Al grito de “No a la militarización”, “No queremos que se militarice la zona”, unos 300 pobladores de Quechultenango, municipio ubicado en la zona Centro del Estado de Guerrero, bloquearon los accesos y cercaron a un grupo de aproximadamente 30 militares y a una docena de agentes ministeriales que realizaban operativos en la comunidad de Tlanicuilulco, a quienes retuvieron cuando realizaban operativos en la comunidad de Tlanicuilulco, siendo liberados hasta que arribaron al lugar, el Comandante de la 35ª Zona Militar, Enrique Martínez López y el titular de la Secretaría de Seguridad Pública Estatal, Evelio Méndez Gómez. También estuvo presente, el presidente municipal, Crisóforo García.
Tras ser interceptados en un pueblo llamado Xilochichican, fueron conducidos hasta la explanada del ayuntamiento municipal, donde mujeres en su mayoría reclamaron el actuar de los soldados y ministeriales, señalando que, si buscaban a “Los Ardillos”, eran todo el pueblo, pues en momentos en que necesitaron auxilio policiaco, no lo tuvieron.
En el lugar, pobladores armados con machetes y palos acusaron al Ejército de cometer abusos contra ciudadanos, invadir su privacidad, allanamiento de viviendas, robo de pertenencias y hasta de desintegrar familias. Casi a la medianoche se firmó un acuerdo que consta de dos puntos, para lograr la liberación de los soldados y policías ministeriales; el primero establece que la seguridad del municipio recae en la ciudadanía y que si algún cuerpo policiaco o integrantes de las Fuerzas Armadas realizan operativos en Quechultenango, tendrá que ser acompañado por elementos de la Policía Municipal y no podrán instalar campamentos en la zona.
El segundo, la liberación de un ciudadano identificado como Jesús Flores Gatica, médico del pueblo, quien fue detenido en el barrio de Manila, presuntamente en posesión de arma de grueso calibre; además, el comandante Enrique Martínez ofreció acudir a los operativos para verificar que los elementos del Ejército no cometan abusos en las acciones que realicen en el municipio.
Por su parte, el secretario de Seguridad Pública, Evelio Méndez dijo que la dependencia está de puertas abiertas para atender las denuncias de pobladores sobre los supuestos abusos de la policía, asimismo, pidió que dejaran actuar a la dirección de Prevención del Delito y de la Unidad de Género para que trabajen en las comunidades en la erradicación de la violencia contra las mujeres.
Ahí, en la ruta denominada Circuito Río Azul, uno de los pobladores dijo a las autoridades que, en Quechultenango, es la propia ciudadanía la que realiza las tareas de seguridad, “mejor vigilen a Chilpancingo e Iguala, donde un día hay un muerto y otro día también”. Agregó que, es tan grave la inseguridad en Chilpancingo, que campesinos de Quechultenango que acuden a la capital del Estado a vender productos del campo, tienen que pagar una cuota diaria a la delincuencia. Aseguran que, en el municipio, imperan el orden, la paz y la tranquilidad.
Posteriormente, los lugareños escoltaron a los militares hasta la entrada del poblado, donde advirtieron que no quieren su presencia en el lugar debido a que cometen presuntos atropellos en contra de la sociedad de Quechultenango.
Los manifestantes de la comunidad de 36,000 habitantes aproximadamente, especifican que no impedirán el paso a los militares ni a las corporaciones policiacas, siempre y cuando realicen recorridos acompañados de una patrulla de la Policía Municipal y de integrantes de guardias comunitarias cuando acudan a los pueblos, además instalaron retenes, campamentos y puntos de observación.
Desde el pasado domingo, elementos del Ejército y de la Guardia Nacional ingresaron a Quechultenango -municipio identificado como uno de los bastiones del grupo denominado “Los Ardillos”- para realizar patrullajes, también lo hicieron en el municipio de Mochitlán y en la comunidad de Petaquillas, perteneciente al municipio de Chilpancingo.
Tras la movilización de pobladores que mostraron su hartazgo y fuerza, no se han registrado incidentes y la situación en Quechultenango se encuentra en completa normalidad y realizándose recorridos por parte de integrantes de las fuerzas armadas que se han conducido con respeto a los derechos humanos y sin alterar el orden público.
Recordar que, en campaña, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador prometió retirar de las calles a elementos del Ejército, que laboran en tareas de seguridad; al llegar al cargo, a través de una reforma creó la Guardia Nacional, conformada en su mayoría por integrantes del Ejército, militarización que ha sido duramente criticada por organizaciones de la sociedad civil, defensores de derechos humanos, académicos y organismos internacionales, pues cada día son más las tareas asignadas a las fuerzas armadas.
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