Gran Bretaña o Reino Unido que comprende, además de Inglaterra que es una isla, a Irlanda del norte, Escocia y Gales, en conjunto acaban de perder a su reina por muerte natural, lo que ha desatado un sorprendente revuelo mediático como si de un notable jefe de Estado se tratara.
Es necesario recordar, ante este tipo de hechos, que las clases dueñas del poder y del dinero hacen de todo con tal de elevar a rango de héroes sociales (o sea para todos los individuos, capas y clases de la sociedad) sólo a quienes consideran útiles para reforzar su dominio ideológico y político, lo que a su vez les permite seguir apropiándose de la riqueza de los pueblos y de los trabajadores en general, sin que éstos hagan consciente el hecho de que son ellos, los trabajadores del campo y la ciudad, quienes con sus manos que son las que transformar la naturaleza por medio de su trabajo en mercancías, generan la riqueza de la sociedad, y por tanto no se atrevan a exigir un reparto más equitativo y justo de ésta mediante la implementación de un modelo económico diferente al del salvaje fundamentalismo del mercado que produce mucha riqueza pero que la concentra en pocas manos, generando al mismo tiempo la miseria y la pobreza generalizada en todas las demás capas de la sociedad.
El modo en que se producía lo que la sociedad necesitaba para subsistir en la edad media, que se basaba en el trabajo de los siervos de la gleba, especie de semi esclavos que debían estar pegadas a un pequeño terreno que les daba el señor feudal, dueño de una gran extensión, la cual trabajaban una parte de tiempo para producir lo que necesitaban para vivir con su familia, a cambio de trabajar gratis la mayor parte del tiempo en las tierras del señor, medio de producción fundamental de la época; además, tenía la obligación de darle tributo en especie, pagar el diezmo, pelear en la guerras por él.
Las unidades económicas (feudos) tenían como base la producción agrícola debido al escaso desarrollo tecnológico, o de las fuerzas productivas, que hacían necesarias relaciones sociales de producción de señor feudal-siervo, que requerían en la superestructura, es decir en la esfera correspondiente a la conciencia social, un tipo de relaciones humanas e instituciones acordes a aquellas, por lo que floreció el absolutismo, justificado jurídicamente en el derecho divino, que hacía a los monarcas, representantes del poder político por mandato de dios.
Pero con el afianzamiento del poder económico por parte de la burguesía a raíz de la producción de mercancías a gran escala y el ensanchamiento del mercado a nivel mundial, algunas monarquías y la nobleza, al perder gran parte de su poder económico llegando en algunos casos a estar en deuda con aquella, prefirieron pactar con ella y someterse a la figura de una monarquía constitucional, en la que, prácticamente los títulos nobiliarios pasaron a ser decorativos, aunque con ciertos privilegios y concesiones que corren a cuenta del estado, pero que en materia de decisiones políticas, no figuran, pues esta responsabilidad recae, en el primer ministro, o en el parlamento, que, como se sabe, no son más que las formas de gobierno que adquiere en concreto el tipo de estado representante de la clase dominante en un sistema económico determinado.
Vistas, así las cosas, el actual escándalo por la muerte de la reina, no es más que un espectáculo efectista para mantener entretenidas a las clases trabajadoras sufrientes, en esta época de crisis económica, de crisis de salud y crisis en otros rubros a escala global, y que no se den cuenta de que las fuerzas del gran capital intentan detener, a sangre y fuego, el nacimiento de un mundo multipolar, de cooperación y desarrollo compartido entre los pueblos.
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