problema, resultado de históricas y malas políticas públicas, implementadas por funcionarios que anteponen sus intereses personales y nunca tomaron en cuenta las necesidades de las mayorías? Ahí está el reto para las autoridades actuales. Hoy, como hace siglos en Inglaterra las mayorías marginadas viven en las grandes ciudades donde se concentra más del 87% de la población sudcalifornianos , cientos de comunidades y colonias, no tienen agua de calidad, transitan por calles y caminos sin pavimentar, son acechadas diariamente por la inseguridad, sus viviendas se encuentran en pésimas condiciones infrahumanas, se alimentan a medias con alimentos de mala calidad, no alcanza para más, viven sin electricidad sorteando todos los días el calor del verano, viven sin drenaje y deben de soportar los fétidos olores provocados por las altas temperaturas, decenas de centros de salud sin medicamentos ni médicos los fines de semana, el incremento de la deserción escolar es grave principalmente en la población vulnerable, las familias que reciben un mísero salario no les alcanza para nada y ahora menos por la inflación, el desempleo afecta a un amplio sector de la población, impactando directamente en su forma de vida. Estos son los grandes pendientes por resolver, tarea nada fácil, pero no imposible. ¿Qué acciones gubernamentales de impacto se están implementando o implementarán para ayudarlas a salir del rezago social? Hasta ahora la moneda está en el aire, eso se percibe y manifiesta en las oficinas gubernamentales, mucha voluntad, pero sin recursos para poner manos a la acción y resolver.
Los comicios electorales de julio del año pasado donde se dio una alternancia de poder en nuestro estado, resultado de un hartazgo social, producto de ineficaces gobiernos anteriores, para ellos nunca fue su prioridad atender las necesidades de los sectores trabajadores, por ello, desde octubre hace ya tres años hicimos entrega de un pliego petitorio al ejecutivo estatal, y a los municipios, fuimos recibidos amablemente por funcionarios de buen nivel e incluso los titulares de llevar las riendas de sus municipio, momento en que hizo el compromiso de revisar, canalizar, atender y resolver las necesidades manifiestas en el pliegos petitorios, con mesas de trabajo periódicas durante estos años. Después de un largo peregrinar e insistir con audiencia en las diferentes secretarías y direcciones, las acciones gubernamentales deben materializarse en congruencia entre el decir y el hacer a favor de las grandes mayorías.
Los antorchistas, como siempre, apelando a la sensibilidad, capacidad y disposición de las autoridades del gobierno del estado y municipios seguiremos asistiendo en comisiones para pedir la intervención de sus titulares y puedan ser resueltas las demandas de obras y servicios diversos planteados en el pliego petitorio de hace ya años. No pedimos privilegios, ni concesiones y menos consideraciones especiales, solicitamos obras, servicios y programas que sirvan a las familias más necesitadas agremiadas a nuestro movimiento. Que así sea.
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