Vivimos en un país capitalista donde la clase trabajadora cuenta solo con su fuerza de trabajo, que vende al patrón para poder ganar un salario miserable. Tomando en cuenta que el trabajador mexicano es uno de los que más horas trabaja y menos salarios gana comparados con los de los demás países, tiene que soportar la gran desigualdad que hay entre pobres y ricos, pues por un lado están quienes tienen zapatos, comida, ropa, educación, cultura y bienestar social, mientras que ellos y sus familias carecen de todo a pesar de ser quienes generan la riqueza del país. A quienes equivocadamente los poderosos tachan de flojos, borrachos, viciosos, que no saben administrar sus salarios, y que ahora la 4T encabezada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, tampoco le queda claro que la clase trabajadora es quien genera la riqueza social como señalaba Carlos Marx en su obra cumbre “El Capital”.

Este nuevo gobierno es igual o peor que los anteriores, ha preferido desviar los recursos de la nación, asignando grandes contratos a empresarios para la realización de sus megas proyectos y promover la vinculación laboral de empresas pequeñas y medianas, inscritas a la plataforma del programa jóvenes construyendo el futuro, quien según emplea a más de dos millones de jóvenes que ni estudian ni trabajan, recursos que salen de los impuestos de los trabajadores. Por ello, al presidente de la república se le hace fácil, asignar los recursos de la nación a estos programas sociales, para poder “satisfacer” a sus futuros votantes, dividir al país y así poder tener defensores que avalen las ocurrencias del jefe presidencial. El pueblo mexicano debe  saber que esta forma de gobernar al país, obedece únicamente al interés de un mandatario que piensa seguir gastando el dinero de nuestra patria como le venga en gana, pero jamás con la intención de mejorar la vida de los más menesterosos que habitan en cada rincón de la geografía nacional; por eso hemos visto que un día sí y otro también, cada vez que esa clase olvidada se revela, se organiza y protesta, se contesta con garrote, cárcel e incluso hasta con la muerte, tal como sucedió con los trabajadores de la refinería de Dos Bocas en el estado de Tabasco. 

Dicho suceso es histórico, pues jamás habíamos vivido una situación de esta naturaleza dentro del gobierno de la 4T, los medios de comunicación difundieron la noticia sólo los primeros días, pero después y hasta el día de hoy los han silenciado por órdenes presidenciales. Como era de esperarse, la forma en que se informó por algunos medios después de llegarles al precio, fue totalmente distorsionada, pues el manejo acerca del hecho fue que se trató de un enfrentamiento entre sindicatos, pero la realidad es otra, los trabajadores protestaban contra la empresa ICA Fluor, al no cumplirles con sus derechos laborales. ¿Qué pedían?, 1) pago de tiempo extra, 2) respeto a la jornada de ocho horas, 3) pago conforme a derecho, de días festivos y de descanso, 4) alto al hostigamiento laboral para despedirlos, 5) seguridad y salud en el establecimiento del trabajo, 6) mejor equipo para laborar, y 7) que los gastos de alimentos y el equipo de hidratación corran a cargo de la empresa. La primera manifestación fue el 15 de febrero de este año donde más de mil obreros de esta misma obra realizaron un “paro loco” para exigir, además de las demandas enumeradas, incremento salarial, una hora para consumir sus alimentos y terminar con los pseudolíderes que les cobraban hasta 500 pesos de su sueldo para conseguirles un contrato laboral. El segundo paro laboral, fue el pasado 12 de octubre, donde nuevamente dieron a conocer que “no se respetaban sus horas de trabajo, no recibían pagos por tiempo extra, ni hay condiciones de seguridad”, por lo que decidieron bloquear los accesos a la nueva refinería. Ese mismo día se registró un acto represivo del gobierno de la 4T contra los obreros manifestantes, los diferentes cuerpos policiacos usaron gases lacrimógenos y balas de goma, donde varios obreros resultaron heridos, entre ellos uno de gravedad ya que el proyectil impactó directamente en el ojo.  

La lucha de los trabajadores de la refinería Dos Bocas es justa y necesaria. Primero, porque sus exigencias están contempladas en el artículo 123, apartado A, de nuestra Carta Magna y en la ley laboral, y, Segundo, porque sus condiciones laborales forman parte del contrato de adjudicación directa que recibió ICA Fluor con recursos del erario nacional. Como ve amigo lector una violación a la luz del día, en una economía de libre mercado, que como ya se sabe, favorece solo y únicamente a los intereses de los grupos empresariales del presidente de la república y de la 4T. 

Por esta razón, la reflexión es y será siempre, la organización, la educación y la lucha de la clase desprotegida, porque ahora es más visible el repudio de la 4T y sus defensores políticos hacia el pueblo de México. Solo los trabajadores serán los defensores de sus derechos laborales porque así lo esgrime nuestra carta magna, solo ellos, pues la 4T ha mostrado su rostro fascista y aterrador. La clase obrera debe demostrar su unidad como clase y demostrarle al país las violaciones que se cometen en contra de ella.