Las elecciones poblanas iniciaron con crímenes contra los candidatos, balaceras contra los líderes de partidos y detenciones de candidatos. Mal inicia la primera elección de Barbosa.
El primer crimen contra un candidato ocurrió la mañana del 5 de abril, cuando la dirigente de Antorcha en Santa Inés Ahuatempan y candidata a presidenta municipal por ese municipio, Edith Villa Trujillo, fue asaltada de forma violenta por un escuadrón de cinco personas que portaban armas de fuego de alto poder. La candidata viajaba hacia la capital en compañía de cuatro personas, que iban a curarse a los hospitales. El ataque ocurrió en una zona transitada, a 500 metros de la salida de Atoyatempan hacia Puebla y a cuatro minutos de un puesto de control de la policía de Ahuatepec. El comando ordenó al conductor que frenara la camioneta y obligó a todos a bajarse golpeándolos y apuntándoles con las armas. Dejaron a los cinco en la carretera, desde donde ellos caminaron para buscar ayuda. La policía de Tecali de Herrera llegó en cuestión de minutos (algo extremadamente raro) y se levantó la denuncia. Antorcha exigió al gobernador, Miguel Barbosa, que investigara el crimen y que se responsabilice de la seguridad de los candidatos.
Pongo al análisis del lector algunos datos sobre el crimen. Primero: Edith Villa es una mujer muy conocida en la zona de la Mixteca Alta, porque es una líder antorchista de mucho trabajo que ha logrado arraigarse en el cariño de la gente, por eso ha sido ya alcaldesa de Ahuatempan y diputada federal. No es una desconocida. Es seguro que los criminales sabían a quién atacaban, porque ellos viven en la región. Segundo: el ataque sucedió en una zona poblada, a pocos metros de una estación de la policía, lo que sugiere que los criminales confiaban de tener protección segura. Tercero: ¿Por qué estaban protegidos? Porque debían enviar un mensaje de terror contra el Movimiento Antorchista.
No es la primera vez que Edith Villa sufre un ataque criminal en plena campaña electoral. La madrugada del 16 de abril de 2015, un comando abrió fuego contra la vivienda de su suplente a diputada federal por el Distrito 16 de Puebla, con sede en Ajalpan. Minutos más tarde, el mismo comando se metió en la vivienda del líder antorchista en aquel municipio e incendió su camioneta. Fue el primer atentado contra un candidato y su equipo de campaña en las elecciones de aquel año. Denunciamos que ese atentado fue un mensaje estilo Ku Klux Klan que buscó amedrentarla para que desistiera de sus pretenciones políticas y advertirle que, si no se cumplía con el ukase de los caciques de la Sierra Negra ya sabía a qué atenerse. Los comentarios de dos columistas pagados por ese cacicazgo nos confirmaron nuestras sospechas: el ataque fue orquestado por Nacho Salvador, entonces candidato a diputado federal por el Panal en aquel distrito, que ahora es el edil de Ajalpan y está prófugo de la justicia por algunos otros crímenes. De aquel atentado contra Edith Villa no hay detenidos.
Barbosa Huerta ha intentado eliminar, con violencia de todo tipo, al Movimiento Antorchista. Los antorchistas sufrimos la cólera verborreica de Barbosa en sus “mañaneras”, las calumnias escritas de los columnistas pagados por Barbosa, las mentadas de madre en actos públicos realizadas por Barbosa, atentados criminales contra los líderes, agresiones físicas contra varios activistas, amenazas de muerte contra algunos líderes jóvenes, órdenes de aprehensión sin fundamento, violencia contra los artistas por parte de los agentes de la Fiscalía General del Estado (FGE) o las entradas represivas de la Guardia Nacional a Tecomatlán, cuna de nuestra organización, o a Balcones del Sur, en la capital de Puebla para intimidarnos. Y ahora un crimen contra Edith Villa.
Antorcha no es la única víctima. Milenio Puebla nos informó que “el automóvil de un intregrante del Comité Ejecutivo del PAN fue rafagueado por un comando afuera de la sede en Amozoc. Los militantes se encontraban en una reunión de trabajo al interior del inmueble, cerca de las 23 horas del 6 de abril. En ese momento, unos sujetos que viajaban en una unidad abrieron fuego en múltiple ocasiones contra uno de los vehículos que estaban estacionados y continuaron su camino”. Es el segundo ataque criminal en las elecciones.
Después de los crímenes, inició la aplicación de “la justicia”. En estas dos semanas el gobierno ha comenzado a detener a candidatos y a sus opositores: Luis Cobo Fernández, candidato a la diputación federal por el Distrito 15 de la coalición “Va por México” en Tehuacán, fue detenido el 10 de abril por la FGE, minutos después de que recibiera la segunda dosis de la vacuna antiCovid en el IMSS. El 13 de abril, el exalcalde de San Andrés Cholula, Leoncio Paisano, fue detenido por Policías Ministeriales que aprovecharon que Paisano asistía a las honras fúnebres de su padre, fallecido la madrugada de ayer a los 84 años de edad. ¿Cuántos más siguen en la cacería de brujas?
La política en el estado se ha descompuesto porque Miguel Barbosa se ha dedicado a atacar a todos sus enemigos políticos: el morenovallismo, los periodistas críticos, los rectores de las univerdades, los transportistas, las organizaciones, los políticos de otros partidos, muchos otros más y, desde luego, el Movimiento Antorchista. Barbosa quiere imponer su dictadura, modificando la leyes en el Congreso, pagando millonadas a la prensa más asquerosa y usando a la policía y la FGE como aparatos represores.
Las elecciones poblanas huelen a crimen y, en el futuro, podría descomponerse más dado que los representantes de esa dictadura de Barbosa han iniciado una guerra intestina que, al desbordarse hacia el exterior, va a afectar a varios candidatos de otros partidos.
El miércoles 7 de abril, los consejeros y militantes afines a Mario Bracamontes (uno de los dos líderes de Morena en Puebla) tomaron las instalaciones del Instituto Electoral del Estado (IEE) y la sede alterna del Movimiento de Regeneración Nacional, a fin de impedir el registro de candidatos, al acusar que son una ‘imposición’. En el movimiento que estuvo encabezado por Edson Cortés y Araceli Bautista (antes perredista y ahora morenista, célebre por ser una chantajista política profesional), descalificaron la forma en que el partido se sigue conduciendo para definir quiénes son sus candidatos.
El mismo 7 de abril, Alejandro Villarreal, fundador de Morena en Tehuacán, se salió del partido porque no le dieron una candidatura y advirtió que “vendrán más recesiones porque este partido (Morena) vive un proceso de degradación y descomposición, donde se imponen y venden candidaturas”. Eso dice de Morena uno de sus fundadores. Pero… qué dice Barbosa: Morena perdió su oportunidad de consolidarse en el poder, tanto en Puebla como en el país, porque Morena no tiene presencia política. Así de descompuesto está Morena. El pleito entre los morenistas preocupa porque cada día se va agrandando y cada día es claro que los dirigentes (vean a Biestro Medinilla y a Claudia Rivera) se pelean con ánimos aniquiladores el poder y las ganancias de ser “servidores de la nación”, perdón, de ser funcionarios de la nación. Los líderes de Morena en Puebla están echándole chispas a un contenedor de gasolina que, más adelante, durante lo más duro de las elecciones o en la jornada de votación, puede incendiarse y quemarnos a todos. Morena está promoviendo la violencia y los crímenes en las elecciones de este año y nosotros, los antorchistas los hacemos responsables por cualquier atentado contra la vida de los candidatos, líderes o nuestros activistas. No quedará impune un crimen contra un antorchista: Barbosa será el culpable y haremos lo necesario para denunciarlo y que el país sepa la verdad. ¡Exigimos elecciones limpias!
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