El pasado 16 de agosto, el presidente Andrés Manuel López Obrador mencionó en la mañanera que Tribunal Electoral y el INE necesitan renovación “tajante”, esto es un cambio total en los miembros que los componen, como jueces y magistrados, por lo que indicó que se realizará una reforma electoral.
En sus propias palabras, dijo: “cambio completo, una renovación tajante. No se pude con lo mismo, no son demócratas, no respetan la voluntad del pueblo, no actúan con rectitud”, habla así un hombre que tampoco respeta las decisiones del pueblo, cuando se trata en desventaja hacia él o su partido, porque en todas las ocasiones que esto pase, hay mano de sus opositores. Vaya ironía, ¿no cree usted?
Otra cosa que dijo es que el Tribunal Electoral es una especie de Frankenstein, creado por los partidos políticos a su imagen y semejanza. Ahora yo me pregunto, ¿y los jueces y magistrados que él ponga serán libres de la imagen y semejanza, y mejor aún, libres de las órdenes que imponga? Conociendo su gestión de tres años como presidente, sería un milagro que esto fuera así.
Tres días después de las declaraciones del mandatario federal, durante la presentación virtual del libro "Elecciones, justicia y democracia en México. Fortalezas y debilidades", del INE, el consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdova, criticó con la reforma electoral que quiere impulsar el presidente, pues no solo quiere destituir a los integrantes del INE y del Tribunal Electoral, sino que también los quiere reducir; según el documento filtrado del proyecto que presentará Ricardo Monreal, la reducción es de 11 a 7 de los consejeros del INE, y de 7 a 5 para los magistrados del Tribunal Electoral.
“Nada hay por encima de la ley, nadie”, fueron palabras del presidente, y tal vez pensó “solo yo”; “no es un asunto personal”, también dijo, pero se deja ver que es todo lo contrario, y lo señaló Lorenzo Córdova, al indicar que es una reforma "alimentada por el rencor".
Y añadió: "Una reforma electoral no es, no puede ser, permítaseme la expresión, un asunto de estómago, sino una apuesta de gran alcance, resultado de diagnósticos y análisis ampliamente razonados, y de una discusión seria e incluyente. De otro modo, está garantizado su fracaso", y yo creo que así será, pues este tipo de decisiones hechas con el estómago ya son parte de la forma de gobernar de López Obrador y toda su plantilla morenista.
Varios actores políticos también coinciden en que esta decisión de Andrés Manuel raya en el autoritarismo, pues todo lo que hay a su alrededor y a su alcance como gobernante, ha de ser a su modo y añado, si no estamos de acuerdo con él, somos unos traidores de la patria, enemigos del progreso y demás adjetivos.
No hay que olvidar la resistencia y la batalla que ambos cuerpos electorales han dado a partir de que López Obrador mandó desaparecer órganos autónomos, por “corruptos”, queriendo meter en el costal al INE y el Tribunal Electoral, pero hasta ahora no se han dejado doblegar a la dictadura de la 4T y se han defendido con dignidad, algo que debieron hacer otras instituciones que ahora sirven al presidente. Ante cualquier ataque hacia instituciones independientes, los mexicanos debemos estar dispuestos a conocer la problemática, a conocer las verdaderas intenciones del hombre que tenemos como presidente y defenderlas, porque son del pueblo y deben seguir estando a nuestro servicio, no al de un político que ya lleva camino marcado hacia la dictadura.
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