Desde que era candidato a la gubernatura del Distrito Federal ahora Ciudad de México, el señor Andrés Manuel López Obrador, decía en un eslogan de campaña que él era “amigo de los pobres” y con propaganda como esa se ganó la simpatía de los pobres de la ciudad que constituyen la mayoría de la población. En su última campaña para la presidencia de la república retomó e intensificó el método con su slogan “Primero los Pobres”. El resultado lo conocemos ya, ganó abrumadoramente las elecciones y ahora es presidente de la república. Obviamente que no es el primero en usar a los pobres para lograr sus propósitos, pero sí es de los últimos y el que más mal le ha pagado a quienes confiaron en él.
A continuación, relato un hecho que demuestra que la preocupación de López Obrador por la penurias que padecen los pobres es pura falsedad. En la semana pasada me enteré por voz de un obrero de equis fábrica cuyo nombre me reservo para evitarle posibles represalias, que en la empresa donde trabaja, a todos los trabajadores les descontaron una cantidad bastante grande; su sueldo, según nómina que tengo a la vista, en la semana que va del 13 al 19 de diciembre de 2021, su percepción salarial debió ser de 1583.10 y lo que recibió después de descontarle ISR 534.71, IMSS 33.51 y descuento por comida 141.70, dando un total de descuentos de 710.10, su percepción neta fue de 873.00; en la semana del10 al 16 de enero de 2022, su percepción debió ser de 2911.48 pero después de los descuentos ISR 259.78, IMSS 31.54, caja de ahorro 200, ajuste al neto 0.09, por comida 172.87, total descontado 664.28, su percepción neta fue de 2247.20 pesos.
Durante la plática, mi informante se queja diciendo: “uno se mata trabajando horas extras para completar el gasto y con esos descuentos no alcanza uno a hacer nada; soy padre soltero y tengo que mantener a cuatro de familia, voy al mercado y los 500 que destino para mandado no alcanza, además, tengo que pagar renta, gas, luz, agua, internet para que los niños hagan las tareas; tengo que comprar zapatos, ropa para todos y no me rinde el dinero ni porque haga horas extras; frutas, verduras o golosinas ni soñarlos, mucho menos fiestas de cumpleaños para los niños, eso es un lujo inalcanzable. Yo creía que con este gobierno nos iba a ir mejor pero ya me desengañé que la cosa está cada vez peor pues cuando estaba de presidente Peña Nieto el kilo de tortillas costaba 11 pesos y ahora en la tienda se vende a 22 pesos, definitivamente, con este gobierno las cosas están mucho peor.
Me sorprendió saber que a obreros que ganan tan poco se les esté aplicando el ISR, pues este impuesto estaba destinado a gravar las ganancias que obtenían las empresas; los obreros no obtienen ninguna ganancia, su mísero salario es apenas el pago por el valor de su fuerza de trabajo pues para mantener vivo el proceso productivo, es necesaria la reposición y reproducción de dicha fuerza de trabajo. Pero el salario es tan raquítico que no alcanza para los gastos elementales de una familia. Otro amigo me platicó, que, en su estado, a los trabajadores de una fábrica les pagaron solamente trecientos pesos en la primer semana de enero porque también les descontaron el ISR. A lo anterior, agreguemos la pretensión del gobierno de imponer impuestos a los pensionados y de suyo se comprenderá que la preocupación de los gobernantes por las penurias de los pobres es una falacia.
Entendemos que cualquier gobierno necesita impuestos para administrar y desarrollar un país, pero no aceptamos que con ese pretexto se ceben sobre las espaldas de los pobres y que se les utilice como material de propaganda para las campañas.
Además, creo que el gobierno bien podría ahorrar muchos recursos si dejara de mal invertir en sus proyectos faraónicos que además de costosos están destinados al fracaso, como el aeropuerto de Santa Lucía, el tren Maya y la refinería de Dos Bocas con lo que podría compensar lo que cobra de impuestos a los pobres. Pero, además, hay muchas empresas multimillonarias que evaden impuestos porque son las consentidas del actual régimen; hay otras, que sí pagan impuestos, pero les condonan una parte importante con diferentes pretextos; todo eso, bien podría ayudar a recaudar recursos.
Por otra parte, la pandemia ha causado muertes, pobreza y orfandad entre los pobres; además, la delincuencia afecta principalmente a los pobres pues son ellos los que más sufren asaltos y muertes porque a veces no llevan ni qué les roben, es a los que más les roban sus pertenencias en sus hogares, etc. Por todo lo anterior vale la pregunta: “Primero los pobres”, ¿en qué y para qué? ¿Primero en ser engañados y utilizados? O ¿Primero para que los exploten y los maten?
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