En el último reporte de la Conagua sobre la situación de presas del país, destaca que sólo 6 de las 210 están al 100 % de su capacidad, mientras que 116 están por debajo del 50 % de su nivel. Las presas que se mantienen en números rojos están ubicadas mayormente en el centro y norte del país.
El sistema Cutzamala, responsable de abastecer agua a doce alcaldías de la Ciudad de México y dieciséis municipios del Estado de México, registra niveles históricamente bajos en sus reservas de almacenamiento, lo que se ha traducido en recortes. Este sistema actualmente se encuentra por debajo del 40 % de su capacidad.
Por otra parte, no existen datos certeros sobre cuánta agua utilizan los privados que gozan de concesiones. La Ley de Aguas Nacionales señala que todos los titulares de una concesión deben contar con un medidor, pero eso no se cumple.
Podemos observar todos estos acontecimientos y preguntarnos ¿qué medidas está tomando el gobierno federal para contrarrestar esta problemática nacional que afecta a la gran mayoría de los ciudadanos?
Constitucionalmente tenemos el derecho de gozar de este indispensable líquido en nuestros hogares, y el estado debe garantizar este servicio, pero no vemos un planteamiento real que se esté llevando a cabo sobre esta problemática por parte del Gobierno.
Este tema es preocupante, ya que es de vital importancia contar con agua para las actividades de la vida diaria, además de ser un derecho de todos los ciudadanos.
Nuestro país necesita urgentemente que la sociedad, encabezada por la clase trabajadora, organizada, tome las riendas y el control del poder político.
En lugar de invertir en campañas electorales y programas electoreros, es importante que se invierta no solo en infraestructura hídrica, sino en medidas para la conservación del agua y en tomar acuerdos con las empresas que son las que más agua consumen, dejando a los ciudadanos sin agua para las necesidades elementales y de supervivencia.
Los ciudadanos no podemos permitir que se violen nuestros derechos y seguir esperando que se tomen medidas para resolver esta situación. Debemos actuar no sólo tomando acciones en nuestros hogares para la conservación de este líquido, sino uniendo fuerzas para exigir que se cumplan nuestros derechos constitucionales y que el gobierno tome medidas reales e inmediatas para garantizar que el agua llegue a todos nuestros hogares.
Ante esta situación, observamos que no solo tenemos el problema de la escasez del agua debido a la explotación anárquica de este recurso natural indispensable para el desarrollo de la vida del hombre, sino también a la inequitativa distribución de la poca agua disponible.
Las grandes empresas industriales requieren de grandísimas cantidades de agua para la producción de sus mercancías que les genera ganancias millonarias, y el gobierno facilita el acceso y disposición del líquido vital, con concesiones y deficiente regulación que benefician a unos pocos ricos particulares a costa del desabasto de millones de familias vulnerables.
Por tal motivo, nuestro país necesita urgentemente que la sociedad, encabezada por la clase trabajadora, organizada, tome las riendas y el control del poder político, y conduzca el destino de nuestro pueblo y nuestra nación por un camino guiado por el socialismo científico, donde mediante la razón y el conocimiento certero de la realidad, se acaben las injusticias y desigualdades que caracterizan al sistema capitalista y se construya una sociedad más justa.
Ese es el país que quiere Antorcha, por eso nos organizamos y nos preparamos cada día, por eso luchamos, porque al fin del día el pueblo organizado gobernará y transformará esta nación.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario