Más pobreza, más violencia, más pandemia, más corrupción, más autoritarismo y la economía del cangrejo, que camina para atrás. Efectivamente. Más pobreza, sí, porque este gobierno que ha dicho trabaja para los pobres, favorece a las empresas neoliberales que tanto criticaba y el alza de precios empeorará la vida de los más necesitados. Se sabe, por ejemplo, que el precio de la tortilla subirá por arriba de los 20 pesos en algunas ciudades de nuestro país y así otros productos de la canasta básica. No hay empleos y los que se encuentran después de la pandemia, son de peor calidad: más esfuerzo y menor paga. Más violencia, en este gobierno hay más muertos que en los gobiernos “neoliberales” anteriores, aunque ya dijimos que este gobierno es neoliberal, pero peor que los anteriores: “los homicidios son la octava causa de muerte en la población en general (36,579, 3.4%) y la sexta causa de muerte en hombres (32,147: 5.5%)”, nos cuenta el Inegi. Como se ve, se ha institucionalizado la violencia en México y cuidado con que nos acostumbremos a escuchar sin asombro que en tal estado hubo tantos muertos en un enfrentamiento o tantos colgados en un puente, pues en ese momento habremos permitido la mayor degradación y seremos, como dijo Hobbes, el hombre que es el lobo del propio hombre.
Este gobierno, como ya lo hemos dicho a lo largo del año pasado, desestimó la pandemia. ¿Recuerdan cuando el presidente decía que salieran a comer a la calle y que el cubrebocas no servía? ¿Recuerdan que López-Gatell, para justificar tal disparate dijo otro disparate: “los cubrebocas sirven para lo que sirven y no sirven para lo que no sirven”? Cantinflas en su mejor versión. No sólo desestimó la pandemia, mató a mi hermana por la falta de apoyo a los médicos, por la falta de medicamentos, por la falta de apoyo a los hospitales, en fin, por los descuidos de la pandemia, lo mismo que mató a más de 300 mil mexicanos y nos colocó en el primer lugar mundial por muertes de personal de salud por covid-19.
Nos espera más corrupción. Efectivamente, el 2021 bastó para darnos cuenta de más lindezas de este Gobierno morenista que, según Raymundo Rivapalacio, en su columna del 20 de diciembre del año pasado dijo: “Prácticamente cada día hay denuncias en la prensa sobre corrupción en el gobierno, mientras López Obrador tiene marcada su propaganda con la palabra “Bienestar”. En muchos rubros la gestión ha caminado hacia el beneficio de unos cuantos, y en perjuicio de las mayorías. La realidad es que los privilegios que reiteradamente asegura desaparecieron, se transfirieron de manos, causando, muchos de sus leales, daños irreparables”. Efectivamente, antes había corrupción, pero, ahora, hay más, pasó en México lo que le pasó al leproso cuyo cuerpo estaba lleno de moscas. Al verlo un hombre bueno, creyendo que haría el bien, le espantó todas las moscas y se fue. Al poco tiempo volvió para preguntarle que cómo le había ido con su ayuda y el pobre leproso le reprochó enérgicamente: ¿cuál ayuda? Me espantaste las moscas que, como quiera, ya estaban hartas y llegaron las hambrientas, por lo que me fue peor que antes. Así les pasó a los mexicanos: creyeron que votar por López Obrador y Morena, mejoraría sus condiciones de vida y se acabaría la corrupción; sin embargo, ahora hay cerca de 5 millones de pobres más, los ricos son más ricos y llegaron las moscas hambrientas de Morena que están saqueando el presupuesto y ahora hay más corrupción que antes. Baste recordar a los hermanos del presidente recibiendo dinero en efectivo, muy similar al dinero que el señor de las ligas (Bejarano), recibió cuando era el brazo derecho de López Obrador siendo este último jefe de gobierno del entonces Distrito Federal.
Más autoritarismo. Efectivamente, cuando no se cumplen los caprichos presidenciales, como la consulta para la revocación de mandato, entonces, se lanza la caballada mañanera en contra de quienes, sensatamente han planteado la imposibilidad económica para la realización de la tal consulta y, por lo mismo, desde el presupuesto de egresos de la federación, para el año 2022 se le recortó al árbitro que debía realizar la tal consulta, el INE, instituto nacional electoral, 4 mil millones de pesos en números redondos, para dejarla sin fondos, que fuera incapaz de realizar la consulta y, como resultado, que se buscara a toda costa desaparecer un órgano autónomo, como es el INE, que tanto trabajo nos ha constado construir a los mexicanos y que organizó las elecciones que hicieron presidente a López Orador. Por cierto, la solución es muy sencilla: ¿Morena quiere consulta? Que le dé más dinero al INE para realizarla y listo. Si no, que respete al INE y los antorchistas debemos estar dispuestos a denunciar las arbitrariedades que se comentan en contra de los órganos que critican al presidente con razón y que éste, por ello, los quiere desaparecer, pues no quiere contrapesos.
Más economía del cangrejo, porque, efectivamente, el presidente que se empeña en realizar las tres inútiles obras del Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y el aeropuerto de Santa Lucía, no están detonando el desarrollo económico, ni siquiera regional y, finalmente, con la apuesta de fortalecer Pemex, la CFE y el uso de energías contaminantes, atacando enérgica y frontalmente a las energías limpias, se han encarecido los precios de los productos, particularmente los de la canasta básica, de manera que la vida de los mexicanos ahora está cuesta más, pues hay una inflación del 7.3% según el Banco de México; crecen los pobres; las pequeñas y medianas empresas no soportan las bajas ventas, pues de ello viven y, por lo mismo, se han visto en la necesidad de cerrar, de buscar trabajo que, al no encontrarlo, se venden al peor empleador aunque se pague mucho peor que antes.
Así que, a manera de resumen, la respuesta a la pregunta hecha originalmente: ¿Qué nos espera para el 2022? Más desolación, atraso económico, violencia, pobreza, marginación, ignorancia, entre otras cosas más: como apoyos decididos al campo y a la educación. Si este gobierno no ayuda, como prometió a los desprotegidos de México, toca la hora de dar la batalla ideológica, de tal suerte que eduquemos y organicemos al pueblo de México para que despierte de su marasmo y tome en sus manos las riendas del futuro de la nación. Ya probamos de todo y seguimos esencialmente igual. Falta, pues, que el propio pueblo gobierne y para ello debe hacer crecer a su organización revolucionaria, al Movimiento Antorchista Nacional y con ella lograr el poder político nacional para construir una patria más justa, libre y soberana. Por lo pronto, toca, con el voto consciente, sacar a Morena del poder con el objeto de detener la debacle de esta nación.
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