Ya sólo falta un año con cinco meses para que termine el sexenio de Andrés Manuel López Obrador, como presidente de México, impulsor del proyecto fallido, pues no ha logrado la unidad nacional para hacer frente a los enemigos del exterior que siempre acechan al país para adueñarse de los recursos naturales y explotar la mano de obra de los trabajadores.
Los mexicanos hemos sido testigos del divisionismo, de la incertidumbre y del encono social que el mandatario ha promovido desde que inició la campaña presidencial, hace más de una década, pero desde que llegó al Gobierno federal, abusando de la investidura, ha descargado sus frustraciones personales en contra de ciudadanos que considera sus enemigos usando para eso la Presidencia de México.
Claro que a los ricos del país y del extranjero les perdona todo, ellos siguen haciendo grandes negocios, incluso se niegan a pagar impuestos, tal como lo hace Ricardo Salinas Pliego, uno de los hombres de confianza que no hay quien someta. ¿Qué dice López Obrador sobre eso? Sólo calla, convirtiéndose en promotor de la ilegalidad por parte de uno de los empresarios consentidos en la transformación.
Claro que la persecución no es algo nuevo, pero los gobiernos del pasado tenían a gente que se dedicaba al trabajo sucio, pero ahora es el presidente que acusa a sus oponentes por el fracaso de su gobierno y lo seguirá haciendo hasta que termine su mandato.
Pero el mal ejemplo cundió, ahora funcionarios de todas las dependencias federales, estatales y municipales se volvieron especialistas en incitar a la violencia y en construir discursos de odio en contra de la población cuando les reclama obras, apoyos o acciones de gobierno para hacer frente a necesidades en sus comunidades.
Lo más lamentable del proceder de los morenistas es que estos hechos se dan en un ambiente de crispación social debido a la delincuencia que ha alcanzado niveles incontrolables, mientras el resto de la población sólo busca paz, tranquilidad y empleo para sacar adelante a sus familias.
La postura de la 4T no contribuye a la reconstrucción del tejido social y a la pacificación del país, porque López Obrador cada día tiene un nuevo enemigo al que se le avienta con mayor agresividad para defender su palabra, como la única válida en un país que se imaginaba sería el más democrático, pero todo fue un engaño.
Lo peor es que hay mexicanos que por recibir las becas económicas lo defienden como el mejor presidente, pero la realidad es que ha aumentado el precio de todos los productos de consumo básico como el huevo, leche, pan y azúcar que ya es imposible adquirirlos, lo que ha empobrecido aún más a la gente.
Aún con todo eso, en el partido guinda ya adelantaron las campañas rumbo al 2 de junio de 2024, cuando los mexicanos acudiremos a las urnas a escoger al presidente número 66 quien habrá de reemplazarlo; y a pesar de que han sido señalados por violar la ley con actos anticipados de campaña, ellos simplemente responden que están ejerciendo sus derechos, sin que haya alguien que les ponga un alto.
Así es como Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Adán Augusto López y Ricardo Monreal, todos en funciones, buscan la silla presidencial, pues Morena pretende todo el poder como si tuvieran acciones exitosas meritorias de reconocimientos para que sigan gobernando.
Este año hay dos procesos electorales en puerta, en el del Estado de México, donde los contendientes son Delfina Gómez, quien ha sido acusada de corrupción; y Alejandra del Moral, por parte de la alianza, quienes se están dando con todo. Y, desde luego, que opera el Gobierno federal para dejar en la silla a la maestra consentida de Obrador.
Y la cosa es más descarada en el caso de Coahuila, donde se enfrenta el empresario minero Armando Guadiana, abanderado por Morena, donde traen un pleito interno irreconciliable, que los ha dividido y debilitado, ante el priista Manolo Jiménez Salinas.
La situación no es nada fácil para Morena y aliados, lo que se demuestra con la desesperación de Mario Delgado, líder del morenismo nacional que tuvo que llamar a todos a hacer campaña en Coahuila, con la amenaza de que si no van a apoyar a Guadiana, no habrá reelección y como a ellos sólo les importa vivir eternamente del erario seguramente habrán de asistir a respaldarlo.
Morena se encuentra sumido en una crisis profunda donde los intereses personales y de grupo se imponen al propósito de contribuir al desarrollo de todos y se exhiben como ambiciosos vulgares e incongruentes que les importa sólo el poder y dinero.
¿Pero qué proyecto novedoso y de impacto social pueden ofrecer los candidatos morenistas?, ¿qué medidas desarrollarán para impulsar el empleo?, ¿con qué acciones se disminuirá la violencia?
Porque con las becas del bienestar, programas estrella de AMLO, no se ha logrado la paz, tranquilidad y trabajo que urgen en México.
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