Se cumplió un año del primer caso registrado de covid-19 en México, situación que alarmó a la población, aunque todavía no sabíamos a qué nos íbamos a enfrentar, estábamos por entrar a un callejón que parece no tener salida, pues el patógeno afectó a la sociedad y su economía, así como la educación, que a decir verdad, éste ya registraba problemas de aprendizaje, de rezago en la infraestructura y los medios necesarios para que los alumnos pudieran tomar las clases de manera que fuera cada vez más de provecho.
La pandemia sólo vino a evidenciar la desigualdad que ya existía entre los alumnos y las clases en línea nos mostraron que eso aumentó la deserción escolar, elevándose al 10% en México y quienes tuvieron que dejar los estudios fueron los hijos de las familias más pobres del país.
Ahora con los altos índices registrados de contagios y fallecimientos por la pandemia, todo se ha transformado en peligro; sin embargo, los mexicanos hemos aprendido a realizar nuestras actividades a pesar de ello.
En días recientes la Secretaría de Educación Pública (SEP) dio a conocer que las clases presenciales se podrán realizar conforme los funcionarios federales y estatales lo establezcan; esto suena alentador para los padres de familia que se han visto en serios problemas para ayudar a sus hijos, primero por la falta de internet en casa, una computadora o tableta que permita acceder eficazmente a las aplicaciones que se necesitan, sin embargo, de ejecutarse, la SEP, las autoridades federales, estatales y locales deberán estar preparados para la odisea que se avecina, pues los estudios en línea son apenas el inicio de ellas.
¿Por qué lo menciono así? Porque la idea de las clases a distancia es evitar que los infantes se contagien ya que en sus juegos inocentes no saben medir las consecuencias de no lavarse las manos correctamente para comer, agarrar dinero, no introducirse objetos sucios a la boca, toser o estornudar sin los cuidados adecuados, etc. Todo eso será un reto principalmente para el profesor que deba atender ya hemos sido testigos de niños que se contagian del virus e incluso algunos han perdido la vida. ¿Está preparada la SEP para eso?
El pasado mes de septiembre de 2020, Daniel Sánchez Serra, analista de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) mencionó que en México será un desafío el regreso a clases presenciales para mantener una distancia segura entre los alumnos.
Por su parte, Andrés Rodríguez Domínguez, secretario de Educación de Nayarit, mencionó que el regreso a clases se sugiere que sea en los estados que están en Semáforo Amarillo y Verde con asesorías escolares de nueve alumnos en las aulas.
Consideramos que las autoridades deben analizar bien lo que sucederá con el regreso a clases; hemos notado el abandono de los edificios educativos, necesitamos que el Gobierno informe correctamente a los padres el proceso que se realizará para asegurar la salud de los alumnos, comenzando por los más pequeñitos. No debemos olvidar que las condiciones económicas no son las mismas de hace un año, y ahora la realidad es totalmente diferente.
A los niños, a la juventud nayarita le urge un plan de educación serio que asegure la continuación de sus estudios.
0 Comentarios:
Dejar un Comentario